Rondaba los años de mocito estudiantil cuando escuchaba a los mayores usar la frase que da paso al título de esta columna.
Un consagrado líder político de la época (Muñoz), junto a un grupo de intelectuales boricuas, comenzó una transición de un pueblo dependiente casi exclusivamente de la agricultura a un pueblo con visión industrial y tuvieron éxito.
Uso esta introducción histórica para poder llamar la atención de que es hora de que hagamos lo mismo con nuestro fútbol. Ha llegado la hora de poner “manos a la obra”, como hicieron aquellos patriotas, pero esta vez en nuestro apasionado deporte.
Pero se necesita un gran esfuerzo y diligencia administrativa para poder lograrlo. Tiene que ser un esfuerzo programado, libre de otros intereses que estorben en el camino y con objetivos claros y realizables dentro del concepto administrativo de FIFA; el conceptualizado FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades, amenazas).
Y se puede lograr. Otras asociaciones, con menos recursos económicos, menor población y menos instalaciones deportivas, lo han logrado. Ejemplos he dado en columnas anteriores.
Tenemos que visualizar al fútbol como un ente deportivo, tanto amateur como profesional, con los recursos económicos municipales y estatales, pero con un incremento proveniente del sector privado.
Puerto Rico está en una situación económica precaria, por no usar otro término peor, que adolece de presupuestar en sus partidas de gastos a cualquier deporte cuya fortaleza económica dependa de sus arcas. Cuando se prepara el presupuesto, la recreación y el deporte, ocupan el último lugar del mismo. Lo digo porque lo he vivido a través de mis pasados años en el gobierno.
Tiene que haber unión de propósito. Dejar atrás el interés personal exagerado, seleccionar líderes que amen al deporte, pero que sepan a donde dirigirnos.
Me llamó hace varios días alguien que tiene una “academia” de la “enseñanza” del deporte a niños de cuatro años en adelante. Me indicaba, que había leído casi todas mis columnas, que compartía mi visión sobre el estado del fútbol en la isla, pero que el tenía una matrícula de sobre ochenta (80) participantes que pagaban bien sus padres y que no podía perder sus “finquita” poniéndose de mala con la gente de la FPF.
Me dijo: “mientras no me toquen mi finquita, me da lo mismo que el presidente sea Eric Labrador, que Trucutú.”
Tenemos que superar esas actitudes.
Vamos a seleccionar a unos líderes que además de saber de fútbol, sepan de administración y apliquen los conceptos de gobernanza de la FIFA.
Miremos detenidamente la proyección del Puerto Rico Soccer League y lo propuesto por su presidente Joey Serralta. Veamos y estudiemos con detenimiento, la ruta a la que puede conducirnos sus acertadas decisiones en cuanto a la profesionalización de nuestro apasionado deporte.
Se puede lograr. Estemos atentos al Puerto Rico Soccer League. Es el camino correcto.
Evitemos que pescadores de votos traten de sepultar lo bueno. Ya una vez lo intentaron. Pongamos nuestras decisiones en el fortalecimiento de nuestro fútbol. Evitemos que la información mediática falsa siga perjudicando el verdadero desarrollo de nuestro deporte.
Manos a la obra.