Costa Rica y Honduras nuevamente se verán las caras, esta vez el escenario es completamente diferente al vivido en partidos anteriores.
Los ticos recibirán a los catrachos en su joyita de lujo, el nuevo Estadio Nacional. Una de las principales razones por la que fue construido era precisamente para albergar los partidos de la Selección Nacional, es decir que la tricolor tuviera su propia casa.
Cuando llegaron los hondureños el día lunes, un periodista consultaba acerca del ambiente que se vive cuando ambas selecciones se enfrentan, la razón por la que se le denomina el clásico centroamericano.
El jugador hondureño Rambo de León, manifestó que el ambiente ya sea en su país o aquí siempre es pesado, confesó ser escupido en una ocasión y sentir a la afición encima insultándolo y tirándole de todo.
A partir de esas declaraciones, me puse a pensar sobre las condiciones que ofrece el Estadio Nacional, siempre en Costa Rica nuestro “trapito de dominguear” fue el miedo que causaba el Ricardo Saprissa a los rivales… hasta México temblaba cuando sabía que era en el reducto morado donde tenía que ir a pelearle a Costa Rica tres puntos.
El Estadio Nacional ofrece comodidades de primer mundo y las instalaciones son dignas de estar mostrándolas, pero pensando en ambiente de eliminatoria donde todo se vale, el Ricardo Saprissa ofrece una afición de miles de almas intimidando al rival con sus brincos minutos antes del partido cuando están en el camerino.
Desde ahí sienten el fervor de la pasión que despierta el fútbol, estar en esos minutos ahí abajo da miedo porque los brincos de la gente se sienten como un temblor y da la idea de que el estadio va a caerse.
Otro jugador hondureño ante mi consulta sobre el nuevo escenario deportivo en el que jugaran esta vez, manifestó sentir un enorme alivio al no tener que jugar en la cueva del monstruo. Y precisamente hacía referencia a lo que anteriormente explique.
Para partidos amistosos está bien jugar en el Estadio Nacional, pero si el Ricardo Saprissa nos ofrece un punto a favor anexo a lo deportivo, por qué no aprovecharlo. Sé que en la toma de la decisión interfieren varios factores, pero el económico es el más importante.
Si ponemos en una balanza factor económico vs deportivo, debemos considerar que en poco encuentros nos estamos jugando prácticamente la vida para ir a un Mundial, quizá en el Nacional se logre recaudar más dinero pero la afición no podrá ejercer una presión extra sobre el rival.
Ni tampoco jugar un punto clave si el equipo decae, porque muchas veces se ha jugado más con el corazón y el apoyo que se escucha en la gradería que por fútbol.
Si abiertamente los posibles rivales han demostrado miedo a la cancha morada, entonces se debe aprovechar. Recuerdo que Ricardo La Volpe cuando era técnico de la tricolor de las primeras condiciones o solicitudes que hizo fue jugar la eliminatoria en el Saprissa. Su experiencia con México le hizo ver que jugar con esa presión ya es punto de ventaja para Costa Rica.
Sinceramente desconozco la posición de Jorge Luis Pinto si la eliminatoria la jugará en el estadio Saprissa o en el Nacional, ojala los federativos no interpongan el factor económico para presionar en una decisión.
Si clasificamos al Mundial tendríamos más ingresos económicos que los adquiridos en unos cuantos partidos realizados en el Nacional, nos convierte en una selección mundialmente más cotizada por lo que podríamos disfrutar departidos llenos de calidad en el estadio de carácter amistoso.
Con lo vivido durante lunes y martes, donde tanto catrachos y ticos empezaron a lanzar sus primeros tiros sentí ese ambiente lindo de presión y que solo el tiempo previo a un Mundial nos puede regalar.