El mundial de Catar 2022 llega, como una visita al dentista. Algo que hay que cumplir, necesaria y tal vez desagradable, pero sin grandes ganas. En tiempos de eventos atmosféricos, pandemia, guerras, hambruna, este evento debe provocar algo de alegría. Para algunos, y algún país lo celebrará con gusto.
No me imagino estar 40 días en el desierto, y la cita a Catar 2022 no tendrá el atractivo cultural/social de Rusia, Brasil, o Sudáfrica. Será como la cita al dentista. Una interrupción de ligas, y en unos pocos días arranca el Mundial 2022.
Llega a destiempo. Como Navidad en verano. Y en vez de 40 días de pausa previa, hay apenas una semana para juntar una selección. Como si la máxima cita del fútbol fueran partidos de liga cualquieras.
Ya salieron listas de jugadores convocados. Pero más importante aún, los jugadores lesionados. Con la carga de partidos, la lista de las lesiones de jugadores y estrellas se alarga: Sadio Mané (Senegal), Pogba, N’Kunku y Kanté (de los campeones, Francia), Diogo Jota (Portugal), LoCelso (Argentina) Raúl Jiménez y Jesús ‘Tecatito’ Corona (México), Reece James y Ben Chilwell (Inglaterra), y Timo Werner (Alemania).
Durante el mes mundialista, otros van a caer lesionados, y más que las figuras, la profundidad del plantel será el factor determinante. En este caso, un equipo como Brasil, que se da el lujo de dejar en casa a un jugador como Roberto Firmino (Liverpool) tiene ventajas.
Ahora hay ligas y torneos todo el año, y aunque es bueno ver fútbol de calidad día tras día, la temporada se acerca a la de las Grandes Ligas de pelota, con partidos a diario.
Por el calor, la incomodidad de hacer el Mundial en Catar, hubo que traspasarlo a invierno, acomodar los calendarios futboleros y apretar los partidos. No hay periodo refractario antes del mundial. Que uno cambia de chip entre clubes y selecciones, para anticipar y descansar el ojo. Recuerdo veranos en Europa donde la gente sale de la playa para consumir partidos épicos.
Pero los intereses se tornaron comerciales sobre todo, y desde Corea/Japón 2002 cambió la historia. El gigantismo del evento requiere potencias industriales y económicas organizando.
Catar quiso poner su nombre en alto, a pesar de la sangre y el dinero que cuesta. Ya los cataríes han cambiado la política regional, a través del canal Al Jazeera, que cubre el mundo árabe y es respetada mundialmente.
En Suramérica, la Navidad llega en el verano austral. El título mundial posiblemente también.