El paso de Cartaginés a finales no es una carta al azar que tiró el destino, es un asunto de planificación y trabajo en diversos aspectos. Es la muestra de que lo administrativo y deportivo deben caminar juntos de la mano.
Algo así como dos personas recién casadas, que no se quieren despegarse nunca y solo desean verse y estar juntos, la luna de miel entre lo administrativo y deportivo debe permanecer siempre, como ley de oro para poder brillar.
Siempre hemos escuchado decir que la gente de fútbol debe de estar en asuntos de fútbol, pero no hablo de agarrar ex jugadores y ponerlos de Gerentes a revisar papeles, hablo de la aquellos cuya experiencia y resultados le respaldan para agarrar en sus manos ciertos retos y hacerlos realidad.
Entonces es aquí cuando traemos de nuevo la luna de miel que debe existir, en Cartaginés vemos esto y por eso el resultado de este torneo luego de 17 años ausentes en una final nacional.
La nueva Junta Directiva tomó la experiencia de aquellos frustrantes torneos en donde nunca se peleó el primer lugar, más bien en el buen tico se “pulseaba” a más no poder estar en la División de Honor y literalmente cada partido era una final.
Entonces se trajeron a una persona de fútbol, cuyos años le respaldaban la expectativa de una buena labor: Jorge Ortega.

Se le vio otro semblante, incluso conoce bien el manejo ante medios. Cartaginés tuvo una evolución a nivel corporativo bastante notoria.
Luego hablamos de la parte deportiva, aquí llegó un ex jugador bastante querido por el pueblo cartaginés Claudio Ciccia, su experiencia como jugador sumado a su conocimiento en administración deportiva fueron un excelente complemento para Javier Delgado.
Es aquí donde la luna de miel refleja amor y buena relación, cada quien en su área haciendo el trabajo que le corresponde.
Y ahora hablemos de Javier, siempre como jugador se distinguió por ser una persona amable y bastante educada. Sabía dar la cara cuando se ganaba y perdía, la verdad nunca escuché que tuviera problemas de disciplina o fuera de esos jugadores que por patear bola pensaron tocar el cielo y creerse más que todo aquel que le hablara.
Como entrenador tuvo un comienzo exitoso y eso se ve con los triunfos que cosechó en poco tiempo, ahora en los meses que agarró a este Cartaginés demostró que un técnico completo no es aquel que maneja la parte técnica y táctica, si no aquel que también es ser humano y entiende el complicado y paralelo mundo del futbolista.
Se dedicó a formar futbolistas pero también seres humanos que fueran capaces de creer en sí mismos, en sus capacidades y dejaran atrás el fantasma del conformismo del “estar bien “ en zona media.
Se encargó de hacer valer el trabajo en equipo, donde nadie es indispensable pero al mismo tiempo el pequeño grano de arena que aporte cada uno es importante.
Cuando se ven estas cosas, uno no puede suponer que fue por obra de la casualidad ver a los azules en la final, dejando de lado la polémica con el árbitro y el gol anulado.
Es obra del trabajo en varios equipos que al mismo tiempo están unidos: Junta Directiva – Administración, Gerencia Deportiva – Cuerpo Técnico y Cuerpo Técnico con jugadores.