Después de lo que sucedió este lunes en la conferencia de prensa realizada en el Deportivo Saprissa y la manera en que un grupo de periodistas deportivos dejaron literalmente a Walter Centeno con la palabra en la boca, las opiniones en diferentes redes salieron.
Estuvieron los que apoyaron la iniciativa y lo que criticaron, espere que el tema dejara de sonar tanto para dar mi opinión. Muchos futbolistas manejan la idea de que los periodistas deportivos no saben nada de fútbol, razón por la cual creen que nadie puede llegar a cuestionarles su rendimiento y especialmente cuando es malo dentro de la cancha.
Cuando un periodista inicia obviamente no maneja la mayoría de conceptos que solo los años de experiencia y el andar diario dan, creo que solo la experiencia permite que en un período de tiempo se pueda hablar y comentar de fútbol. También existen los medios que aún manejan la idea que los títulos sensacionalistas son los que venden y adquieren audiencia.
Sé que existen colegas que en lugar de llenar las páginas con una buena crónica prefieren hablar si el técnico vestía o no a la moda, pero también están los que en cada transmisión dan a conocer su amplio conocimiento y estudios, los que aún pueden deleitar a sus lectores con una excelente crónica sin llegar al amarillismo.
La moda en los equipos ahora, especialmente los llamados grandes es llevar a un número especifico de jugadores finalizado el entrenamiento, en Saprissa se hace un pequeño sondeo, eso he visto las veces que me ha tocado ir, en equipos como la Liga y Herediano los que el jefe de prensa o quien de la orden van los que ellos crean convenientes para dar declaraciones.
Llegando al punto del caso de Walter Centeno, este jugador tiene una peculiar forma de ser , ante los periodistas muestra una forma de ser indiferente, pretende pasar desapercibido y da declaraciones dependiendo de su estado de ánimo. Repito por lo que logro percibir las veces que me ha tocado ponerle un micrófono al frente.
Así como se exige a los periodistas comportarse de manera profesional a los jugadores deben tener el mismo comportamiento. Es claro que a nadie le gusta perder por las circunstancias que sean, pero también es claro que el trabajo del reportero es preguntar luego del partido porque si va hasta el estadio es porque precisamente su trabajo es llevar a la sala de redacción las reacciones del juego.
En mi caso particular puedo decir que el señor Walter Centeno en una ocasión se comporto de manera muy malcriada, recuerdo que estábamos en el hotel Herradura previo al juego contra México en las eliminatorias de cara al mundial de Sudáfrica.
Se rumoraba de su lesión, por lo cual me acerque hacia él minutos antes de que abordara su vehículo para consultarle. De manera educada llegué y le dije : me permite hacerle una pregunta y me contestó sarcásticamente: ya sé que me va a preguntar y me tiro la puerta de su vehículo en mi cara.
En otra ocasión, en el Saprissa me acerque para entrevistarlo y primero me pregunto que para cual medio trabajaba porque él a ciertas personas no les daba declaraciones.
Esa vez contestaba las preguntas de una forma que para no decir más simplemente la nota a realizar no la hice, al final mejor ni me hubiera hecho perder el tiempo.
Hace un tiempo se comunicó que Centeno no daría declaraciones a la prensa, por lo que en el famoso sondeo nadie perdía tiempo en solicitarlo, ya sabíamos la respuesta por parte del jefe de prensa.
El día lunes, según entiendo nadie pidió que Centeno saliera a dar declaraciones fuera él o la dirigencia, se decidió que saldría a dar la cara por su equipo que vive una crisis a leguas aunque muchos lo nieguen.
Lo que hizo la prensa para mí tiene justificación, es una manera de darse a respetar con los jugadores y técnicos que muchas veces nos hacen esperar horas bajo el sol o lluvia por unas cuantas palabras y en ciertas oportunidades ni contestan lo que se les pregunta.
No sé cual era la idea de que Centeno saliera, el punto es que nuestra profesión muchas veces la desprestigia y nos miran como si la universidad no hubiera sido parte de nuestra vida.
Es obligación del jefe de prensa y directivos facilitar la comunicación entre jugadores y prensa, en averiguar la hora en que seremos atendidos y las condiciones.
Una vez en Alajuelense nos hicieron esperar más de dos horas para iniciar la conferencia de prensa, cuando ya todos nos íbamos a venir cansados de esperar porque por lo general cuando reporteamos tenemos que ir por cinco notas, por lo que catalogamos que estábamos perdiendo el tiempo, la jefa de prensa entro por la puerta con los jugadores que darían declaraciones.
El asunto aquí es que los jugadores y técnicos ganen o pierdan deben comportarse como profesionales, parte de su trabajo es la atención a los medios de comunicación.
A muchos se les olvida aplicar la palabra respeto, se les olvida que la prensa es un mal necesario y si se pregunta es porque el trabajo es hacer notas.
Yo sé que muchos colegas que cubren fuentes como política, sucesos y demás consideran fuera de lugar la acción porque ellos quizá no se imaginan un desplante así para la Presidenta de la República.
La diferencia es que el periodista por ley debe de jugársela y esperar por la noticia bajo el clima que sea, en eso estamos de acuerdo es parte de la rutina pero una cosa es eso y otra que los jugadores nos falten el respeto.
El problema del asunto es que los directivos conocen de la situación, pero se hacen de oídos sordos y tiene que pasar algo como lo que sucedió el lunes para que entren en razón.
Y de esta manera llamen la atención a los jugadores quienes bajo la justificación “no me gustan las cámaras” no dan entrevistas.
Cuando los equipos e incluso la misma Federación necesitan promocionar partidos o decir hasta el ladrillo que arreglaron, la prensa es su mejor aliada.
Pero a la hora de enfrentar una crisis la prensa es el peor enemigo.