Ladislao Moñino | El Pais
«Primero hay que clasificarse, que parece que ya estamos clasificados o que va a ser fácil lograrlo», advierte Vicente del Bosque cuando se le plantea en el horizonte el próximo Mundial de Brasil 2014 y la renovación de determinados puestos que, por edad, pueden demandarla a corto y medio plazo. El próximo 11 de septiembre España comienza en Georgia la fase de clasificación y Del Bosque maneja la mística que encierra Brasil como elemento canalizador de la motivación de un grupo de futbolistas que acaba de completar una triple corona histórica (Eurocopa-Mundial-Eurocopa). «Si hay un país que motive a los jugadores ese es Brasil, la cuna del fútbol, un santuario para jugar y defender el estilo y el título mundial conquistado en Sudáfrica. Esto nos puede servir para que no decaiga el espíritu competitivo y mantener esa hambre por seguir ganando títulos que caracteriza a este grupo de jugadores», asegura el seleccionador español.
Comparados por la excelencia de la propuesta con aquel legendario Brasil del 70 de los cinco dieces (Jairzinho, Gerson, Pele, Tostão y Rivelino), el desafío de mantener la hegemonía mundial en una final en Maracaná se ha transformado en un acicate irrenunciable para los recientes campeones de Europa. Xavi, que en 2014 tendrá 34 años, solo uno más de los que contaba el ensalzado Pirlo, ya ha manifestado su deseo de culminar su esplendorosa carrera con la selección en Brasil. Sería el más veterano, entre todos los participantes del reciente europeo finalizado, de los que sobrevivan hasta la gran cita de Brasil. «Tengo que hablar con el míster y a ver cómo me veo, pero si me encuentro bien, claro que me gustaría estar en el Mundial», confesó el volante azulgrana nada más concluir la final de Kiev.
Por ser el emblema y el principal custodio del estilo, no hay futbolista español cuya entrada en la recta final de su carrera despierte más inquietudes. Su padre, Joaquim Hernández, ha anunciado que habrá que acostumbrarse a las dosificaciones de su hijo. Sin embargo, Del Bosque no tiene tan claro que vaya a confeccionar sus listas atendiendo a edades, aunque deja una puerta abierta para ocasiones «muy puntuales». «No podemos hacer una selección para los partidos amistosos y otra para los oficiales», asegura. A la próxima convocatoria que confeccionará para el amistoso de Puerto Rico del 15 de agosto acudirán los que crea «que son los mejores, tal y como ha pasado hasta ahora».
Casillas, que se presentaría con 33 años, Xabi Alonso, con 32, y Arbeloa, con 31, serían junto a Xavi los únicos del equipo base que ha conquistado la última Eurocopa que rebasarían claramente te la treintena en el mundial brasileño. Iniesta, que contaría con 30 años, Ramos (28), Piqué (27), Jordi Alba (25), Cesc (27), Busquets (25) y Silva (28) aterrizarían en Brasil en la franja de edad en la que se presume una mayor simbiosis entre la madurez futbolística y el rendimiento físico. Puyol y Villa, las dos grandes ausencias en la pasada Eurocopa, contarían con 36 años y 33 años respectivamente. El primero, a un partido de cumplir las 100 internacionalidades, ya quiso renunciar a la selección al término del Mundial 2010. Resolverá su futuro como internacional según sus sensaciones y no dudará en dar un paso al costado si detecta que no tiene nada que aportar. Villa aún siente que puede ser útil y tampoco su honestidad admite sospechas tras renunciar voluntariamente a la Eurocopa al saberse no recuperado de una lesión de tibia.
«Será el día a día el que nos marque qué posiciones hay que renovar. Ante posibles decadencias, habrá que estar atentos a todos los emergentes. El caso de Jordi Alba es un ejemplo claro», añade Del Bosque, «de relevo generacional» por ocaso (Capdevila) y aparición de un talento emergente. Durante el último año la mayoría de las nuevas apariciones en la selección han sido justificadas por Del Bosque con la necesidad de ir preparando posibles recambios de cara a Brasil 2014. «Hay que ir introduciendo futbolistas que puedan ayudarnos cuando sea necesario echar mano de ellos. La lista que manejamos es amplia, ahí está Beñat, por ejemplo, o Muniain, o cualquiera de los que llamamos para la concentración de Austria», incide el técnico salmantino.
En ese ramillete de promesas llamadas a inyectar sangre joven, el barcelonista Thiago es uno de los mejores perfilados por calidad. La celeridad con la que Del Bosque le dio la alternativa, con muy pocos minutos en Primera División, fue un síntoma de su posicionamiento en primera línea del relevo generacional. Ginés Meléndez, el coordinador de las selecciones inferiores, tuvo que convencerlo personalmente para que no abandonara una concentración cuando le tiró los tejos Brasil. Él, más que nadie, también aspira a ser un brasileño en Brasil.