He came, he was a diplomat and he left.
That was it.
A veces uno cree que lo ha visto todo en esta islita de 100 x 35. Pero no es así. Suceden cosas que para cualquiera que vea, escuche y disfrute, aunque sea irreal, se pasa por lo alto… y sigamos con nuestras vidas diarias.
Pero, para algunos que hemos vivido un poco más y que sabemos quien o quienes son los protagonistas del espectáculo, la cosa pinta diferente. Es que aprendí de mi abuelo Lorenz a distinguir lo que se dice y donde se dice, y por que se dice.
La visita relámpago del presidente de la FIFA a nuestra isla, la tenemos que analizar desde el ángulo de lo sustancial y no de lo circense. Con bombos y platillos se anuncia que es la primera vez que un presidente de la FIFA viene a Puerto Rico. Pero, en esa euforia, no se dijo si era una visita de cortesía, una visita oficial para tratar asuntos administrativos o para auscultar si el dinero de FIFA es usado correctamente en el desarrollo del deporte. Pero llegó.
Se siguió el correcto protocolo de llevarlo a Fortaleza para una corta reunión con el gobernador Roselló. Era lo menos, ante la visita del presidente de la FIFA. También se había conocido, que en la noche del viernes, se celebraría una cena en uno de los hoteles capitalinos y la prensa invitada aprovecharía para hacer preguntas a Infantino. Debo informarles que Infantino habla un casi perfecto español y se comunica muy bien en el idioma, y sabe lo que dice.
Pero, aquí viene lo bueno. Parece que había un libreto ensayado, para que Infantino no notara las pugnas internas entre comisionados, ligas, clubes y otras figuras que intervienen en el deporte. Exceso de abrazos, casi besos y apretones de mano fue la orden de la noche. Unos que traicionan, hoy abrazan y felicitan. Que el presidente vea que todos nos queremos y aquí todos somos una familia unida. Traitors always reflect sympathy.
Algunos detalles en esa noche no fueron expuestos como noticia, pero que a un miembro del Comité Ejecutivo no le dieran el “carnet” que permitiera la entrada es inaudito. Si fue un error es imperdonable.
Pero si usted cree que todo fue miel sobre hojuelas se equivoca. Infantino dio muestra de ser un gran diplomático ante la pregunta de un periodista. “De lo que ha podido ver, ¿está Puerto Rico haciendo las cosas correctas en el fútbol”? ¿Que usted esperaba que le contestara? Que en una visita de menos de 14 horas le indicara lo malo y lo bueno que hace la FPF. Bendito. ¿Y estando en Puerto Rico? ¿Delante de Labrador? Es como preguntar a alguien si mi hijo es feo. ¡Se la comió Infantino! ¡El nene sabe!
Pero si usted lee entre líneas le voy a decir que aún, diplomáticamente, soltó esta: “Lo que se necesita hacer es trabajar con la base. Los éxitos deportivos se construyen con seriedad y profesionalidad, no se improvisan”. Palabras con luz del Sr. Gianni Infantino.
Señaló que ese fútbol base empieza por las escuelas públicas del país. Se me ocurre preguntar: ¿Quién es el coordinador de la FPF con las escuelas, para el desarrollo de nuestros jóvenes futbolistas? Si alguien lo conoce, me gustaría ver la programación que ha de implementar.
Lo más risible dentro de la diplomacia de Infantino fue cuando expresó que para el 2026, en el Mundial de Fútbol, se aprobó la participación de 48 países y que eso le daba oportunidades a países pequeños a participar, pero si Puerto Rico no lograba entrar, tendría su mundial preparando jugadores competidores en las escuelas de la isla. O sea, jugamos nuestro propio mundial en nuestro suelo. ¡Que bien!
De todos modos, si hacemos un análisis minucioso sobre la realidad competitiva dentro de los países que componen la FIFA, para entrar en esos cuarenta y ocho (48) y con la administración de Labrador, ni lo sueñe.
Gracias a Dios que reglamentariamente, Labrador no podrá estar para esa fecha… o antes.
NOTA: Faltan 47 días para buscar $178,000.00 para pagar a Jeaustin Campos y a FIFA.