Por Frankie Gautier
“yo, cruzándome de brazos, dije que me daba igual”
(Rafael de León-poeta español)
Pueden ser los muchos años que tengo, o las anteriores relaciones con algunos sabios políticos, o tener que bregar con diversos miembros de la sociedad actual y la pasada, o es que nací con una intuición casi felina, que me hace oler que algo no está bien. Que me huele mal.
Creo que el observar detenidamente, da más frutos que, babosear, cantinflasear o auto enredarse, haciendo malabares lingüísticos, sin ir al grano. Peor aún, que lo expresado, carezca de sustancia y veracidad. Y eso se refleja en el auditorio de turno. Aunque ellos mismos ni lo piensen.
Esta asamblea celebrada el domingo pasado, se reflejó mucho más que lo que a simple vista usted notó a vuelo de pájaro. No es que dude de la casi totalidad del intelecto y propósito de casi todos los presentes, pero si tengo que decir que allí fueron miembros con agendas escondidas, que por su participación, lo que dieron fue motivo a unas abruptas carcajadas. Ellos saben quienes son. Sin importar el ridículo en que caen que es repetitivo.
Pero vamos al grano del meollo:
Se supone que esta era una asamblea tan importante que en ella: “se nos va la vida”, según declaraciones del primer vicepresidente José Brenes. Que FIFA, el 14 de marzo de 2016, nos desafiliaba automáticamente, si no aprobábamos los estatutos sometidos con las especificaciones requeridas por el organismo internacional.
Lo que no se dijo, y la asamblea tiene la facultad de establecerlo, es que lo exigido por FIFA es lograr el balance de participación de sus miembros afiliados, en cuanto a votos representativos y no el que aparece en los estatutos presentados por la FPF. Y el vicepresidente se fue de la asamblea de ‘vida o muerte.”
Las tres recomendaciones sometidas en la asamblea, representan más balance, como lo requiere FIFA, que el acondicionado estatuto que se quería aprobar a la cañona.
Pero no quiero pasar por alto lo verdaderamente importante de esta asamblea. A lo mejor usted no lo notó, pero a mi algo me huele mal. Muy mal.
Puede que sea cansancio, puede llamarlo confusión, o puede llamarlo dejadez pero uno nota en el ambiente señales que deben ser preocupantes para los miembros de nuestra federación. Les daré algunos ejemplos y también la solución.
Primero: De las nueve sillas en el proscenio, para el Comité Ejecutivo, solo se sentaron el Presidente y un vicepresidente. Los otros que pude observar, estaban sentados en el público y algunos con una indiferencia total a lo que allí pasaba. Eso no ocurría antes. Algo me huele mal. Se fue Brenes y el presidente se quedó solo.
Cuando consumí un turno y señalé que en mi poder tenía el borrador de los nuevos estatutos de FIFA y que los miembros del Comité Ejecutivo debían tenerlos, tres de ellos me miraron con cara de carnero degollado. ¿De que diablos hablará este señor? ¿Qué estatutos son esos? Evidentemente los miembros del CE no los tienen.
Cuando aclaré que el procedimiento de desafiliación no era al trágala, como se quiso dar la impresión, noté que todos los asistentes me miraban con deseos de saber el verdadero procedimiento. Dudas y desinformación. El mejor amigo del déspota.
¿Conoce FIFA si en esos estatutos, el balance buscado, es el que quiere la asamblea o es el que se le quiere imponer? ¿No aceptaría FIFA que se le diera más participación a sus miembros, en la búsqueda de ese balance, entre los componentes de la FPF, como se indica en las enmiendas sometidas por la Asociación Metropolitana, por la Liga Metropolitana, por el ex presidente de la FPF, Sr. José M. Serralta y las de este servidor que como amigo de ese comité ad hoc les hizo llegar?
Debo aclarar que esa dejadez de los miembros del Comité Ejecutivo lo vi reflejado en el resto de la matrícula, que de hecho, a la misma se invitan todos los miembros, aunque no voten. Noté que se iban retirando poco a poco. Unos salían directamente y otros con subterfugios. Al final, solo quedaban tres miembros del Comité Ejecutivo y cinco miembros de la matrícula. Mi abuelo decía: “cuando el río suena…es porque agua trae”. Si no hay ni al más mínimo interés en una asamblea donde “se nos va la vida”, ni en escuchar lo que dice el Presidente, ni en a portar al desarrollo del fútbol, ni tan siquiera protestar como miembro de ese comité (recuerden seleccionados por la asamblea) con un mandato de defender los estatutos y reglamentos de la Federación ¿en que tienen interés?. ¿O es que no les importa que le presenten un presupuesto, que ustedes aprobarán, sin pasar por la Comisión de Finanzas que preside una compañera de ustedes?
¿O es que ustedes aprobaron a los técnicos (que se comen casi el presupuesto) sin pasar por la Comisión Técnica que preside otro compañero?
¿O es que a ustedes no les importa que se nombre a un Director de Desarrollo, sin la consulta a la Comisión de Desarrollo, que la preside un compañero de ustedes?
Y cuando le toque a usted, ¿Qué hará? ¿Callar? ¿Aceptar la violación? Veremos.
La asamblea los seleccionó para que ejerzan sus funciones estatutarias y no para aceptar violaciones a las mismas.
¿O es que esa actitud en esta asamblea está reflejando lo que me estoy temiendo; que es un rechazo explícito, sin ruido, callado y calculado del Comité Ejecutivo y del resto de la matrícula, a la mala gestión financiera y de gobernanza del Sr. Eric Labrador? Si es así, entonces: ¡pa’alante!