Lunes 7 de julio de 2014
Edwin R. Jusino | Desde la Tribuna
Siempre se habla de que Puerto Rico tiene el talento y la capacidad para tener una liga profesional de fútbol genuina. La queja primordial es la falta de profesionalismo a nivel administrativo. La realidad es que en Puerto Rico, los que se ha interesado por el deporte, a nivel profesional, no han podido encontrar la fórmula para popularizar y capitalizar del deporte más rentable del mundo.
Esta falta de interés por el público y los medios de comunicaciones tradicionales se basa en la sencilla realidad de que el fútbol profesional no ha logrado ser rentable en Puerto Rico. Las corporaciones han optado por invertir en el fútbol recreacional, como el Soccer Blast, o la Copa Coca-Cola, y no en equipos o la liga profesional. Los auspicios de Coca-Cola y Liberty, en términos de la Súper Copa, se basaron en el pago de árbitros y promoción generalizada de los partidos por televisión. Un buen comienzo pero no lo suficiente para generar el interés necesario para lograr lo más importante, crear fanaticada que asista a los partidos.
El único proyecto serio que hubo en Puerto Rico por un tiempo lo fueron los Puerto Rico Islanders, sin quitarle méritos a otros proyectos que fueron contemporaneos de la Tropa Naranja.
Ahora tenemos la Liga Profesional de Fútbol de Puerto Rico (PRSL), que en su segunda encarnación, ha tomado unos pasos importantes, pero a nivel gerencial no tiene una figura que pueda atraer el interés económico, como lo logró Steve Ross con el fútbol estadounidense.
Steve Ross, fundador de la corporación Time Warner, fue uno de los ejecutivos que fundó el club legendario de fútbol de la ciudad de Nueva York, los Cosmos de Nueva York, y es considerado como el padrino del fútbol estadounidense. Ross fue quien tomó el riesgo de traer al Rey Pelé, por el gran total de 4.5 millones de dólares, a jugar en lo que en aquel entonces era una liga semi-profesional, la Liga de Fútbol de Norte America (NASL por sus siglas en inglés). Ross también fichó figuras como Franz Beckenbauer, Giorgio Chinaglia, Shep Messing, Carlos Alberto, entre otros.
Ross fue un visionario, adelantado a su época, creando de un equipo semi-profesional, la primera franquicia multimillonaria de fútbol de los Estados Unidos, en una época donde no habían ni siquiera categorías menores como las hay en los Estados Unidos ahora. A diferencia de aquel tiempo, Puerto Rico está en un momento superior al que se encontraba el fútbol estadounidense en la década de los 70’s.
El éxito de Ross no se basa solamente en su figura o visión, sino que se rodeó con un equipo de trabajo competente que supo como manejar, y mercadear el equipo. Tomemos en cuenta que el éxito de los Cosmos fue durante la peor crisis económica que ha sufrido la ciudad de Nueva York. Los paralelos entre ese momento y el Puerto Rico de hoy en dia son similares.
Con todo esto, mi intención es retar a los dirigentes del fútbol de Puerto Rico, a los dueños de las diferenes franquicias que conforman la PRSL, tanto masculinas como femeninas, a que sean creativos, dinámicos, y no tengan miedo de tomar riesgos. La Súper Copa se quedó atrás, y ahora es el momento de empezar a construir lo que verdaderamente Puerto Rico necesita, un torneo masculino y femenino profesional. ¿Podemos soñar con tener alguna figura de importancia jugando en Puerto Rico algún dia? Quisiera estar vivo para verlo, y todo comienza con las decisiones que ustedes tomarán. Sobre todo, no piensen que lo pueden hacer solos. Consiganse personas capacitadas que puedan ampliar su perspectiva.
Tal vez no tenemos un Steve Ross, no exactamente. Pero su esencia y su visión es lo que necesitamos, por que sin inversión no hay fanaticos, sin fanáticos no hay recaudos, sin recaudos no se puede invertir en mejorar las condiciones de nuestros jugadores, por lo que nuestras selecciones seguirán estancadas.