Tengo la necesidad de hacer unos comentarios sobre el mensaje difundido por el Lcdo. Jaime Lamboy, muy articulado y coherente en sus ideas pero, cómo bien señaló, son sus opiniones.
Señala el Lcdo. Lamboy que el fútbol boricua es muy artesanal, que hay clubes que gerencian su institución desde el baúl del automóvil del presidente. ¿Cuáles son y de qué nivel o categoría? Los hay. Lo sabemos, pero si pasan de cinco o seis son mucho y de categorías recreacionales, si acaso.
Quintana, GPS, Bayamón FC, Metropolitan, Caguas Sporting, Don Bosco, FRAIGCOMAR, por no enumerarlos todos pues son muchos, ¿son artesanales gerenciados desde un automóvil? ¿O son una minoría extrema los que caen en esa categoría artesanal?
Ese tipo de informalidad la hay en todo el planeta; en Argentina, en Italia, en España, en Rusia, en África, en Japón. Pero son una cantidad mínima pues siempre va a existir aquellos que solo quieren divertirse. Pero los que desean y trabajan para competir seria y formalmente son la enorme mayoría.
Entonces, utilizar unos muy pocos para ilustrar o describir el status de un deporte en una nación nos parece querer estirar demasiado el chicle. Quien escuche eso y no conozca ni la historia ni los logros ni el abolengo futbolístico de nuestro fútbol pensará que aquí, los eyerí-arauacos todavía están jugando el batú. La Sra. Irma Milián dirigió el proceso para licenciar los clubes e iba marchando bien para nuestra realidad. Iba bien. De momento vino una brisa y ¡fuá! y lo apago todo.
Indica el Lcdo. que tenemos un modelo primitivo de fútbol, que no tenemos un modelo. ¡SERÁ AHORA!
¿Cómo se puede tener la segunda mejor liga profesional del Caribe sin un modelo de fútbol doméstico? Según nuestra regional de Fifa, la Concacaf, no la Uefa, que por acá ni sus asociaciones miembros ni la propia regional europea per se, tiene jurisdicción, indicó en los años del 2009-2011, que la Puerto Rico Soccer League era la segunda liga PROFESIONAL de más alto nivel del Caribe. Catalogaba la Concacaf como la primera a la de Trinidad y Tobago y no quiero pensar que así fue pues Jack Warner, Trinitario y nefasto presidente de Concacaf, al momento, era dueño de dos equipos en aquella liga.
Los equipos nuestros les ganaban, pero…¿Cómo se pueden tener ocho equipos en la segunda liga pro del Caribe sin los objetivos y modelos claros? Recientemente, Concacaf reconoció justamente, a los PR Islanders como el equipo que mejor rendimiento tuvo la Concachampions entre 2008 y 2011. ¿Cómo puede Concacaf hacer ese reconocimiento si no existía la data, la estadística, la evidencia competitiva, si aquí no había modelo de fútbol, ¿si el mismo era artesanal?
Se señala además, por el Lcdo Lamboy, una comparación entre el béisbol, baloncesto y voleibol. Sus ligas profesionales agonizan. Las razones no pasan por el universo de auspiciadores achicándose.
Estuve en un partido de los Cangrejero vs San Juan, donde asistieron 150 personas. Se ha achicado ese universo porque el nivel y la administración deportiva ha fallado, a ido sucumbiendo a otros asuntos o intereses ajenos a esos deportes en sí, como ha sucedido con nuestro fútbol. Fue bajando y bajando, en yagua, como dice el jíbaro, hasta llegar al presente.
Dice el propio Lcdo. Lamboy, que él lleva una década laborando con la FPF. Y se le nota. Se le nota porque, o no recuerda o no sabe que en un momento dado, en el «Cementerio de Campeones», en eliminatorias no, en un partido entre PR Islanders y el Montreal Impact, por ejemplo, había mejor entrada que en un partido de baloncesto de semis entre Bayamón y otro equipo que no recuerdo.
Lo ví, estuve allí, trabajaba como Jefe de Estadísticos de los Puerto Rico Islanders.
Cuando terminó el partido, acabó junto con el de baloncesto y el Coliseo Rubén Rodríguez como sabemos está al lado del estadio, una teleperiodista, no recuerdo su nombre, sale, micrófono en mano pero ya apagado con su compañero camarógrafo. Ve el revolú de gente saliendo del Loubriel y le pregunta a su camarógrafo qué actividad había allí que había llevado tanto público. Le contesta el camarógrafo, «es un juego de soccer del equipo ese profesional de aquí.» «Ah, ¡pues nos metimos en el juego que no era!» comentó la reportera. Una anécdota, ¡de muchas!
Señores, había fútbol y de alto nivel y había publico y había auspiciadores. Todos sabemos que para tener equipos competitivos hay que tener buenos jugadores y los buenos jugadores cuestan. Es decir, había moneda. ¿Qué pasó? Es compleja la contestación pero por ahora, se explica porque llegaron los jinetes del Apocalipsis cabalgando y sus caballos pisotearon todo lo que costó lágrimas, matrimonios, dineros, sueños y alegrías también, claro que sí.
¿Se puede enderezar el fútbol base? Claro que sí.
Existe la responsabilidad de ofrecerle a los niños y juveniles un objetivo hacia donde dirigirlos en su desarrollo para que, cuando alcancen las edades correspondientes no abandonen el deporte o fracasen en sus sueños de ser profesionales y miembros de nuestro equipi nacional.
Seguro que no todos llegarán pero el vehículo tiene que estar, tiene que correr para que los transporte y luego, como le indico siempre a mis dirigidos, te abrimos las puertas y las ventanas pero si no llegas será por ti, porque no quisiste. No porque no tuvo el taller, el laboratorio, el conocimiento y la preparación. Aunque eso también se enseña.
Los profesionales no son profesionales porque son los mejores que juegan. Son los que, en su formación, fueron educados en todo lo que significa ser un jugador pro. Lo técnico táctico, lo fisico y lo psicológico. Y si solo atendemos la base, tendremos un universo de jugadores truncos, mal formados.
Se puede. Hay la gente, hay la experiencia de hacerlo y bien, con éxito. Porque el Lcdo. Lamboy ni sus contratantes en la FPF no lo vivieron no significa que no existió. El fútbol boricua no comienza hace un par de años. No.
Con las personas adecuadas, que tengan abolengo, prosapia y experiencia, seguro que se endereza. Gente con abolengo, prosapia y experiencia, escribí. No cadetes aspirantes a marineros pretendiendo atracar un transatlántico allí en el Viejo San Juan. ¡Lo van a espetar en la Plaza Darcenas!