Celebrada desde el 1956, la prestigiosa ceremonia del Balón D’Or decidió realizar un cambio significativo por el fútbol femenino.
El 2018 fue un año crucial para las mujeres en el fútbol. Cuando, finalmente, los encargados de la ceremonia presentada por la revista France Football decidieron incluir a la figura femenina para darle honra a la mejor mujer futbolista del año premiándole con el Balón de Oro. Cabe mencionar que antes del cambio la ganadora recibía un premio, pero aún no se le conocía como Balón de Oro, sino como la Mejor Femenina. Desde ese año, se otorgan ambos y se presentan dos listas de nominadas y posibles candidatas a ganar, individualmente, los premios más importantes en el fútbol femenino.
Sin duda alguna, fue todo un éxito. La afortunada de ganar el Balón de Oro fue Ada Hegerberg, la delantera, jugadora de Olympique de Lyon en la División Uno y premiada en 2016 como mejor jugadora europea de la UEFA.
La realidad es que no todo es como parece. Durante esa ceremonia el Dj Martin Solveig le preguntó <<si sabía hacer twerking>>. Hegerberg no se lo tomó como algo personal, pero lo que lamentó es que le hubiese gustado que le hicieran más preguntas sobre el fútbol. El Dj se disculpó por su comentario y aseguró que no pretendía ser sexista, pero obviamente se observó la falta de respeto. ¿Será porque Hegerberg es mujer?
A diario seguimos percibiendo el atropello hacia la mujer en el fútbol con comentarios inapropiados, que se pueden evitar. Es lamentable que la sociedad no pueda visualizar a la mujer conquistando más allá de lo que ellos imaginan.
Un acto que Hegerberg confirmó en disgusto por la falta de igualdad en el deporte se notó cuando no jugó en la copa mundial de la FIFA en Francia este año. Decidió emplear su tiempo en crear una campaña llamada #MoreThanAPayCheck (más que un salario). Una iniciativa mexicana que busca demostrar las malas condiciones a las que se enfrentan las jugadoras en el deporte en comparación con los hombres. Este sacrificio de no asistir al mundial le costó que perdiera aproximadamente once millones. Lo cual es un gesto extraordinario de Hegerberg y es algo de lo que todos debemos ser parte, ya que sacrificar tu pasión por falta de acondicionamientos no es nada fácil.
Este año se celebró la ceremonia del Balón D’Or (de oro) y la ganadora del premio fue Megan Rapinoe, jugadora del equipo nacional de Estados Unidos y de Reign Football Club (F.C.). La centrocampista ha conquistado varios premios, y uno de ellos es el premio Harry Glickman. Aparte de que ha sido nominada a premios como la mejor jugadora mundial de la FIFA.
La capitana de la selección femenina de Estados Unidos afirmó, en entrevista con <<Good Morning America>>, que no aceptará <<nada menos que un salario igual>> y que luchará <<por la misma paga todos los días>> hasta que esté en su tumba. De igual forma, añadió, que a la FIFA no le importa la realidad que atraviesa el fútbol femenino luego de que la final de la copa mundial femenina, celebrada en Francia, fuera programada para un domingo, 7 de julio. Día en que las finales de la Copa Oro y la Copa América iban a ser transmitidas; ambas competencias masculinas.
Jugadoras como Hegerberg y Rapinoe nos ayudan a percibir el crecimiento del fútbol femenino. Cada día es eminente la historia de alguna conquista femenina y de seguro seguirán dando de qué hablar.
Por otra parte, la motivación. Ese sentimiento que aporta al ánimo para despertar un interés. Eso está ocurriendo en el fútbol femenino y es lo que necesita, ese apoyo. Premiar a las jugadoras por su esfuerzo y dedicación las lleva a querer luchar por sus derechos y por el deporte. Aparte de que un reconocimiento es significativo para una jugadora, ya que hacen valioso su trabajo. No solamente para jugadoras profesionales, sino para todas las niñas y jóvenes que comienzan la aventura y pasión por el deporte, como lo es el fútbol.