El partido del domingo no le sirvió de entrenamiento al Barça. No obstante, un 3-1 ante el Málaga hace tres días, fue suficiente para que el equipo entrara al Camp Nou con la confianza por el cielo hoy. No había porque temerle a los de Pellegrini si en el fin de semana, el conjunto le había ofrecido a la afición un buen espectáculo de Broadway. El puesto en la semifinal de la Copa para Vilanova, hace 90 minutos, ya estaba escrito.
Sin embargo, hablar de fútbol es hablar de lo incierto. Alexis marcaba “home runs” en vez de goles y quien anotó el primer gol del partido fue el otro chileno Iturra. Aunque, más mérito por el gol merecen Thiago y Pinto por haberle puesto el balón en bandeja de plata. La plantilla de Tito, entonces, se dió cuenta que los 24 puntos que le lleva al Málaga en la Liga, en esta copa no cuentan.
Después de el primer gol, el partido mejoró. El primero del Barça en llenar su tanque de gasolina fue Messi; quien gracias a esa mecha corta que tiene, reacciona bien a la hora de tener que explotar sus habilidades. Desde la media cancha, recibió el balón y corrió como caballo en el hipódromo. Hasta Usain Bolt se le hubiese quedado corto. Y como tiene pegamento en las botas, logró quedarse con la pelota y marcar un golazo de esos que solo él sabe marcar.
El que le dió vuelta al marcador fue Puyol. En un tiro de corner, la pelota le peinó los rizos y no se quedó enredada en su pelo, si no en la red. Probablemente, ni siquiera él se explica cómo esto sucedió. Pues fue un cabezazo entre las líneas de imposible e increíble.
Durante la segunda mitad, el bailarín o tenía dos pies izquierdos o le apagaron la música. El Barça perdió el ritmo por completo. Pero los de Pellegrini, siguieron intentando con todos los recursos habidos y por haber. Y como el que persevera, triunfa, el Málaga consiguió el empate. En un tiro libre, Camacho entró al área como Casper y dejó al Málaga con un corazoncito más de vida.
En solo tres días los equipos se han enfrentado dos veces. Habrá que esperar a la vuelta de los cuartos de final a ver quién llega un paso más cerca de la Copa. Después de todo, la tercera es la vencida.
Lorelei Mijares