Por Frankie Gautier
En el PROLOGO de los Estatutos de la FPF, está la VISIÓN de nuestros fundadores sobre lo que debe ser nuestra Federación. Nos dice que: se establecen estos estatutos para regir los destinos de nuestra Federación Puertorriqueña de Fútbol en el ámbito deportivo de los principios del juego limpio y honestidad,etc., etc.
LETRA MUERTA para quienes han hurtado como un botín pirata sus posiciones en la Comisión Electoral y en la de Apelaciones y para los lacayos que los han ayudado.
Posiblemente esta sea la última columna que escriba, naturalmente, agradeciendo la oportunidad que me ha brindado el Sr. Edwin Jusino, en su reconocido foro deportivo. Agradeciendo y respaldando siempre, su independencia editorial y su respeto a nosotros, los analistas de temas relacionados al fútbol.
Digo la última, por dos razones; por respeto a los lectores de sus columnas y porque me asquea escribir para analizar la situación del procedimiento fraudulento de la Comisión Electoral y la Comisión de Apelaciones. Estos órganos rectores, deben ser el reflejo de la neutralidad, de la unión, del consenso y de la transparencia. Pero desgraciadamente, en nuestro ámbito federativo, no es así.
No voy a referirme, detenidamente, al violado Código Electoral, porque es claro y específico en todos sus artículos y solo por intereses personales, se han interpretado con una óptica diferente. Y peor aún, para favorecer a candidatos a la presidencia de la Federación, cuyo reconocido y aceptado expediente federativo, refleja el continuo violentar de estatutos, códigos y reglamentos, que rigen nuestro deporte a nivel nacional e internacional. Para que explicar artículos y funciones, si ya se conocen, pero se insiste en violarlos.
Los gritos histéricos, para lograr imposiciones, provenientes de un enardecido carioca y de un perturbador gaucho, (delante de dos damas) es en defensa de que sus respectivos patrones, logren prevalecer, faltando a la palabra empeñada de obedecer estrictamente los estatutos y reglamentos de la FPF, como señala el propio Código Electoral. No importa violentar el proceso, si al final, rinde el fruto que se busca. ¡Que feo!
Por lograr votos, vienen las traiciones, las interpretaciones arbitrarias de lo que es un Club Premium, un Club Juvenil, una Asociación Regional fantasma, una institución que no es ninguna de lo anterior, uno que no cumple, uno que es asociado y juega con uno no asociado. No importa, hay que darle tres votos a juveniles e infantiles. La finalidad es que mi jefe gane las elecciones. No me importa lo que digan de mí, si consigo los votos para mi jefe. A eso vine y tendré mi guiso seguro. Soy un lacayo ¿y que? A confesión de culpa, relevo de prueba.
Lo peor de todo este vejamen federativo es la traición. No me refiero la traición al compañero dentro de la propia comisión. Eso se esperaba. Se rumoraba. Había antecedentes aztecas de elecciones pasadas. Se comentaba en los círculos futbolísticos. Esa traición es común y creo que contagiosa. Pero, por sobre todo muy peligrosa. Hoy soy yo, pero mañana eres tú. Peor que el Ébola.
Me refiero a la peor traición. La traición a los principios básicos de nuestra organización local y a nuestra organización internacional. La que nos reclama que participemos con la consigna del FAIR PLAY. Juego limpio. Actuaciones limpias. Honestidad. Que respetemos los principios éticos en cualquier gestión que se nos asigne. Que no faltemos a la confianza de una asamblea, máximo rector de nuestra institución, que puso su fe en los miembros de ambas comisiones. No esperaban lo que han visto. Tienen que haberse arrepentido. La gran mayoría de afiliados confiaban en los principios democráticos ejercidos en la Asamblea que no se han reflejado. Al revés, los han pisoteado.
Lo más absurdo de todo esto, es que luego de tanta trampa y ausencia de honestidad intelectual su candidato, el pobre, NO gana estas elecciones. Tanto nadar para morir en la orilla.
Perdamos o ganemos, pero con dignidad. No violemos los Estatutos que juramos obedecer, como un requerimiento federativo, firmado en papel timbrado de la institución solicitante y exigida para poder pertenecer a nuestra Federación. Miren que claro es:
Artículo 10- Admisión
Sección 3, Apartado b, someterá una declaración de que en todo momento acatará los Estatutos, reglamentos y decisiones de la FPF, de la FIFA y de la CONCACAF y que garantice que también serán respetadas por sus miembros, clubes, oficiales y jugadores. En cada cartapacio de los miembros activos que componen esas comisiones, está ese documento firmado. Ese documento es para respetarse. Es traicionar a la Federación hacer lo contrario. Esa traición no es perdonable. Tiene sus consecuencias. FIFA es muy celosa con lo que se jura cumplir. Existen muchos casos que pueden servir de ejemplo. ¡Cuidado!, no les salga el tiro por la culata.
Lo triste es que las violaciones no son solamente de algunos miembros de las comisiones. Esto se refleja más arriba. Es vox pópuli, que el Sr. Pedro Sálamo, actual Secretario General de la FPF, ha estado interviniendo a ultra vires, como dicen los abogados, en el proceso decisional de las comisiones. Tomando decisiones que no se reflejan en el Código Electoral. A sabiendas de que no puede. El lo sabe. Lo ha leído en el Código Electoral. Miembros de las comisiones se lo han señalado por escrito. Su función es ser secretario de ambas comisiones en su carácter consultivo solamente.
Entregará a las comisiones, cualquier documento que se exija por sus miembros, sin argumentos de clase alguna. Preparará, a petición de los presidentes, el acta de la reunión y tomará notas para preparar las minutas de la misma. El Código Electoral es claro y preciso sobre la función del secretario. ¿Por qué hacerlo distinto? ¿Existe algún motivo para que sea distinto?
Esa función me tocó realizarla hace cuatro años y solo intervine en calidad de consultor. Esa era mi estricta función Y solo dos miembros, se oponían a mis recomendaciones. Porque querían violar y violaron los estatutos. Y pagaron el precio en este cuatrienio. Y créanme, ese código me lo conozco de memoria y también las funciones y deberes del Secretario General, que preferí irme a tener que mancillarlo cuando lo ocupé.
Usted me parece un funcionario probo. Recto. Inteligente y observador. Me parece que tiene ese olfato que le dice lo que no está bien. Solamente hablamos una vez, el día 29 de junio de 2014, en la asamblea para elegir los miembros de las comisiones. Frente a la mesa del café. ¿Recuerda? Todavía recuerdo lo que me dijo esa tarde. Palabras sabias, pero al parecer olvidadas. Saludos.
Por otro lado, tengo la gran felicidad, que todo funcionario de la empresa privada o gubernamental añora: dormir con la conciencia tranquila. La tengo porque tomé las decisiones justas, dentro del marco estricto de mis deberes. Nunca accedí a presiones, ni acepté regalos, ni violenté los Estatutos de la FPF y los defendí ante ambos presidentes federativos con quien trabajé. Con el Sr. Serralta no tuve problemas éticos. Era recto como yo. Por eso, por ser recto, me busqué problemas, Y me los seguiré buscando. Los estatutos, reglamentos, códigos y palabra empeñada son para cumplirse. Sin fraude. Con honestidad.
Solo espero, que nuestro Secretario General y todos los miembros de ambas comisiones, puedan dormir tranquilos. Cada uno de ellos, será su propio juez.
Fraude: acción contraria a la verdad que perjudica a personas o grupo contra quien se comete.
Lacayo: persona que acompaña a su jefe a pie y sirve a sus propósitos.
Traición: acción voluntaria de renegar un compromiso de lealtad hacia una idea, una asociación o un grupo de personas.
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Frankie Gautier fungió como Secretario General bajo las administraciones Serralta y Labrador.
NOTA: Los comentarios aquí hechos son del analista invitado. FBNET o FutbolBoricua (FBNET) Inc., no necesariamente se solidariza con las expresiones vertidas por el mencionado invitado.