El viernes el Ricardo Saprissa fue el escenario para la despedida de un jugador, aquel que es odiado y querido al mismo tiempo, el que solía ser un arrogante con los medios de comunicación. Luego de leer ciertas cosas y hablar con los expertos del fútbol hasta la fecha ningún jugador es mejor que el famoso Walter «Paté» Centeno.
En lo personal puedo decir que nuestras relaciones de periodista – jugador de fútbol no eran buenas, en una ocasión me tiro la puerta de su carro en la cara sin yo faltarle el respeto y en un par de oportunidades el año anterior me dejo con la palabra en la boca y una vez solo dijo : dependiendo del medio le doy la entrevista.
Esa imagen de persona arrogante e incluso como decimos popularmente «agrandada» se la creo ante los medios de comunicación, pero «Paté» tiene otra cara, con la afición es amable, con otros jugadores es el mejor amigo que pueden tener y es el héroe de miles de niños y niñas a los que regaló una vez sonrisas cuando repartió regalos e incluso de su bolsillo dio dinero para que algunos pudieran cumplir sus sueños.
Como jugador confieso que nunca fue de esos que admiré, pero días previos a su despedida sacó a la venta camisetas con leyendas que lejos de bromas dicen la verdad: «yo lo vi jugar» , demasiada cierta la frase , incluso el viernes se me vino mucho a la mente cuando vi aquella selección del 2002 , esa que daba gusto verla jugar y la que nos dio alegrías haciendo historia. Es cierto, yo los vi jugar, se me vino a la mente aquel miércoles 05 de septiembre del 2001, cuando Costa Rica con dos golazos de Rolando Fonseca clasificó al Mundial de primera.
Lástima que las generaciones que llegaron después no copiaron ese liderazgo, ese amor por la camiseta y en ciertos casos incluso el talento.
La otra frase fue :»ahora quien nos va a salvar», es lógico que el Paté se fue por presión de la Directiva, no creo que en el mes de enero pensará que era su última pretemporada con el equipo morado, quien salvará ahora a los morados. Arrogante o no sabía jugar, ser ejemplo para jóvenes figuras y se ganó el respeto de una gran afición ganando títulos.
El retiro de Walter Centeno y el anuncio del adiós de Alonso Solís me hizo pensar en un posible reportaje que desde hace días me traía dando vuelta a la cabeza y de ahí desprendí una lluvia de ideas, reportajes que podrán ver por canal 13 en las ediciones de noticias de medio día y 9 pm.
Investigue un poco, y me acorde del drástico año en el que Liga Deportiva Alajuelense decidió sacar de sus filas a todos aquellos jugadores de experiencia, los mismos que probaron el sabor de ser tetracampeones.
Incluso, me acorde cuando Wilmer López aún con mucha cuerda la Directiva no renovó su contrato, aún cuando el jugador manifestó que el fin de su carrera lo quería vistiendo de manudo y terminó en Pérez Zeledón.
Noté entonces que la tendencia es apostarle a la juventud inexperta, no valorar esa experiencia y esas cosas que solo las horas fútbol dan.
Bien lo dijo Rolando Fonseca: ahora quién llena estadios, se preguntan por qué la gente no va al estadio. Luego pensé tiene razón, hablamos de problemas de liderazgo y retiramos a los líderes sin preparar nuevos, sin formar figuras.
Todos coincidieron, aquella selección del 2002 en que ya no se respeta la trayectoria y para terminar como me lo dijo Marcelo Tulbovitz : los grandes jugadores no tienen edad, los que marcan diferencia en el mundo tienen más de 36 años.
Lo curioso es que una década atrás los jugadores de experiencia eran bastante peleados por los equipos, en próximas columnas describiré lo que mediante entrevistas he podido recopilar.