La directiva boricua revive manchas en el historial deportivo del actual presidente de Concacaf
Por Luis Santiago Arce | ENDI.com
El Club Atlético River Plate Puerto Rico (RPPR) ha entrado en una firme campaña de descrédito contra el presidente de la Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) y vicepresidente de la Federación Internacional (FIFA), el trinitense Jack Warner.
La gerencia del club boricua, que ha operado los pasados dos años en Ponce, se ha dado a la tarea de redistribuir varios artículos de investigaciones periodísticas que en los pasados años han vinculado a Warner con actos de corrupción en medio de sus funciones como líder deportivo.
Una de las principales acusaciones estipula que Warner, también presidente de la Federación de Trinidad y Tobago, se apropió de un millón de dólares por la supuesta reventa ilegal en su país de boletos para el Mundial Alemania 2006. Incluso, una comisión ética de la FIFA reconoció el esquema ilegal y exigió la devolución del dinero obtenido por ese medio, pero se comenta que sólo han reembolsado una cuarta parte sin que hayan surgido acciones disciplinarias adicionales.
Warner, un maestro de oficio convertido en un exitoso empresario, también ha enfrentado denuncias de jugadores de la selección nacional trinitense que fueron al Mundial 2006, que reclamaron que la federación trinitense no repartió el premio que recibieron por haber llegado esa vez a Alemania.
Se ha sugerido, además, que Warner, de 67 años de edad, pidió que se depositaran en una cuenta bancaria personal, en vez de federativa, las ganancias por un juego amistoso celebrado en el 2004 entre Trinidad y Escocia. Se le reconoce, no obstante, el desarrollo del fútbol trinitense como potencia regional, hasta nivel mundialista, con el establecimiento de un moderno y amplio complejo de desarrollo en su país como parte del Proyecto Gol de la FIFA.
Hay rumores, asimismo, de que Warner tiene ambiciones políticas de llegar a la presidencia de su país, y en términos deportivos, de buscar el puesto máximo de la FIFA que actualmente ocupa el suizo Joseph Blatter. También es un comentario repetido que Warner gusta de utilizar sus influencias para asegurarse que su país obtenga triunfos deportivos en el fútbol, y en ese punto es que la gerencia de RPPR concentra sus denuncias.
Los directivos del club boricua, de hecho, han llevado una querella ante la FIFA debido a la inacción de la Unión Caribeña de Fútbol (CFU) en la protesta por las circunstancias que rodearon la segunda ronda de la eliminatoria caribeña de clubes disputada en Trinidad y Tobago. El reclamo estipula que RPPR recibió pobre servicio de alimentación, transportación y cambio súbito de sede de sus partidos durante su participación en el grupo C junto al Alpha United (Guyana) y el trinitense San Juan Jabloteh.
También alega que hubo un claro patrón parcializado de los árbitros de turno, encabezados por el jamaiquino Courtney Campbell, a favor del Jabloteh en el decisivo partido final ante RPPR, que ganó 1-0 el cuadro trinitense para lograr de esa forma el pase a la ronda final a jugarse desde este miércoles 5 al domingo 9 de mayo en el Estadio Marvin Lee, también de Trinidad y Tobago.
Justo después del desafío, sin embargo, se armó un serio motín entre ambos equipos que incluyó la participación de fanáticos trinitenses en un supuesto intercambio de pedradas con integrantes del RPPR, hecho que ha trascendido a la prensa internacional. La CFU todavía no ha emitido una resolución oficial ante la protesta de River, aunque se anticipa que se mantendrá inalterado el resultado del desafío, pero con anticipadas sanciones a miembros de ambos bandos.
En la ronda final competirán dos equipos boricuas, Islanders de Puerto Rico y Bayamón FC, junto a los trinitenses Jabloteh y Joe Public, propiedad de Warner. Los primeros tres equipos representarán al Caribe en la Liga de Campeones 2010-2011 de la zona Concacaf.