Sábado 8 de abril de 2017
Edwin R. Jusino | Desde la Tribuna
Madrid hoy se vivió otro derbi madrileño, el primero que se disputa estando yo en la ciudad (no que eso sea de importancia sobre el evento). Desde temprano, en las barras de la ciudad ya la gente dialogaba sobre el partido.
De hecho, fui testigo presencial de un grupo de jóvenes que, aparentaba, que se habían amanecido en la calle luego de una noche de jangueo, y desayunando en la cafetería en la que me encontraba, cantaban consignas del Real Madrid y dialogaban lo que pensaban que ocurriría en el derbi.
Mientras se aproximaba la hora de las 4:15 PM (hora de Madrid), en las calles en los alrededores del Bernabeu ya se podían ver españoles vestidos con las camisas del Atlético Madrid y el Real Madrid. En el aire se podía palpar una expectativa de lo que ocurriría hoy en el partido.
Ya en la tarde, las carreteras alrededor de Cha Martín, barrio de Madrid donde está el Bernabeu, se llenaban de taxis, y tráfico. Todo en Madrid parecía girar alrededor del estadio.
Los letreros en el Bernabeu anunciaban que las taquillas para el partido entre los eternos rivales estaban agotadas; de hecho ya se sabía que estaban agotadas previo a llegar a Madrid.
Las carreteras alrededor del estadio se cierran par de horas antes del partido porque los autobuses que se traen a los miembros de las peñas de alrededor de España se puedan estacionar en los laterales. Si algún día va a ir a un partido del Real Madrid, precisamente, es mejor usar el Metro que ir en carro. El Bernabeu tiene un estacionamiento pequeño muy limitado que se encontraba cerrado al público al momento de pasar por los alrededores del Bernabeu.
Admito, luego de aguantar 89 minutos de frustración por los intentos fallidos y el gol del otro portugués del Real Madrid, el gol de Antoine Grizman finalmente salió el frenesí de la felicidad. Les cuento el miércoles sobre el partido del Atlético Madrid y el Leicester, de ese habrán fotos y esperemos que video igual.