No me gusta repetir algunas de mis columnas, pero cuando la ocasión de poner a pensar a nuestros lectores, con las actuaciones recientes del técnico polaco de las selecciones femeninas el señor Borkowski, es necesario traer de nuevo a la atención de nuestros verdaderos amantes del fútbol una de mis columnas anteriores.
No es un reciclaje a falta de temas, que sobran en el fútbol boricua, es que se presenta la oportunidad de señalar de nuevo las decisiones erradas, tal ves, por la creencia que los nombres enredados son mejores que los del patio. O que no se hace un profundo estudio de los que se seleccionan.
Por eso, para que puedan leerlos aquellos que no lo leyeron, quisiera que reflexionaran sobre esta pasada columna aunque presiento que el Sr. Ricardo Romano, como está en estos momentos, lo pensaría.
Hubo la oportunidad. La dejaron pasar.
Pero, es bueno señalar, que en nuestra isla hay muchos técnicos que darían el grado, en todas las selecciones.
¿Por qué no puede ser Ricardo Romano?
PRIMERO; Jeaustin Campos, con un sueldo de director técnico de clubes europeos y casa, auto, escuela para sus hijos y otros regalos de rey. Ahora con una demanda y sentencia contra la FPF por impago a sus servicios.
Producto: Nada.
SEGUNDO; Carlos Avedissian, técnico uruguayo, prefirió venir a Puerto Rico antes de ir a un mundial femenino con los colores ticos de Costa Rica. Sus razone$ tendría. Es un buen técnico, pero no se doblegó y se fue.
Producto: Algo logrado (claisificación al pre-olpico de CONCACAF) en el poco tiempo.
TERCERO; Shek Borkowski se ganó a dos “chernitas” en la competencia sub 20 femenina y luego se pierde con República Dominicana, que nunca nos había ganado un partido entre féminas. Ni aún con solo 7 de aquí y 13 de cultivo ajeno al coquí. Record caribeño pero en contra. ¿Cuándo se va?
Producto: Nada.
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