A pesar de la liga estar perdida con un Barça a 18 puntos más cerca del título, el Real Madrid sigue soñando con ese Clásico que todos esperan. Lo único es que esta vez, Cristiano tiene la esperanza de enfrentarse a Messi para lograr levantar esa copa que se encuentra entre la espada y la pared. Pero antes de pensar en una semifinal entre los dos rivales más grandes de Europa, Mourinho y su plantilla tendrán que jugarse la vida ante el Valencia…y da la casualidad, que en tres partidos consecutivos (2 de copa y uno de liga).
En el último partido de la Copa del Rey de los octavos de final, el Real Madrid humilló al Celta después de que el equipo pasó un disgusto en su visita a Balaídos. Mourinho le quitó el castigo a Casillas y lo usó como portero titular de nuevo. Y con este rey sentado en su trono, parecía que Paco Herrera entraba al casino y no a un campo de fútbol al dejar a Oubiño e Aspas en el banquillo. El Celta jugó con su suerte donde no debió.
Los más destacados en este encuentro (por bueno o por malo) fueron Modric, Cristiano y Sergio Ramos. El “dealer” que repartió balones como si fueran cartas fue Modric, quien incluso logró una asistencia increíble con un pase por encima de la defensa. Y el que coleccionó cartas de un color equivocado que lo mandaron al vestuario antes de que se acabará el partido fue Sergio Ramos. También consiguió que el Comité de Competición lo sancionara por cinco partidos al llamar al arbitro “sinvergüenza” varias veces seguidas. Sin embargo, el “jackpot” se lo llevó Cristiano tres veces con tres golazos que no demostraron suerte, si no saber jugar. También ayudo a Khedira para que el equipo se pegara por cuarta vez en 90 minutos. Con un 4-0 el Madrid logró pasar a cuartos.

Lo que ocurra esta noche en el Bernabéu ante el Valencia estará por verse. Últimamente, el equipo y Mourinho han sido una cajita de sorpresas como los “Happy Meals” de McDonald’s. Uno nunca sabe que juguetito va a salir. Pero si el Real Madrid logra mantener el ritmo que llevó en el último partido de la Copa y logra evitar expulsiones, seguirá el camino amarillo.