Martes 5 de abril de 2016
Edwin R. Jusino | Desde la Tribuna
Parece ser que a pesar de que la FIFA quiere cerrar el capítulo del FIFA Gate, la justicia y la verdad siempre salen a flote. Esta vez, ha salido a relucir a través de los Papeles de Panamá, que el exvicepresidente de la FIFA sudamericano, acusado en mayo del 2015 por el Departamento de Justicia Federal, Eugenio Figueredo, tuvo vínculos cuestionable con Juan Pedro Damiani.
Damiani es en la actualidad miembro del Panel Indepeniente de la Comisión de Ética del organismo rector. Este es el mismo panel que ha emitido sanciones a figuras como el expresidente Joseph Blatter, el exSecretario General Jerôme Valcke, entre otros. Además de esto, Damiani es el presidente del Club Atlético Peñarol de la primera división de Uruguay.
Según el Consorcio Internacional de Periodismo Investigativo (ICIJ por su sigla en inglés), grupo internacional que trabajó con sobre 400 periodistas a nivel mundial para destapar el caso de Mossack Fonseca mejor conocido como los #PanamaPapers, el bufete de Damiani ofreció servicios legales a por lo menos 7 compañías «offshore».
Además Damiani también fue contratado por Hugo y Mariano Jinkins, también coacusados en el caso de soborno de millones de dólares y corrupción del pasado mes de mayo, en varias ocasiones.
ICIJ establece que Damiani y su bufete no incurrieron en actos criminales sin embargo plantean una excelente pregunta ¿cuanto puede ser influenciado la capacidad de Damiani de ser imparcial al tener todos estos vínculos comerciales con estos acusados de corrupción? ¿Cuanto puede afectar o influenciar un oficial federativo sus vínculos comerciales con compañías digamos como Traffic Sports, que también está involucrada en el caso FIFA Gate?
La investigación de la ICIJ ha revelado que el deporte del fútbol, en su area administrativa y política ha pasado de ser el » jogo bonito» a un esquema internacional de evasión contributiva usado por jugadores, agentes, técnicos y otros. Como ejemplo, entre los nombres principales de la investigación lo es el delantero argentino, Lionel Messi, y su padre.
La cultura en FIFA, y no sus componentes individuales, son la raiz del problema. No es como han querido plantear de unas » manzanas podridas». Es el arbol el que está podrido, a la par de todas sus ramas, estas sean confederaciones, o federaciones. Una cultura de lujos, de extravagancias, donde el dinero se invierte principalmente en los ejecutivos de cuello blanco y en mega eventos que cada vez son más costosos.
Como ejemplo de este punto, los Papeles de Panamá señalan el involucramiento del flamante presidente de la FIFA, el italiano Gianni Infantino. Segun revela el periódico británico «The Guardian», sobre Infantino, mientras dirigió la Oficina Legal de la UEFA entre 2003-2006, surgen cuestionamientos de su rol en negociaciones cerradas con Cross Trading, una compañía argentina, que era una subsidaria de Full Play; compañía que era manejada por los Jinkins.
Todas estas alegaciones surgen por parte de los casi 11.5 millomes de documentos filtrados en los Papeles de Panamá.
La FIFA anuncio, tras la revelación de la investigación del ICIJ, el lanzamiento de una investigación del señor Damiani. No obstante, los cambios cosméticos que ha realizado la FIFA solo son parchos y no cambios profundos, hasta el momento.
Por otro lado, el presidente Infantino ha negado cualquier alegación de corrupción en su parte.
¿Estaremos viendo el tercer presidente de la FIFA en menos de dos años para diciembre? Si el arbol está podrido, y las ramas también ¿como esperamos que nuestros niños y jóvenes reciban de inspiración positiva a estas figuras y líderes? ¿Como podemos estar seguros que no hay corrupción y malos manejos administrativos en nuestra federación?
Foto: Gianni Infantino. FIFA