Lunes 1 de Octubre de 2012
Pablo Santana | FBNET
En un partido en el que todo parecía jugarles en contra, los Puerto Rico Islanders fueron eliminados de la contienda por el título de la NASL, tras perder en el Juan Ramón Loubriel por marcador de 2 a 1 ante el Minnesota Stars.
A pesar de que la gerencia de los Islanders y la fanaticada intento incitar al público para que se diera cita en la Islandera, la asistencia fue una deprimente. Incluso, en partidos de temporada regular el estadio ha estado más lleno de lo que estuvo ayer. En un partido en el que el equipo necesitaba grandemente el apoyo de la fanaticada, estos brillaron por su ausencia.
Para colmo de males, tras el comienzo del partido, Minnesota se puso rápidamente en la delantera con un tempranero gol al minuto 9 de Amani Walker. El gol sorprendió a unos Islanders que portaban camisa rosada como muestra de apoyo para los pacientes de cáncer.
La Tropa Naranja se fue al ataque, aunque parecían no tener la precisión o fineza necesaria en el toque para la culminación de las jugadas. Minnesota al conseguir el gol en los comienzos del partido, decidió meterse atrás desde muy temprano en el partido, aunque en algunas ocasiones se fue al contraataque, como lo fue en el minuto 40, donde tras un pase de Simone Bracalello, Miguel Ibarra lo envió a las redes. El gol ponía a los Islanders en una complicada posición ya que se iban al descanso con una desventaja de 0 a 2, y muy pocas esperanzas de una remontada.
En la segunda mitad, los dirigidos por Adrien Whitbread mostraban una mejor actitud en el campo, pero jugadores como Faña y Van Schaik no parecían estar en las mejores condiciones como para continuar en el partido. Pero entonces el técnico sacó a ambos jugadores y metió en el partido a Joseph “Jackie” Marrero y Joshua Hansen. Marrero a pesar de su poca experiencia en partidos de mucha importancia, inyectó una gran energía en la ofensiva de los Islanders. Constantemente encaró por la banda de la derecha a los defensores de Minnesota, quienes en momentos se vieron obligados es desplazar bruscamente con el cuerpo al joven jugador.
Por su parte, Hansen ayudó a conservar más el balón, y junto a Noah Delgado se encargaron de repartirlo de mejor manera. Luego, ya con una mejor circulación del balón, los Islanders intentaban remontar el partido por todos los medios posibles. Cabezazos, disparos de larga distancia, pases filtrados, chilenas, etc; pero el balón no entraba en las redes.
Entonces tras una jugada de gran elaboración, Héctor “Pito” Ramos disparo al arco, pero el arquero de Minnesota hizo una gran atajada para enviar el balón al corner. Tras el corner, al minuto 79 un balón que fue disparado hacia la portería, fue levemente desviado por David Foley para el gol de los Islanders. Las pocas personas que había en el estadio gritaron el gol con el alma, y comenzaron a empujar con más fuerza a su equipo.
Ese fue el comienzo de un cierre de partido lleno de drama y controversia. Tras un balonazo que el delantero Nicholas Addlery ganó y se llevó en dirección al arco rival, fue derribado justo antes de entrar al área, pero el árbitro no pitó nada. Ese fue uno de los tantos desaciertos del árbitro en el partido, quien constantemente permitió patadas de ambos equipos, pero principalmente perjudicando a los Islanders.
Los Naranjas continuaron al ataque, creando una gran cantidad de jugadas de gol, hasta que en el minuto 84 ocurrió una jugada insólita en la que tras un buen pase de Pito Ramos, Addlery se encontraba solo ante un arco sin arquero, pero tropezó con el balón y este nunca entro al quedarse justo en la línea de gol. Ni la hinchada, ni los compañeros de equipo, ni el propio Addlery podían creer lo ocurrido.
Luego, para continuar el pésimo trabajo arbitral, solo tres minutos fueron añadidos al partido. En el tiempo de descuento, un centro fue enviado al área donde Joshua Hansen y un defensor de los Minnesota Stars tuvieron un fuerte choque en el que ambos quedaron maltrechos. El árbitro central no tenía idea de que pitar en la jugada, por lo que se decidió por otorgar un saque de meta que nunca ocurrió. Además, tras el choque se perdieron un tiempo que no repuso, y prácticamente acabo el partido como queriendo huir de su espantoso trabajo.
De camino al camerino, unos cuantos fanáticos enojados lanzaron botellas en dirección del cuerpo arbitral, quienes aceleraron el paso para que esta no continuará escalando.
Tras el partido, la decepción reinaba en la atmosfera del estadio. Noah Delgado se despidió personalmente de la barra, mientras que Adrien Whitbread batallaba con la tristeza traída con la derrota que los eliminaba hasta la próxima temporada.