Cuando perdemos algo que amamos que nos apasiona, como el fútbol, es común pasar por las cinco etapas de duelo que la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross estableció en 1926. Estas etapas son negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Hemos perdido el fútbol, una de las cosas que nos mueven todos los fines de semanas a sentarnos frente al televisor y olvidar las responsabilidades para ayudar a nuestros equipos a defender los colores.
El 8 de marzo fue el último día que se jugó La Liga Santander. Cuatro días después se decidió cancelar la competición por al menos dos jornadas. Sin embargo, ayer, 23 de marzo, se estableció que todo juego de fútbol español será pospuesto hasta nuevo aviso esperando a que la situación pandémica por el COVID-19 se calme.

Todo empezó por la negación. Días previos al 12 de marzo todos imaginamos que el fútbol no sería cancelado, pero era evidente, la situación del COVID-19 era muy complicada como para permitir que todos nosotros, los fanáticos, nos reuniéramos, en o fuera del estadio para ver los partidos de nuestros clubes del alma. Además, no es para nada responsable permitir que los jugadores viajen a través de Europa para participar de las distintas competencias, pudiendo infectar a millones más de personas. Todos estábamos en riesgo.
De momento entró la ira. Aunque queremos lo mejor para todos, siempre existe un poco de egoísmo. El fútbol nos ayudaría a lidiar con esta situación, no nos lo pueden quitar por la irresponsabilidad de algunos a la hora de cuidar por todos. Chocamos con la realidad y es hora de entender que nuestra situación es una precaria y que todo pasa a planos más bajos, la salud de todos es lo primordial.
Negociamos, entramos a la tercera etapa. Tal vez jugando FIFA 20 puedo bregar con toda esta situación imaginando que yo entreno al Madrid, en mi caso. Yo, además, me senté a escribir del fútbol y aquí están, leyéndome. Entre todos los fanáticos nos unimos. Haciendo desafíos en las redes tomando el papel de baño como una bola de fútbol, pidiéndole a nuestros más cercanos que mencionaran aquellos jugadores que les cambiaron la vida. Muchas cuentas de los distintos equipos comenzaron retos para ver si adivinábamos de qué partido era cada gol que se presentaba en el video. Otros, los más especiales, transmitieron partidos legendarios desde sus cuentas para que no nos quedáramos sin el deporte que tanto nos ha ayudado.

Nos entra cierto tipo de tristeza. Por más que nos acoplemos, el fútbol no está. No hay videojuego ni juego antiguo que recupere la sensación de levantarnos por las mañanas ponernos la jersey de nuestro equipo y esperar con ansias a la hora en que el balón comienza a rodar. No tenemos esa ansiedad de ver un partido en vivo esperando a que alguien anote gol, ver cómo saldrán los jugadores. Sin embargo, sabemos que en algún momento lo volveremos a tener.
Aceptamos. La salud va primero, eso nunca ha estado en duda. Extrañamos el fútbol, pero podemos vivir un tiempo sin él, para luego disfrutarlo sin límites. Todo volverá a la normalidad. Es hora de cuidarnos mientras disfrutamos de las limitaciones que nos trae esta situación. Mirar las cosas con optimismo, entender que es para bien y que seremos capaces de sobrepasar al COVID-19.
Quédate en casa, léenos, disfruta de tus nuevas maneras de vivir el fútbol, pronto todo volverá a la normalidad.