Cuando el presupuesto de cualquier organización cuadra al centavo, la suspicacia del que lo escudriña y repasa le hace pensar que el mismo está más cuadrado “que la cara de Dick Tracy”, como decía mi abuelo Lorenzo Gautier Calderone.
Para los que no son de mi época, había una tirilla en los periódicos sobre un detective exitoso pero su dibujante, el cual no recuerdo, le dibujaba el rostro utilizando líneas rectas; frente, nariz, quijada y cuello. De ahí el dicho antes mencionado.
Eso pasa con el presupuesto de la Federación Puertorriqueña de Fútbol. He estado leyendo las partidas de ingresos y egresos y hasta habrá un sobrante de $110,000.00 al finalizar el año fiscal 2017. No se ría, es cierto. Revíselo.
Lo que usted no sabe es que ese presupuesto no se hizo siguiendo el procedimiento establecido por FIFA y que está explicado en los Estatutos de la FPF. Pregúntele a la miembro del Comité Ejecutivo, ex presidenta de la Comisión de Finanzas, Sra. María Laracuente, si ese presupuesto fue objeto de revisión por la comisión que ella presidía, antes de llevarse ante el Comité Ejecutivo. La contestación es NO. No se presentó ante el Comité Ejecutivo para aprobarse sino para que supieran que ese era el presupuesto de este año. Se repartió en una asamblea y todo bien.
¿Qué donde se hizo y quien lo hizo? ¡Sería usted ingenuo si no lo supiera a estas alturas del juego!
Uno, por ser curioso, se pregunta: si los ingresos establecidos estarían en el banco, ¿por que no le pagan la cantidad adeudada a los árbitros? ¿Por qué hay otras deudas sin saldar? ¿Por qué no se hace cada trimestre un informe por la Oficial de Finanzas al Comité Ejecutivo? ¿Por qué, si en todos los años de la presidencia de Labrador el año fiscal ha terminado con déficits altísimos, este año es distinto?
Les invito a que antes de la debacle anunciada, y de que se juegue por jugar, tómese un tiempo para analizar el derrotero que sigue llevando la administración de Labrador antes de que sea tarde. Los que somos deportistas de verdad y amamos el fútbol tenemos esa responsabilidad antes de que Labrador coja la juyilanga.
Acá, entre nosotros… alegadamente Labrador le preguntó a un amigo nuestro, ligado al deporte, que si quería ser presidente de la Federación Puertorriqueña de Fútbol. ¿Qué queeee?