Algunos de los que me leen estoy segura de que han jugado, aunque fuese algunos partidos en escuela superior o de pequeño, conocemos lo que es ser titular y conocemos también lo que es ver el partido desde el banquillo.
Por ahora no voy a mencionar nombre, quiero que reflexionen conmigo y que les pongan nombre propio a estos personajes protagonistas de la columna de hoy. Vamos suave, recuerden sus momentos en escuela superior, hasta ahí es importante para los jugadores vestir los colores de la escuela y celebrar esos goles, asistencias, buena gestión defensiva o paradón en la portería. Cuando te toca calentar banca puedes tener una de dos mentalidades: sigo aprendiendo, cuando entré me haré sentir o, segundo, yo me merezco más que calentar un simple asiento.
Entonces, ¿qué haríamos en el caso de los jugadores profesionales? Posiciónate conmigo… estás TODA tu vida entrenando, mejorando, fajándote en todos los aspectos, firmas para un club y tu talento no puede ser demostrado porque hay veteranos por encima de ti; veteranos que no son necesariamente más talentosos, pero tienen más poder jerárquico.
¿Vale la pena? ¿Se fajaron para esto? ¿Para qué un entrenador no les diera esos minutos que necesita para acoplarse al estilo de juego de una nueva liga, de un nuevo equipo? Vamos, es totalmente normal que tome un tiempo acomodarse a un equipo nuevo, es normal que tome una temporada entera.
Como jugadores podríamos entender, pero como fanáticos seríamos – somos – egoístas. Les hablo como madridista, créanme que quiero a Mbappé, Haaland, hasta al propio Messi, olvídate, los quiero a todos vestidos de blanco, quiero lo mejor para mi equipo. Permítanme hiperbolizar. Igual los culés los quieren a toditos, los colchoneros, los del Valencia, hasta los del Getafe. Somos libres para soñar.
Sin embargo, Luka Jović no se merece la mitad de los comentarios que son dirigidos a su persona. Si a los jugadores no se les da un momento para acoplarse, jamás serán capaces de ser claves para su equipo. El problema del serbio es que tiene por encima a la santísima vaca sagrada – Karim Benzema. El francés no es malo, es inconsistente, y, como me ha hecho entender mi gran amigo Sebastián, no es un 9, es un 9.5. Ese “striker” que se fue con CR7, está, quizás, en Jović.
Igual con la situación de Lautaro Martínez y su posible llegada al FC Barcelona. ¿Lo quieren? Sí. ¿Lo quisiera yo? ¡Claro! ¿Tendrá minutos de juegos? Bueno, no soy capaz de ver hacia el futuro, pero por encima de Luis Suárez, ¿quién? El uruguayo ha sido pieza clave para los azulgranas desde el momento que llegó, y su química con Messi es incomparable. Será difícil quitarle el puesto.
Estoy segura de que Quique Setién y hasta el mismo Zinedine Zidane, si no llega otro entrenador, estarán muy felices de tener a estos jóvenes estelares en su equipo. Pero sabemos que Zizú no fue capaz de poner a Benzema a calentar el banquillo, y no sé si Setién tendrá la valentía de hacer lo mismo con Suárez.
En algún momento, ambos de los jugadores tendrán que retirarse, pero necesitamos que los equipos se den la tarea de permitir a los jóvenes acoplarse antes de que sea muy tarde y ocurra lo mismo que le pasó al Real Madrid con la salida de Cristiano Ronaldo.