
Anoche arrancó la Liga Dominicana de Fútbol en su novena temporada. Con 9 equipos profesionales, con estadios propios, jugadores pagados y refuerzos internacionales la Liga Dominicana de Fútbol (LDF) es el modelo a seguir en la región. Claro está, la LDF tomó su formato e ideas de la Puerto Rico Soccer League (PRSL) y hasta los fondos de la FIFA que hubieran servido de capital semilla para relanzar la liga pero ese no es el punto de esta columna; bueno en parte.
Digo en parte porque si la administración de Eric Labrador hubiera hecho todo lo posible por salvar la PRSL, como haber tratado de hablar con el gobierno en buena lid y haber hecho todo lo posible por mantener a flote la liga durante la crisis financiera que afectó al fútbol profesional de Puerto Rico entre 2011 y 2012, el fútbol de Puerto Rico hoy sería muy distinto.
No obstante, en Quisqueya siguieron los pasos de la PRSL y lanzaron la LDF con la ayuda de la FIFA. Hoy día el crecimiento de la liga ha sido el catalítico para el crecimiento de la República Dominicana. Al punto que los amigos de Quisqueya estarán el año que viene en las Olimpiadas de París 2024 y en el venidero mundial Sub20 de la FIFA.
Mientras el presidente de la FPF, Iván Rivera Gutierrez, vive complacido con la mediocridad que es la Liga Puerto Rico en todos sus niveles, en Dominicana, su presidente, Rubén García, ha continuado el proyecto de la Liga Dominicana de Fútbol que le ha dado un taller a los jugadores dominicanos. De los 22 jugadores que representaron a la República Dominicana, 15 juegan en clubes que participan de la 1era o 2da división de la Liga Dominicana de Fútbol.
En contraste solo 1 jugador de la Selección Sub20 masculina, Jan Mateo, estaba activo con un equipo de la Liga Puerto Rico. Si añadimos equipos puertorriqueños que no están en la Liga Puerto Rico hay que añadir al defensa Luis Cruz, de la Academia de Fútbol Total de Mayagüez.
La Liga Puerto Rico fue fundada en el 2018 tras la ruptura de ciertos equipos con la admistración de Joey Serralta en la PRSL. Mi opinión es que fue un capricho electoral de Alberto Santiago, que en aquel momento buscaba la presidencia de la FPF, pero la liga en si tuvo un buen comienzo. Lamentablemente, tras su primera temporada, la liga ha sido incapaz de mantener un nivel de altura. De jugar en estadios propios la FPF ha exigido que los equipos juegen en sedes neutrales lo que causa un gran problema económico para los clubes que no pueden monetizar cantinas, ni cobrar entradas, etc.
Una década entera perdida en Puerto Rico ha sido ganancia para los hermanos quisqueyanos. El problema es que por lo visto vamos para 2 décadas de estancamiento en Puerto Rico. Si yo fuera a darle un consejo a un joven puertorriqueño que aspire a jugar profesional le diría que busque jugar en la Liga Dominicana de Fútbol. Por lo menos allí no están tratando de reinventar la rueda.
Le deseo un éxito rotundo a los dominicanos que muy pronto llegarán a un mundial adulto si siguen el paso que llevan.
Mientras, Puerto Rico se quedará estancado a la merced de un corrupto que lo que le importa más es hacer dinero para el y sus lacayos que crear las condiciones idoneas para que haya nuevamente una liga profesional autónoma en Puerto Rico.