Estamos a tres días de la cita contra México en el Nacional, todo lo tenemos en contra mentiría si dijera lo contrario. Empecemos por decir que nuestra principal figura, esa que atrae la marca aún sigue en duda, me preocupa que juegue durante la semana no ha entrenado y cómo saber si se acoplara o captara la idea de Jorge Luis Pinto.
Si lo hace deberá de cuidarse es lo lógico, para no recaer un equipo en Inglaterra lo esta esperando. Me tranquiliza que Joel Campbell este al 100%, su picardía con el balón nos puede permitir seguir soñando con el Mundial, yo estoy soñando con un golazo suyo.
Cuándo preguntan con que factores puede ganar Costa Rica, que difícil enumerarlos porque si hablamos de la cancha, no es algo que considere que este a nuestro favor. Durante más de doce meses hemos jugado ahí y lo único que impresiona a nuestros rivales es la infraestructura de primer mundo que tiene, pero el fútbol mostrado por los ticos o el peso que pueda representar esta cancha para intimidar un poco es casi o más bien dicho nulo.
Debemos ser realistas, nuestra Selección tiene muchas carencias que no se corrigieron a tiempo y rivales de menos peso que México las pusieron en evidencia, ya no hay el famoso tiempo para “seguir trabajando” en corregir estas fallas. México es un grupo consolidado, trabajado y que ha llevado un proceso pero nosotros aún seguimos buscando la fórmula para desarrollarel nuestro como Dios manda.
No considero que tengamos argumentos futbolísticos para irnos al frente, no es menospreciar a los nacionales, es que aún nos falta mucho y si comparamos con lo que sacó la FIFA en el ranking de hoy, nos daremos cuenta que las diferencias hasta número tienen.
Pero a pesar de tener todo en contra, Costa Rica podría apostarle al apoyo de su afición, al coraje, lucha y garra de sus jugadores. Si los once se mentalizaran en salir a jugar con el corazón y luego con las piernas, ser guerreros de esos que mueren tirando hasta la última gota de sudor podríamos dejar huella.
Que a nuestros jugadores les pique el gusanito de querer escribir historia, callar mi boca y la de todos los que ponemos aún en duda que puedan sacar tres puntos… en pocas palabras que los primeros minutos los jueguen con piernas y ya luego ponga el corazón y la sangre.
Costa Rica comparada con México no es una selección de nombres, quiénes son nuestros jugadores a excepción de Bryan Ruíz, Joel Campbell y ahora el sonado Bryan Oviedo no tenemos más figuras que logren llamar la atención.
Pero podemos tener un equipo de hombres, que se inyecten la medicina que caracteriza a los mexicanos y para decirla en palabras bonitas la del nacionalismo, amor a la camisa y ese orgullo de no dejar que nadie nos humille en nuestra cancha.
Qué sistema de juego o como jugarle a México, no soy mediocre pero debemos defendernos pero hacerlo bien, desgastar al rival y aprovechar las opciones que se nos presente. La razón es sencilla, ellos se vendrán al frente, quizá anulen a nuestras figuras delanteras, si nos vamos al frente podrían aprovecharse bastante de los espacios y los nuestros cansarse.
Jugar con el corazón, es lo que debemos hacer y si perdemos que sea de manera digna porque a pesar de tenerlo todo en contra nunca renunciamos a dejar lo mejor en la cancha.
Ojala los dioses del fútbol mezclen las estrellas a favor de la tricolor y en mi próxima columna se titule huele a otro aztecazo.