Honduras
Ésta es la triste historia de un Monstruo que comenzó ilusionado la Champions Concacaf, pero anoche cayó rendido a los pies del humilde Puerto Rico Islanders, que llegó sin tanto alboroto a arrebatarles la ilusión de un Mundial de Clubes a los verdolagas.
Un 1-0 como una estaca para el fútbol catracho, que esperaba ver a un club nacional en la justa mundialista en Japón en diciembre, pero después de un 1-2 en contra la semana pasada en Bayamón, Marathón no remontó y las lágrimas no se hicieron esperar en el Olímpico.
Marathón atacó y atacó, quiso envolver a su rival con una gran velocidad y juego vertical, pero a medida que se iba consumiendo el tiempo los catrachos no se encontraban con el antídoto que hiciera caer a los puertorriqueños.
Los verdolagas no claudicaron en su esfuerzo, incansablemente intentaban anotar, pero el infortunio les llegó en el momento menos esperado.
A los ocho minutos, Astor Henríquez tuvo que abandonar el campo debido a una lesión en su tobillo derecho y más adelante «Pescado» Bonilla abandonó también por lesión.
La más clara jugada que los aficionados lamentaron fue a los 18 minutos. Después de un tiro de esquina, Juan Carlos García saltó y con un frentazo estrelló el esférico en el vertical izquierdo del arquero caribeño. Lástima, don balón no quiso pasar adelante.
Insistencia e insistencia era la única salida del Monstruo, fue ganando terreno poco a poco, pero fue como una montaña rusa, emprendió camino hacia arriba, pero decayó y su fútbol fue opacado por la aplicación y el entendimiento táctico de los Islanders.
Complemento
Berríos asustó a los 47 minutos a los caribeños, pero era sólo eso, un susto, aunque además era el presagio del complemento.
En una de tantas arremetidas monstruosas, se descuidó atrás y Nicolas Addlery soltó un derechazo, pero Obelar se encargó de negarle la red.
Una más para el drama en el Olímpico. Tyson Núñez preparó el cañón y disparó para que el esférico reventara en el horizontal. Casi, casi.
Después de tanto ataque, la estocada mortal no fue de los verdes, sino del Puerto Rico Islanders.
Al 90, Nicolas Addlery les ganó en gran velocidad la espalda a los zagueros verdolagas y definió ante la fragilidad de la defensa.
Un golpe bajo y el tiro de gracia. Ése es el triste final del club verdolaga, que en su casa fue invencible en la ronda anterior, deshaciéndose de rivales como el Cruz Azul de México, el DC United de la MLS y el Saprissa de Costa Rica, pero la vio fea con el Puerto Rico Islanders. ¡Qué tristeza!