
En estos días ha quedado más que demostrado la valentía de nuestros niños y jóvenes. A pesar que han tenido una experiencia muy difícil, dentro de todo esto he visto el interés, valentía y fuerza que tienen estos chicos. Han sabido reinventarse y adaptarse a todo.
Hace unas semanas atrás fue nuestra primera práctica. Les confieso se me hizo un nudo en la garganta al entrar a ese parque, sin techo, el estacionamiento lleno de escombros, basura por todos lados y sin energía eléctrica. Nuestra práctica comenzó varias horas antes de lo normal para aprovechar la luz del día. Pero estos muchachos dieron la talla con el ánimo y dándole gracias a Dios que después de tantas semanas pudieron pisar el parque. Hay que ver como se esforzaron y la felicidad emanaba de sus rostros. El esfuerzo de los entrenadores por prepararles dentro de sus posibilidades y protección un área para que pudieran practicar y valió la pena.
Al caer la noche Dios nos envió la luz de la Luna para terminar su práctica. De verdad fue emocionante y bien inspirador.
De regreso a mi hogar, y dentro de una obscuridad absoluta, tuve una conversación con mi hijo en la cual hablamos de lo diferente que veíamos el parque, de la destrucción y de lo difícil que iba a ser este proceso de adaptación. El contundentemente me dijo: “Mami: Yo no me quito”. De verdad que me demostró su amor a su deporte, el soccer y de lo fuerte que es.
Unos días después fue su primer juego. ¡Que emoción de verdad! ¡Que campeonato ni juego final! Ese fue el momento más emocionante de verdad. Estamos en otro parque pero con las mismas características del nuestro, destruido, pero con unos chicos tan felices y agradecidos que fue un juego para la historia. Al ver este grupo de jóvenes en un círculo arrodillados y dándole gracias a Dios por haberlos llevado allí fue una lección de vida. De verdad que somos sobrevivientes y que enseñanza.
De ahí analizando con el ejemplo de estos jóvenes la importancia de apoyar al deporte. Importante para que tanto niños como jóvenes se sientan, dentro de la situación, lo más normal posible. El deporte hace sentir bien al ser humano tanto físico como mental. Ayuda a mejorar el ánimo y saben algo ayuda a unir a la familia. Tenían que ver los gritos y los aplausos de estos padres orgullosos. Me hacia una falta tan grande. Ver a mis compañeras soccermom gritar de alegría y de emoción.
Es importante reconstruir con el mismo ánimo y fuerza porque esta juventud necesita seguir hacia adelante. Estoy más que agradecida de Dios porque cuidó de mi familia pero también cuidó de este grupo de niños y jóvenes que nos están dando una lección de vida. Seguir hacia adelante sin importar que.
Como dijo mi hijo: “Mami yo no me quito” este debe ser nuestro plan de vida. De esto no tengo duda.