Domingo 14 de agosto de 2011
Daniel Gambarrotti | España 360
Luego de 102 días el Real Madrid y el Barça se vuelven a ver las caras, esta vez en el partido de ida de la final de la Súper Copa. Un encuentro vibrante y con más fútbol que violencia. El Real Madrid mostró una cara diferente, jugó al fútbol y lo hizo muy bien, llegando con más facilidad y claridad que su acérrimo rival. El Barça se vio descontrolado, dubitativo, por largos pasajes del partido.
La primera mitad estuvo llena de emociones, el Real Madrid salió con todo, sin ningún temor y obligando al equipo azulgrana a defenderse. Los de Mourinho tenían el control de la esférica por la primera media hora del partido, logrando una clara llegada de Benzema y Victor Valdes le quitó el grito de gol al Santiago Bernabeu, cabe resaltar que el mejor jugador culé por más de media hora fue su cancerbero. En el minuto 13 apareció el 10 del Madrid, Mesut Özil para poner el primer tanto del partido. Luego de la media hora, volvió a aparecer el Barça con su famoso “tiki taka” y David Villa firmó un golazo para la historia, un remate que logra superar a Iker Casillas (que se tiró para la foto) y se metió en el ángulo superior del segundo palo. Al final de la primera mitad apareció él mejor, la pulga dorada, él Messias del fútbol y puso a los culés al frente en el marcador luego de batir a Iker en un mano a mano.
Para la segunda mitad el equipo blanco necesitaba un golpe anímico urgente, Mou hace debutar al portugués Fabio Coentrao quién entró por Di María. El Madrid salió al ataque logrando un tiro de esquina en el minuto 54, que el Barça no pudo despejar y el balón le quedó a Xabi Alonso que empalmó el balón a ras de césped y marcó el segundo gol merengue y último del partido. El encuentro se tornó menos vistoso y más ríspido cuando los viejos enemigos Pepe y Dani Alves se vieron las caras en una falta proporcionada por el luso al brasileño en territorio culé.
El Barça consiguió un resultado de lujo. Quizás injusto ya que el equipo del Madrid jugó mucho mejor llegando con más claridad, peligro y sobre todo en conjunto, que era una de las críticas más recurrentes de la afición y de los analistas. Pero al fútbol le importa poco la justicia, el Barça anotó en las que tuvo. Lo bueno es que el partido del próximo miércoles está abierto y Guardiola nunca ha salido a defenderse, así que es casi seguro que tendremos un cierre de la final de la Súper Copa tan bueno o mejor que el de hoy.