Lunes 2 de junio de 2014
Esteban Guevara/FBNET
“Con los mejores del mundo al fin vamos a estar”… decía una parte de la letra de la canción Lo Daremos Todo. Y así fue, el encuentro ante Brasil se escenificó en Turín, y para los ticos correspondió al más ansiado –o temido- duelo en el Mundial del 90 desde que seis meses antes la actriz Sophia Loren y el azar habían señalado la obligación de batirse con la siempre favorita Seleçao. La lógica en el fútbol (término cuya existencia es tan debatible) dictaba una colección de anotaciones ese día por parte de los sudamericanos; incluso en nuestro país el pesimismo, muchas veces envestido en las bromas, auguraba el mismo desenlace. Un gracioso ejemplo de ello correspondió al chiste que circuló por aquel tiempo, que señalaba que los seleccionados nacionales en sus entrenamientos hacían barrera de espaldas al tirador, y cuando se les preguntaba el por qué, respondían llanamente: “para no perdernos el gol de Brasil.”
Sin embargo, el 16 de junio de 1990 la Tricolor se plantó firme contra su afamado rival y al final, gracias al eje defensivo que consolidó Bora, o a Gabelo, o a la suerte, sea cual sea el factor incidente, finalmente la pizarra terminó registrando un único gol de la Verdeamarelha que permitió al mundo seguir asombrándose de esa debutante Costa Rica que había dejado el anonimato para empezar a llamar la atención nada menos que en la principal cita del fútbol. En esta segunda columna dedicada a la participación tica en la Copa del Mundo Italia 90, el lector se enterará de algunos pormenores, curiosidades y anécdotas sobre aquel partido, así como acerca de los jugadores brasileños, quiénes eran esos ‘monstruos’ del fútbol mundial y qué ha sido de ellos en la actualidad.
La Libertad jugó en Italia 90. Costa Rica se presentó al estadio turinés Delle Alpi con un curioso uniforme jamás observado en otra selección mundialista. Si bien hubo conjeturas acerca de que la intención consistía en conseguir la empatía del público local, acostumbrado a apoyar a su equipo Juventus con ese mismo diseño y colores, en realidad el motivo no fue otro más que otorgarle un merecido homenaje al Club Sport La Libertad, equipo decano del balompié costarricense. De tal forma la honorable institución liberta, ganadora seis veces del torneo nacional, fue recordada 85 años después de su fundación, en la segunda indumentaria inscrita por la Selección costarricense en Italia 90, en un gesto aplaudible de nuestras autoridades futbolísticas de la época.
Lazos fraternos. Claudio y Geovanny Jara fueron parte de la lista de 22 futbolistas con que arribó Bora Milutinovic al Mundial. Los futbolistas heredianos son hasta la fecha los únicos hermanos que han asistido al magno evento con la Tricolor, sin embargo en dicha justa no constituyeron el único caso, pues Italia 90 fue casualmente la Copa del Mundo que albergó más parejas de futbolistas consanguíneos del total de 87 hermanos (42 parejas y un trío) en todas las 19 ediciones que ha habido hasta hoy.
Además de los florenses Jara Granados, estuvieron presentes en aquel torneo los hermanos Ibrahim y Eissa Meer (Emiratos Árabes Unidos), Ronald y Erwin Koeman (Holanda), Ibrahim y Hossam Hassan (Egipto), y André Kana y François Omam Biyik (Camerún). Estos últimos dos destacaron por unas contrastantes marcas que impusieron en el juego inaugural contra Argentina en Milán: François Omam anotó el primer gol del Mundial tras vencer de cabeza a Nery Alberto Pumpido, mientras que su hermano André Kana al minuto 61 se convirtió en el primer expulsado de Italia 90. En el caso de Geovanny Jara, lamentablemente para sus intereses, de todos los jugadores mencionados él fue el único que no tuvo acción en la competición.
El segundo rival. Mencionar a Brasil en una Copa del Mundo evoca tradición, historia, títulos; de hecho para aquel verano italiano el bonito escudo de la CBF estaba adornado con tres estrellas en su parte superior, en alusión a sus cetros de 1958, 1962 y 1970. Si bien las imágenes de Pelé levantando la vetusta Copa Jules Rimet en México 70 ya sumaban dos décadas, el conjunto canarinho se presentó a Italia 90 con la etiqueta de gran favorito, y en su pasado reciente no había contado con suerte pese a reunir auténticas constelaciones en sus planteles sobre todo de las dos últimas ediciones antes de la del 90.
Ganador de la medalla de plata en las Olimpiadas Seúl 88 (en la foto superior se aprecia aquel equipo olímpico con Taffarel, Jorginho, Bebeto y Romario) y campeón de la Copa América en 1989, en la eliminatoria rumbo a Italia 90 Brasil se había impuesto en una triangular con Venezuela y Chile, de la que se recuerda el hecho ocurrido en el Maracaná cuando el guardameta chileno Roberto el Cóndor Rojas planeó la suspensión del juego simulando haber sido lesionado por una bengala. La representación amazónica estuvo en vilo ante la posibilidad de ser sancionada por la FIFA y quedarse sin el pase al Mundial, mas finalmente se demostraría el dolo del guardameta y los brasileños lograrían así clasificar sin problemas. A continuación unas curiosidades sobre algunos de los seleccionados brasileños que enfrentaron a Costa Rica…
Arquero devoto. Con 101 juegos clase A, Claudio André Taffarel es el guardameta que más partidos ha jugado con Brasil. Posterior al Mundial actuaría en Italia y Turquía, nación esta última en la que actualmente labora como entrenador de porteros del Galatasaray. Como curiosidad hay que señalar que este gran devoto entregado al cristianismo una vez chocó su automóvil cuando se dirigía a firmar contrato con el Empoli, por lo que consideró el contratiempo como una señal divina y decidió rechazar esa opción con el cuadro italiano. Además él y su esposa han adoptado legalmente a quince niños pobres de zonas marginales de Brasil.
Lateral “alemán”. Para el momento de enfrentar a Costa Rica Jorginho jugaba en la Bundesliga con el Bayer Leverkusen, antesala a su posterior fichaje con el Bayern Munich. En total el lateral derecho sumó seis años en la liga alemana con ambos clubes y posteriormente se marchó a jugar a Japón. Una vez retirado pasó al banquillo y trabajó como asistente técnico de la selección de Brasil en Sudáfrica 2010. Hoy es técnico en Emiratos Árabes Unidos.
Cañonazos con nombre. Si en la última década el Scratch contó con Roberto Carlos para encargarse de los tiros libres, en Italia 90 Branco era el dueño de tales acciones. El defensor izquierdo del Porto remataba fortísimo, de hecho Gabelo Conejo lo atestiguó en carne propia en Turín con un disparo que lo obligó a emplearse a fondo de manera magistral. Branco jugaría luego en Italia, y actualmente es entrenador; su último equipo dirigido fue el Guaraní, al que renunció en abril. En el Mundial Germán Chavarría lo topó constantemente en su parcela.
Socios en el Benfica y en la Seleçao. El capitán Ricardo Gomes y Valdo jugaban en el Benfica portugués; el primero, zaguero central, el otro, volante ofensivo. Posteriormente ambos pasarían al PSG de Francia. Valdo se retiró en 2004 con Botafogo, a la edad de cuarenta años. Gomes, por su parte, inició carrera como entrenador y dirigió a ese mismo club galo. En 2011 sufrió un accidente cerebrovascular en pleno juego en que dirigía al Vasco da Gama, que prácticamente lo obligaría a dejar esa profesión. Hoy es gerente deportivo del club carioca. En la imagen del centro aparecen ambos con el cuadro lusitano (Gomes, tercero de pie; Valdo, cuarto acuclillado). Claudio Jara, único hombre en punta, trató infructuosamente de superar al defensor brasileño, mientras que Chava estuvo atento a las incursiones de Valdo.
Experiencia italiana. La marcación en el mediocampo brasileño era tarea de Dunga, recio futbolista que jugó seis años en clubes de Italia, en cuenta la Fiorentina, su escuadra en 1990. Después de su retiro dirigió a la selección brasileña entre 2006 y 2010, tiempo en el que comandó la participación verdeamarelha en el último Mundial, así como en los títulos en la Copa América de 2007 y la Copa Confederaciones de 2009. En Delle Alpi enfrentó a Héctor Marchena.
De Nápoles al Mundial. Para 1990 Careca y Alemao estaban considerados entre los mejores futbolistas de la Serie A italiana. Los compañeros de Maradona en el Napoli habían obtenido el scudetto en la campaña 89-90, y en el caso del primero, un año antes la Copa UEFA. Careca era la principal figura ofensiva de Brasil en ese Mundial y luego jugó en Japón antes de regresar a Brasil para retirarse unos años más tarde. Posteriormente ha fracasado reiteradamente en su intento de convertirse en empresario, pues no ha tenido suerte con varios proyectos trazados (venta de autos, agencia de representación de jugadores y un equipo que fundó); luego trabajó como comentarista de fútbol en el canal Rede TV.
En el caso de Alemao, había sido nombrado mejor extranjero de la liga española en 1988, jugando para el Atlético de Madrid, donde aprendió muy bien el español, razón por la cual no tuvo problemas para mantener una disputa verbal con Ronald González durante su enfrentamiento mundialista. “¡La puta que te parió!” le vociferó el sudamericano al cumiche tico luego de que este le atinó un golpe en el rostro que le provocó un sangrado en la boca. Ronald al final intercambió camisetas con su adversario y se dejó la prenda ensangrentada. Hoy Alemao es miembro destacado de la fundación cristiana Atletas de Cristo, además creó un centro de desintoxicación en su natal Lavras, y entrena clubes de ligas inferiores en Brasil. Careca, por su parte, no tuvo mucha suerte contra los ticos, pues Gabelo lo venció en un mano a mano, y además se llevó como recuerdo los constantes “cariñitos verbales” de Héctor Marchena; “¡filho de la puta!” le espetaba según los consejos previos de Guimaraes al plantel, de los cuales la Iguana pareció ser el más atento a las instrucciones…
El verdugo. Muller, el delantero del Torino italiano, marcaría dos goles en Italia 90, el primero de ellos, con complicidad involuntaria de Mauricio Montero, quien le desvió a Gabelo el remate del sudamericano. Un año después del Mundial regresaría a su país para sumarse al exitoso Sao Paulo que en aquella época parecía invencible, pues se adjudicó dos Copas Libertadores y dos Intercontinentales, estas últimas tras vencer nada menos que al Barça y al Milan (les anotó el tanto de la victoria a los rossoneros). En 1996 jugó para el Palmeiras, y al convertirse en el principal asistidor de sus compañeros de ataque –entre ellos Rivaldo– fue apodado ‘Camarero’. En 2011 se hizo pública la mala condición económica que adolecía, pero sus siguientes trabajos como comentarista en el canal brasileño SporTV le ayudaron a subsanar tal situación.
El diputado debutó contra Costa Rica. Con la credencial de mejor futbolista de Sudamérica en 1989, Bebeto jugó los últimos 7’ del partido contra la Tricolor en el que sería su debut en Mundiales y única participación en aquella edición. Años después su carrera alcanzaría la cúspide al convertirse en Pichichi de la temporada española 92-93 con el Deportivo de La Coruña. Cabe destacar como curiosidad que en la siguiente campaña española, cuando Conejo regresó al Albacete tras su retiro temporal, el amazónico visitó el Estadio Carlos Belmonte con los Blanquiazules pero no pudo vencer al tico y el juego concluiría sin goles.
Posterior a su retiro se ha dedicado a labores de bien social y a la política; con respecto a las primeras fundó el Instituto Bola Para Frente para rescatar a la niñez de bajos recursos de zonas marginales de Río de Janeiro, mientras que en cuanto a la segunda, fue elegido Representante del Partido Democrático Laborista (socialdemócrata) en el Congreso Estatal por Río de Janeiro para el periodo 2011-2014, en el cual aún labora. Uno de sus tres hijos –al que le dedicó la famosa celebración de su gol contra Holanda en EEUU 94, con Rodrigo Badilla como árbitro- es actual jugador del Flamengo. En Turín Róger Flores y el Policía Gómez lo vigilaron de cerca. La imagen inferior corresponde a febrero de 2011, cuando Bebeto cumplió con el protocolo para iniciar labores en el Congreso carioca.
El 10 jugaba en Portugal. El dueño de la emblemática camiseta número 10 de Brasil era Paulo Silas, volante del Sporting de Lisboa, quien se había consagrado campeón juvenil y mejor jugador del Mundial URSS 1985, en cuya final arbitró el costarricense Berny Ulloa. Posterior a Italia 90 actuaría en Italia, y en la actualidad es entrenador; luego de hacerse cargo de grandes clubes brasileños como Gremio do Porto Alegre y Flamengo, sus últimos destinos han sido clubes cataríes. En el juego mundialista ingresó de cambio y enfrentó a Guima, que también había sido permuta en el segundo tiempo.
El estratega de Sudamérica. En la fotografía, Sebastião Lazaroni en 2010. Ahora tiene 63 años de edad y al igual que Silas, sus últimos clubes dirigidos correspondieron a cuadros de Qatar. El timonel amazónico arribó a Italia 90 ostentando un exitoso palmarés: al mando del Flamengo y luego del Vasco da Gama había obtenido el cetro brasileño durante tres años consecutivos. De tal forma la Confederaçao lo nombró técnico de la Selección en 1989, año en que ganó la Copa América y fue designado mejor estratega de Sudamérica. Posterior a Italia 90 se convirtió en un trotamundos, pues a la fecha suma diez países en los que ha dirigido, entre los cuales destaca Turquía y la gesta lograda en 1996 al mando del Fenerbahce, cuando derrotó al ManU en el propio Old Trafford, infligiéndole a los ingleses su primera caída en 40 años en Champions League.
Maradona lo despidió y EEUU lo coronó. Eliminado por la Argentina y una genialidad de la sociedad Maradona-Caniggia, Brasil tendría su revancha cuatro años después en la Copa del Mundo Estados Unidos 94. Del plantel que enfrentó a Costa Rica, Taffarel, Jorginho, Branco, Dunga, Muller y Bebeto se coronarían campeones mundiales en el certamen norteamericano. También Aldair, Ricardo Rocha, Mazinho (padre de los futbolistas Thiago y Rafinha Alcántara) y Romario, quienes contra la Tricolor se quedaron en el banquillo de suplentes del Estadio Delle Alpi. Definitivamente, los ticos en Italia estuvimos “con los mejores del mundo”…
Sentimientos encontrados. Alexandre Guimaraes, nacido en 1959 en Maceió, Brasil, cantó los himnos de Brasil y de Costa Rica en Turín. La prensa amazónica lo había buscado mucho previo al duelo, dado el curioso caso que significaba enfrentar en un Mundial al país que lo vio nacer; mas la de Guima no fue la primera oportunidad en la historia del torneo ni en aquel certamen italiano. Robert Prosinecky, volante de Yugoslavia, había enfrentado seis días antes a Alemania Occidental en el Giuseppe Meazza. El balcánico, quien al 55’ ingresó al campo del escenario milanista, nació en Schwenningen, ciudad cercana a Stuttgar en la Alemania del Oeste. Y un día después del duelo entre germanos y yugoslavos, se enfrentaron en Cagliari las selecciones de Inglaterra y la República de Irlanda, conjunto este último que echó mano de nada menos que seis futbolistas nacidos en la nación británica, a saber: Mick Mc Carthy, Paul Mcgrath, Kevin Sheedy, Andy Townsend, John Aldridge y Alan Mcloughlin.
*Con una victoria y una derrota, la Selección de Costa Rica quedaba condicionada a jugar el todo o nada cuatro días más tarde contra Suecia en Génova… Este jueves se publicará la tercera columna con más anécdotas, fotografías y datos curiosos sobre la participación costarricense en Italia 90. ¡No se la pierda!
Créditos fotográficos:
Las fotografías fueron tomadas de Veja, Getty Images, Al Día, lagaleriadelfutbol.com, netvasco.com, soccerconfidential.com, sitio oficial del Galatasaray SK, sportsworldcards.com, anotandofutbol.com, Globo, juhatamminen.com, jackuslife.com, storiedicalcio.com, terra.com, ocampodossonhos.com, oldschoolpanini.com, elfutbloglin.com, historiadelfutbolenimagenes.net, Placar, Marca, sitio oficial de Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro, Sidney Rezende, Continental y The Richest.