En 1891, el poeta irlandés Oscar Wilde escribió su única novela, “El Retrato de Dorian Gray” sobre un personaje tan obsesionado con la vida que vendió su alma con tal de ser eterno. En la versión del fútbol puertorriqueño 2022, tenemos a Iván Rivera como el personaje luciferino y Miguel Cornejo en el rol estelar de Dorian Cornejo. A diferencia de la versión original, en la boricua, Rivera, en vez de vida, le concede a Cornejo un eterno litigio.
La novela empezó cuando Rivera se dio cuenta que la liga que fundó y administró Cornejo era superior en todos los sentidos a su liga chatarra. Para corregir esta desgracia, en vez de hacer mejor las cosas, Rivera abusó de sus poderes, y trató de borrar a Cornejo mediante un expediente alegando una infinidad de violaciones “éticas”. Como parte del proceso lo suspendió no solo del Comité Ejecutivo sino de toda actividad del fútbol federado.
El caso duró una eternidad y tuvo más vaivenes que machina en feria de barrio, pero en resumidas cuentas, Cornejo obtuvo una victoria pírrica en el Tribunal Apelativo y de Arbitraje Deportivo del Comité Olímpico (TAAD). Para más detalles sobre esta parte del proceso lea mi nota, “Caprichos y vendettas”, publicada en el portal de FBnet.
Con este resultado adverso es que Rivera nos demostró su dominio de las artes negras. Por acto de magia apareció de la manga Doña Maria Rodriguez Torres alegando que fue “hostigada” por Cornejo. Ese suspiro de “evidencia”, fue suficiente para que Rivera le abriera otro expediente a Cornejo y mantenerlo suspendido del Comité Ejecutivo.
De las alegaciones de Da. Maria resaltan dos cosas. La primera es que al momento del alegado hostigamiento la dama no trabajaba en la Federación y por ende su querella no era de la incumbencia federativa. Aun así, Rivera, un reconocido paladín de la virtud femenina, la usó como sazón en su hechizo litigioso contra Cornejo. Esto teniendo en cuenta que Rivera mantuvo de técnico de una selección que lleva la bandera de Puerto Rico en el pecho al abusivo e incompetente Elgy Morales.
Recordaran que un tribunal emitió una orden de protección en contra de Morales por abusar de su pareja, hecho que Rivera ignoró mientras lo mantenía al mando de una selección que lo único que hizo fue chuparse goleadas vergonzosas en torneos internacionales. Y mejor ni hablar del amoroso “jueguito de manos” que Rivera nos restregó en la cara en un video en TikTok con su empleada Karla Dejardín, directora del Departamento de Fútbol Femenino y directamente responsable del fiasco de las pruebas de Covid de la selección Sub-20. Fiasco que le costó el trabajo a Maria Inés Lugo y Jorge Pulido, pero no a Dejardín.
Lo otro que hay que resaltar es que al parecer Da. Maria dejó la búsqueda de un remedio justo en las manos exclusivas del susodicho paladín, ya que por ningún lado aparece que la dama juramentó querella contra Cornejo ante policía, fiscal o juez.
Así las cosas, el expediente volvió a la Comisión de Ética, pero esta vez, para la sorpresa de todos, incluyendo, asumimos a Rivera, el Comité no se comió la feca y sin necesidad de muchas palabras, liquidó el expediente por falta de prueba. Hay que resaltar dos cosas sobre esta Resolución.
Lo primero es que desde el inicio la Comisión ha sido un foro hostil para Cornejo. Esto no es poca cosa. La primera resolución de la Comisión requirió que Cornejo tuviera que incurrir en gasto de tiempo y dinero para hacer valer sus derechos ante el TAAD. El foro apelativo revocó tajante y despiadadamente a la Comisión por arbitraria y caprichosa, algo que nunca le agrada a ningún juzgador. En vista de eso, que la Comisión desestimara el caso de hostigamiento contra Cornejo con la rapidez y vehemencia que caracterizó su Resolución nos dice todo lo que tenemos que saber sobre la validez de las alegaciones de Maria Rodriguez Torres.
Lo segundo, que para mí como abogado tiene mucho peso, es que los integrantes de la comisión (que incluyen una mujer) no son un dizque ingeniero cualquiera. Al contrario, son abogados licenciados, dos tienen currículos de mucho peso y el tercero, aunque joven, tiene paso por uno de los bufetes mas prestigiosos del país. O sea, son abogados de verdad que conocen de leyes, casuística y reglas de evidencia y no van a exponer ni sus reputaciones ni sus títulos a la magia negra de un brujo de pacotilla.
Ante semejante falta de respeto de su propia Comisión de Ética, Rivera, como un Rasputín cualquiera, elevó su juego de mero nigromante a caudillo total. Según un correo electrónico del secretario general fechado el 28 de septiembre, un mes después de la fecha de la Resolución desestimando el caso, la Federación, por conducto de su Comité Ejecutivo, rajó a sus licenciados, disolvió la Comisión de Ética, ordenó la creación de una Comisión nueva y tan pronto quedara constituida, avisó que apelaría el fallo de la Comisión de Ética a la Comisión de Apelaciones. Todo esto, hay que constatar por más absurdo que parezca, fuera del plazo de diez días hábiles que establece el Art. 53 del Código de Ética para apelar.
Este accionar del Comité Ejecutivo crea la situación ridícula y absurda de un foro (sin importar que sean integrantes diferentes, la entidad es la comisión no sus integrantes) que apela su propia resolución a su propio foro apelativo. Para que entiendan lo absurdo de esta situación imagínese que un tribunal que encuentre culpable al asesino apele su propia decisión de culpabilidad a jueces de su misma sala. Veremos si esta atroz torpeza de intelecto se extiende a una apelación al COPUR, en caso que la Federación en efecto se confirme a sí misma en la Comisión de Apelaciones. Yo pagaría buena plata por ver eso, pero tan morones no pueden ser. ¿O sí?
Como abogado entiendo que la Federación, como organización privada, no está obligada a adoptar las mismas reglas de evidencia y procedimiento civil o reglamentos administrativos que le aplican a los tribunales y agencias de gobierno. Empero, esa discreción no es absoluta. Tanto los tribunales como la ley establecieron hace décadas, que la Federación está obligada a darle su debido proceso a Cornejo, lo cual hizo sin duda. Sin embargo, el mero hecho que le dieron su debido proceso, no es suficiente. El proceso no puede estar viciado por la arbitrariedad y el capricho, algo que ya el TAAD estableció es lo que ha venido pasando.
Una cosa es la arbitrariedad y el capricho, otra muy diferente es el accionar ilegal. Con la disolución de la Comisión de Ética, lo que solo se puede caracterizar como el reclutamiento de lacayos leales solo a Rivera y la intención de la Comisión a apelar su propia resolución, entramos en un terreno mucho más peligroso. Aquí rige la ley de corporaciones y sus prohibiciones a actos ultra vires de sus oficiales y directores. La normativa jurídica vigente nos dice que dichos actos son ilegales y sus consecuencias mucho mas severas que una mera revocación. De hecho, son actos tan serios que en teoría pudieran llamar la atención en Zúrich.
Lastimosamente para los que albergan esperanzas de que FIFA haga algo, les aviso que el futbol puertorriqueño es tan mezquino e inconsecuente que en FIFA no somos ni una nota al calce. Frenar la soberbia arbitraria, caprichosa y ultra vires de Iván Rivera nos toca a nosotros. Hay más posibilidad que nuestra selección gane un Mundial a que la FIFA intervenga para sacar a Rivera. Sin embargo, quien sabe, puede que pase. Después de todo, la esperanza, y el caso de Dorian Cornejo, son lo último en morir.