Nadie se salva. El mundo del fútbol se ha visto afectado por el coronavirus y todavía ni tan siquiera comprendemos cuan grande serán las consecuencias. En Italia se ha suspendido TODA actividad deportiva para intentar evitar que continúe el contagio con el virus. No habrá ninguna actividad deportiva hasta el 3 de abril y, para mí, eso es ser optimista, porque en realidad no se ve un fin a esta situación.
Se preguntarán por qué hablo de esto hoy en mi columna en el Despacho MLS. Admito que el tema para hoy era uno completamente distinto, pero al momento en que me senté a escribir, recibí una notificación sobre un pensamiento con el que ya llevaba rato coqueteando. Me preguntaba el día de hoy si con la velocidad a la que se está regando este virus por el mundo, llegaría un momento en el que se verían afectadas las ligas de América. Poco tardó en llegar la respuesta.
Se hizo noticia ayer el hecho de que las ligas norteamericanas más grandes como lo son la NBA, NHL y MLB han decidido cerrar las puertas de los camerinos. Adicional a estas ligas, la MLS también ha tomado las mismas precauciones y hasta nuevo aviso el acceso para los medios será prohibido. ¿Será esto suficiente? No. La verdad es que esto solo rasguña la superficie.
Si hay algo positivo con lo que cuenta la MLS es su fanaticada y la verdad es que se torna peligroso el que haya tanta gente en estadios corriendo el riesgo de contagiarse. Uno pudiera pensar que los partidos se celebrarían a puertas cerradas, pero; ¿será esto una solución real considerando todo el capital que se perdería en los estadios? Estará por verse y ojalá no tenga que llegar a eso.
Este año ha sido uno muy intenso y a penas andamos comenzando marzo. Las historias que se esparcen en los medios y lo que hasta el momento hemos vivido ha sido descomunal. Estará por verse cómo evolucionan los acontecimientos por la situación del COVID-19, pero al menos el dar este paso da esperanza de que medidas serán tomadas para proteger tanto a la población, como a los jugadores.
