…Wembley 2013
Para algunos, durante el transcurso de un año, se viven varias noches de fiesta. Para otros hay una noche, mágica e inolvidable, fantástica e inigualable, solo una; la noche de la Final de Champions, nuestra noche de nunca olvidar.
No estoy casada, y no pretendo estarlo por mucho tiempo, pero me atrevo a apostar que una Final de Champions en la que juegue “tu equipo”, es mejor que cualquier noche de bodas. Los nervios desde la mañana, levantarte y saber que hoy es el día. Hacerlo todo con una sola imagen en la mente, no la imagen de tu prometido esperándote en el altar, sino la imagen de tu equipo desfilando al terreno de juego con la copa a escasos metros; tan cerca, pero tan lejos. Estar allí, de pie, recitando el himno de la Champions como si fueran los votos matrimoniales (pero con mas honestidad, pasión y vigor.) Escuchar al padre decir cosas que no escuchas pues te ensordece el nerviosismo, igual que no escuchamos el silbato inicial por que Wembley y sus hinchas vitorean como si no hubiese un mañana. Gritamos el primer gol con mas energía y euforia que cuando aceptamos y damos el ‘sí’. Nos arrodillamos, pero no a orar, nos arrodillamos porque el marcador nos llena de fe, o de agonía, o de desespero, o de tristeza, o de esperanza, o de dolor, o simplemente nos arrodillamos en honor a los que nos han brindado momentos que sólo el fútbol nos puede dar. Pero el fútbol no siempre es una historia con un final feliz. De la iglesia [Wembley] saldremos con nuestro mayor tesoro, o con el corazón roto, abandonados por la suerte o por el destino.
Quizás exagero un poco, pero a 24 horas de la final, así me siento; como la novia mas ilusionada de la película mas rosa de Hollywood.
La final de este sábado entre el Dortmund y el Bayern es, en mi no muy sana opinión, mas romántica que cualquier novela de Nicholas Sparks. Y resumido, la mejor final de Champions que se pueda pedir. Soy del particular creer que la neutralidad en el fútbol es una falacia, y por ello no me convencen los que van por ahí diciendo que gane cualquiera en esta final. Así que me dispongo, en contra de todo, convencerles de que esta final la debe ganar:
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La primera final alemana de la historia de la UEFA Champions League |
Bayern Múnich:
El 19 de mayo de 2012 comenzó a escribirse una novela con el prólogo mas desagradable de la historia. Un maldito penal se interpuso entre la merecida gloria del Bayern y la mas preciada de Europa. Entre lágrimas, coraje y desilusión vimos como uno tras uno los jugadores del Bayern caían al piso cuando Drogba clavó el último puñal en la cruz bávara. El verano fue largo. Comenzó la Bundesliga 2012/2013 con la ilusión que se tiene cada temporada, ni mas, ni menos. Sin embargo, para un grupo de chicos, esta temporada necesitaba ser algo mas; Schweinsteiger, Lahm, Müller, Kroos, Badstuber, Robben y Van Buyten acababan de perder su segunda final de Champions en tres años.
Para los alemanes de esta lista, el Inter de Mourinho (2010) y el Chelsea de Di Matteo (2012) tenían mucho en común con la España de Luis Aragonés (2008), de Vicente Del Bosque (2010), y la Italia de Marcello Lippi (2006), y de Cesare Prandelli (2012).
Podría convencerles citando los récords que rompió el Bayern esta temporada (que por cierto, rompieron el record de romper récords), pero eso sería muy fácil (y muy largo), así que prefiero recurrir a argumentos un poco mas cualitativos que cuantitativos:
Jupp Heynckes: el técnico alemán está a dos partidos de alcanzar el primer triplete en la historia del Bayern Múnich. ¿No les parece suficiente? Tengamos en cuenta que el Bayern ha ganado 23 Bundesligas (record), 15 DFB-Pokal (record) y 4 Champions (record alemán) pero nunca ha logrado ganarlo todo. De hecho, ningún equipo alemán ha logrado coronarse con un triplete de Liga, Copa, Champions… Ni el Bayern, ni el Dortmund, ni el Eintracht Frankfurt, ni el Hamburgo.
Estilo: por si fuera poco, Heynckes ha perfeccionado el fútbol. Para muchos, el estilo de toque del Barcelona de Pep Guardiola alcanzó la máxima de este deporte. El tiki-taka del futuro técnico del Bayern deslumbró al mundo, y con él logró hacerse de 14 títulos (de 19 posibles). El Bayern tomó ideas y perfeccionó. Los de Jupp se hacían de la posesión sin olvidar el principio máximo del fútbol alemán, el ataque. Por el Bayern, cuatro jugadores marcaron 10 o mas goles durante la temporada y 17 jugadores marcaron por lo menos un gol; en el fútbol alemán, todos atacan.
Cantera y cartera: el Bayern es quizás el equipo mas astuto del mundo, y sin duda, el mas inteligente entre los grandes. La constante pelea cantera/cartera no resulta ser un problema para el gigante bávaro; cuando tienes una de las mejores canteras de Alemania (y del mundo), y encima una cartera envidiable, ¿por qué preocuparte?
Por si nada de lo anterior es suficiente para convencerles: ¿será posible que este inigualable grupo de estrellas pueda recuperarse de una tercera derrota en una final? Apelo al buen juicio: … a la tercera va la vencida.
Borussia Dortmund:
El Dortmund no es el clásico equipo que todos conocen por ser un campeón habitual, no. El Dortmund es el equipo que todos admiran por hacer luchar al mas grande, es el David frente a Goliath, es el equipo que sabe sudar una victoria y sabe darle sentido a lo olvidado. Una Champions (1997), 8 títulos de liga alemana, 3 DFB-Pokal; un triste resume comparado al de su rival.
Tras conquistar Europa en el ’97 el Dortmund estuvo cerca de declarse en banca rota en el 2003; un préstamo, nada mas y nada menos que del Bayern Munich, los mantuvo a flote durante la temporada. En el 2005 las finanzas del club sobrevivieron otra temporada caótica, y no fue hasta el verano del 2008 que el club pudo ver la luz. Tras la renuncia de Thomas Doll (que entregó el puesto tras una decepcionante temporada que por poco termina en el descenso), Jurgen Klopp tomó las riendas del club. Weidenfeller, Kehl, Blaszczykowski y Hummels sobrevivieron la temporada junto a Doll, y en el verano, con la llegada de Klopp, comenzó (justo como el lo llama) el proyecto futbolístico mas interesante del mundo.
Subotic, Owomoyela, Schmelzer, Santana, Boateng, Sahin y Valdéz se unieron a la plantilla en la temporada 2008/2009. El Dortmund se quedó fuera de las competiciones europeas por dos puntos, pero Klopp les hizo soñar y les hizo querer mas; y así fue. La temporada que siguió, con la llegada de Bender, Grosskreutz, Lucas Barrios y Götze, el Dortmund se clasificó a la Europa League; el proyecto venía cogiendo forma. En el 2010 llegaron Lewandowski, Kagawa y Piszczek, las piezas finales de la gran obra de Jurgen Klopp. El resto de la historia todos la conocen; las historias de los campeones siempre se conocen.
Y por si una historia de superación no les acaba de convencer:

“En Mainz, cuando comencé como entrenador, los jugadores fueron mis compañeros de equipo. ¿Porque fuera al día siguiente su entrenador tenían que llamarme “señor”? El Hamburgo pensó que si alguien me llamaba Kloppo no podía tener respeto. Por eso les llame y les dije ‘No voy a ir al Hamburgo’.” (Entrevista para The Guardian.)

Juventud: en la actual plantilla del Dortmund solamente dos jugadores superan los 30 años de edad: Weidenfeller (32) y Kehl (33). Por otro lado, solo Felipe Santana, Piszczek y Kuba superan los 25 (los tres con 27 años). El proyecto de Klopp, desde el 2009, ha visto crecer y desarrollarse a jugadores que hoy son la envidia (y codicia) de toda Europa. Mario Götze fue el primero en morder el anzuelo, y a jugadores como Lewandowski, Gündogan, Hummels, Reus y Bender le sobran las ofertas, esperemos que Mario no termine mendigando minutos como Sahin (Real Madrid) y Kagawa (Manchester United). La determinación y madurez de esta plantilla tan joven se pondrá a prueba el sábado, pero no me cabe la menor duda de que lo darán todo hasta el último segundo.
Determinación: la temporada pasada Klopp predijo que el Dortmund ganaría el doblete alemán al Bayern Múnich, y así fue. Al comienzo de esta temporada Klopp insistió en que el Borussia Dortmund estaba preparado para ganar la Champions League, y está a 90 minutos de demostrar que confianza en los suyos no le falta. Mas importante aun, es que a estos chicos solo los detiene el silbato final; cada segundo y cada pase es fundamental, estar abajo dos goles tras el minuto 90 no significa nada (y la hazaña ante el Málaga, histórica de por sí, es un ejemplo de afán y fijación). El Bayern habrá eliminado al Dortmund de la DFB-Pokal, pero en liga, el Bayern no ha sido capaz de conseguir la victoria. La final ante el mas grande rival, será sólo una oportunidad de nivelar el marcador… y por que no, coronarse los mejores venciendo a los mejores.
Aquí no apelo al buen juicio, apelo al corazón; al niño dentro de cada hincha que quiere vivir un momento histórico sin que se lo cuenten. La perfecta historia de Cenicienta.
¿Convencidos?
No, es imposible estarlo. A menos que seas hincha a ‘carta cabal’ es difícil escoger un ganador. El Bayern arrasa, el Dortmund enamora.
Cuando mañana te levantes con la ilusión de vivir un día mágico, sabrás a quien quieres ver en el altar; al equipo que ha sido mas que persistente y merece por fin levantar el título, o al equipo que con los pequeños detalles te robó el corazón durante la temporada y merece una oportunidad para seguir conquistándote. En toda historia de amor hay dos chicos que se pelean por una chica, y en mi perfecta fantasía, estos equipos se pelean por nosotros. El sábado en Wembley, pase lo que pase, habrá un merecido campeón, y un desmerecido perdedor.
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“El fútbol es un deporte de 11 contra 11 donde siempre ganan los alemanes…” que bonito será ver la historia tomar su correcto camino. |
Mian San Mia vs. Echte Liebe. The Final Countdown.
Yelena G. Hazim
Hasta la próxima.