Lunes 1 de setiembre de 2014
Esteban Guevara/FBNET
Este miércoles inicia una nueva versión de la Copa UNCAF, el torneo que agrupa a las siete selecciones de América Central. La presente edición de la competición cuyo nacimiento data de 1991, presenta una serie de características que la convierten quizás en la más atractiva de todas las trece anteriores. En primer lugar, la Copa salió del istmo y se mudó a Estados Unidos, donde cuatro ciudades norteamericanas albergarán los doce encuentros que conforman el campeonato; Los Ángeles, Dallas, Houston y Washington DC serán esas sedes.
En segundo lugar, el aspecto definitivamente más relevante en esta ocasión corresponde al premio para el conjunto que campeonice, pues obtendrá el pase directo a la edición centenaria de la Copa América en 2016, que se disputará también en territorio estadounidense. Costa Rica, debido a que se presenta como campeón defensor y hace apenas dos meses conquistó la atención del planeta como selección revelación del Mundial Brasil 2014, parte como claro favorito y rival por vencer para los otros seis contendientes.
Dicha participación tica en la Copa del Mundo carga de una lógica -pero manejable- presión a la Tricolor, pues luego de su octavo puesto en campos brasileiros no se le puede exigir otra cosa que no sea el primer puesto y el boleto sellado al prestigioso certamen de la CONMEBOL. Honduras, también mundialista en Brasil, en teoría es el llamado a aguar los planes costarricenses, y dicho objetivo es alimentado por la histórica rivalidad sostenida con los nuestros; sin embargo arribará al torneo con un nuevo técnico, Hernán Medford, que apenas inicia un proceso a futuro. El Pelícano, que no pudo medir a su escuadra catracha en ningún fogueo, previamente advirtió a sus parciales y solicitó mesura con respecto a la posición que adopte la afición hondureña ante una eventual no campeonización.
En sus respectivos elencos Panamá, Guatemala y El Salvador comparten algo con Honduras: las cuatro selecciones empezarán a develar sus armas de cara a su meta fundamental: Rusia 2018, por lo tanto con acceder a uno de los cinco cupos a la Copa de Oro se darían por satisfechos. Belice, por otra parte, decidió echar mano de un viejo zorro en estas lides: Le Roy Lewis, el limonense que metió a ese seleccionado en el principal evento de la CONCACAF el año anterior. Dado que el caribeño ha logrado pasos enormes en el fútbol beliceño, no hay que descartar alguna sorpresa de sus dirigidos. Nicaragua, finalmente, luce como el rival más débil y tratar de emular su histórica clasificación a la Copa de Oro de 2009 parece más un lejano sueño que una realidad.
Para los ticos hay un dato que llama la atención: tres directores técnicos costarricenses estarán al frente de banquillos en la competición, en una cifra nunca antes observada en la historia de la Copa UNCAF. Paulo César Wanchope, Hernán Medford y Le Roy Lewis bregarán por cumplir el mejor trabajo con sus respectivas selecciones. Los tres, ejemplos de triunfadores de raza negra, debutarán justamente tres días después de la celebración del Día del Negro; un detalle que llena de orgullo a quienes sancionamos el retrógrado racismo que a veces hace su nefasta aparición en nuestros estadios.
Costa Rica abrirá el torneo a las 5:30 pm ante los pinoleros en la capital estadounidense; en la misma sede pero a las 7:30 pm catrachos y beliceños se verán las caras, mientras que a las 9:30 pm cuscatlecos y chapines cerrarán la jornada allí mismo. En el caso de los ticos, volverán a la acción el domingo a las 4 pm en Dallas contra Panamá. Si bien los detractores del balompié centroamericano cuestionan el nivel del torneo, será una bonita oportunidad para volver a observar a la Sele que tantas alegrías nos regaló a los ticos en el pasado Mundial; los nueve mundialistas con los que contará Chope hacen pensar que se volverá a alcanzar el éxito. Ya se verá si es así…