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Iván Rivera Gutierrez, presidente de la FPF, deponiendo ante la Comisión de Recreación y Deportes de la Cámara de Representantes. Suministrada Cámara de Representantes.

El presidente de la Federación Puertorriqueña de Fútbol (FPF), Iván Rivera Gutierrez, autorizó la emisión de un comunicado de prensa reaccionando de una manera frontal y vil a una noticia publicada por El Nuevo Día titulada: Radiografía al fútbol puertorriqueño: ¿cuáles han sido los aciertos y desaciertos del presidente federativo Iván Rivera?. En dicho comunicado la FPF insinúa con el uso de frases como «intencional y maliciosa», «inusual interés» y «diligente accionar» que la compañera Sara del Valle Hernández, quien no solo es una periodista con trayectoria intachable sino que también es miembro de la directiva de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico, y todo el equipo editorial de El Nuevo Día Deportes han realizado libelo contra la entidad.

Este no fue un ataque solamente contra la Sra. Del Valle, sino contra todo el gremio de prensa en Puerto Rico. Este ataque personal, y de cierta forma misógeno, tendrá como efecto a corto y mediano plazo dañar la imagen total de la Federación ante la prensa y en especial las agencias de publicidad que trabajan las marcas más importantes de Puerto Rico.

Me explico.

No solo Del Valle trabaja para el medio de récord principal de Puerto Rico, sino que GFR Media es una corporación más allá de la publicación de varios periódicos. GFR Media también es una de las principales agencias de publicidad de Puerto Rico y ese mundo es muy pequeño.

No es culpa de Del Valle que ningún miembro del Consejo de la FPF haya querido hablar en récord con ella. De hecho, el Sr. Rivera no ha querido hablar con miembros de la prensa en ningún momento en toda esta crisis. Dialogar con Héctor Deplaymaker, quien el mismo dice que no es periodista, y con Chente Ydrach, quien no es periodista y quien tiene un interés creado por la presencia de su pariente en la Selección Nacional, no es hablar con los medios.

La administración Rivera, desde su inauguración en marzo de 2019, no ha celebrado ni una sola conferencia de prensa donde se hayan abierto al escrutinio público. De hecho, desde la salida de Jessica Rosa Andino de la FPF, la entidad no ha tenido un verdadero oficial de prensa que trabaje esas relaciones.

Tampoco fue que Rosa Andino hizo una súper labor, en mi opinión, de crear esos puentes pero por lo menos había una persona de carne y hueso que le contestaba a otros compañeros cuando estos se acercaban.

Es el trabajo de un oficial de prensa de crear esos diálogos con los medios de prensa, particularmente con aquellos que fiscalizan a la entidad más que otros. Por ejemplo, este medio tuvo en la mayoría del tiempo de la administración Labrador excelentes relaciones y diálogos con la oficina de comunicaciones a pesar de que se fiscalizaba fuertemente a su liderato. Lamentablemente eso no ha ocurrido desde que entró el Sr. Rivera Gutierrez, ya que este entró con amenazas de cerrarnos las puertas de su administración. Su decisión.

Pero, de igual forma Rivera no se puede quejar cuando nosotros o el Nuevo Día decide fiscalizarle y no contesta teléfonos, llamadas o corréos electrónicos. Este ataque solo demuestra que Rivera es un gato herido acorralado. Rivera ha perdido control de la narrativa y con este ataque hacia Del Valle, cualquier empatía que haya podido haber en la prensa hacia su administración la perdió.

Su actitud egoista, macharrana, arrogante e hipócrita ha destruido la poca credibilidad que le quedaba a una institución que desde la salida de Tony Lorenti, de la administración Monroig, no ha podido tener acceso continuo a los medios; desde entonces ha sido esporádico y temporal.

Sin las relaciones interpersonales, emitir comunicados de prensa no es lo suficiente cuando no se es uno de los deportes tradicionales de este país. Y si atacas a los medios de comunicación porque no publican exactamente y solamente lo que le conviene a la administración, solo empeoras la situación.

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