Jueves 23 de marzo de 2017
Edwin R. Jusino | Desde la Tribuna
Ya no podemos afirmar que el beisbol está muriendo en Puerto Rico. Por una década, se podía hacer el argumento, pero con dos apariciones corridas en la final del Clásico Mundial de Beisbol, ciertamente, hay un renacer de dicho deporte en Puerto Rico.
Tal vez te preguntas porqué estoy escribiendo una columna de beisbol en un portal de fútbol puertorriqueño. Calma gente, que todo tiene una razón. Particularmente cuando comparas la Federación de Beisbol con la de Fútbol.
La Federación de Beisbol se ganó unos $3 millones aproximados con su participación en el Clásico Mundial de Beisbol que acaba de culminar. Según José Quiles, presidente de dicha federación, la mitad de ese dinero se le va a dar a los jugadores que participaron del #TeamRubio que con su gesta, nos unieron como país y lograron que por 2 semanas varios renglones de criminalidad bajaran, particularmente en el de los asesinatos.
Según Quiles, el resto del dinero se va a usar para invertir en el beisbol juvenil, particularmente el programa de selecciones nacionales juveniles. Mientras que la Federación Puertorriqueña de Fútbol (FPF) vive en el país de las maravillas de Alicia, soñando con ligas profesionales, y clasificaciones a Olimpiadas y Mundiales sin haber creado una base sólida de categorías juveniles, su homóloga de beisbol se ha enfocado en desarollar el talento de Puerto Rico.
Como dato, ni la Liga Profesional Roberto Clemente, ni la COLICEBA, ambos torneos superiores de mayor importancia en Puerto Rico, son administrados directamente por la Federación de Beisbol. Solo el torneo Doble A es de la Federación, y el mismo es uno superior amateur.
El enfoque del beisbol es de formar talentos para exportalos fuera del país. Se ve un plan concreto a largo plazo, se ve una gestión administrativa coherente en el seno de la Federación de Beisbol que le ha dado continuidad a los esfuerzos de desarollo, y esos frutos ahora se están viendo.
Por el contrario, la FPF no tiene un rumbo, ni un plan de desarollo coherente. En los casi 8 años que lleva el Sr. Eric Labrador como presidente de la FPF, que está certificada por el Comité Olímpico como la federación que más ayuda económica recibe de su confederación internacional, aun antes del aumento anual de $500,000 a $1.5 millones, no se ha visto un plan a largo plazo de desarollo. ¿De que manera la FPF ayuda a los clubes a desarollar a los jugadores?
A pero Jusino, ¡como vas a decir eso! Tenemos jugadoras en Colombia desarolladas en Puerto Rico. Cierto, pero ni Selimar Pagán, ni Karina Socarrás, ni Delyaliz Rosario, se formaron como futbolistas con ayuda federativa. Fueron el programa femenino de Bayamón Fútbol Club, y Ricardo Romano los responsables del desarollo de estas chicas. Pero ojo, todavía ninguna futbolista local ha llegado a jugar en las grandes ligas femeninas del mundo.
Que bueno que la FPF esté usando el programa de Live Your Goals para promover el fútbol femenino en nuestras chicas. ¿Y los varones que? ¿De que manera la FPF promueve el desarollo de juveniles? ¿Donde está el plan concreto de 5, 10, y 15 años de desarollo? ¿Por que la insistencia de querer correr una liga Superior de primera división cuando la Liga Nacional masculina desde que comenzó su mandato Labrador ha sido un desastre tras el otro?
La FPF debería tomar el ejemplo de la Federación de Beisbol. Usando el modelo de las regiones, ¿no creen que deberían crear una liga amateur regionalizada al estilo de la Doble A que corra de Agosto – Mayo y que fomente los clubes de menor exposición? Los campeones de las regiones pasan a una ronda de campeonato, y los campeones de cada región son los equipos que pasan a la Copa Luis Villarejo. Si la FPF deja que sean las regiones las que corran sus campeonatos regionales, fomenta que los clubes quieran estar afiliados y participando de las regiones.
Hay que empezar por crear prácticas de buena y sana administración. La FPF debe servirc omo un facilitador, que diga si se puede, y dejar de ser una piedra de tropiezo. Visiten al ingeniero Quiles, copien los modelos exitosos. El fútbol de Puerto Rico necesita deportistas que salgan a la calle, visiten los campos, que sean facilitadores.