Lunes 15 de julio de 2013
Esteban Guevara/FBNET
En el Mundial Infantil México 2011 Keven Alemán (derecha) se convirtió en el primer costarricense en jugar una copa del mundo con otro país. En la imagen disputa el balón con un zaguero de Inglaterra en el Estadio Hidalgo de Pachuca.
La primera fase de la Copa de Oro le deparó una pésima noticia al balompié tico, y al mismo tiempo terminó de confirmar lo deficiente y negligente que ha sido la labor dirigencial de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol). Probablemente el lector pensará que me estoy refiriendo al pobre desempeño que la Tricolor ha exhibido en sus dos primeros encuentros disputados en las ciudades estadounidenses de Portland y Salt Lake City; pero no, el hecho al que hace referencia esta nota puede ser aún peor que jugar mal la etapa de grupos del principal torneo interselecciones de la CONCACAF. La nefasta noticia corresponde al debut oficial del futbolista de origen costarricense Keven Alemán con la selección mayor de Canadá, en lugar de hacerlo con el equipo de todos los ticos.
El pequeño jugador de 19 años de edad y nacido en San José es un mediocampista de corte ofensivo técnicamente muy bien dotado, que vive en la nación más septentrional de nuestro continente desde 2004, fecha en la que viajó con sus padres en busca de mejores oportunidades que las que les ofrecía Tiquicia. Estando en aquel destino, Alemán empezó a perfeccionar su fútbol al punto de que en menos de una década ha cosechado vastos éxitos, tal futura estrella mundial de este deporte.
Tras mostrarse en el equipo de ligas menores del Islington Soccer Club, fue incluido en la selección regional sub16 de la enorme ciudad de Ontario, un representativo acostumbrado a formar futbolistas y brindarles el fogueo internacional requerido; de hecho, Keven se enrumbó en giras por Italia y Suiza, en las que enfrentó a equipos menores del AC Milan, Basilea, Lugano, entre otros. Pronto se empezó a convertir en una figura reconocida dentro del balompié infantil canadiense, por lo que la división sub17 del FC Toronto (institución cuyo primer equipo participa en la MLS estadounidense) lo incorporó a su nómina; asimismo, fue convocado a la selección infantil de Canadá, con la que colaboró para que terminara subcampeona de la CONCACAF y obtuviera el pase al Mundial de la categoría disputado en 2011 en territorio mexicano, justa en la que el josefino actuó como titular en los juegos ante Uruguay, Inglaterra y Ruanda.
Los logros individuales no tardaron en llegar, pues justamente en ese mismo año las autoridades deportivas de Canadá lo declararon segundo mejor futbolista infantil del país; asimismo, fue contratado por el Real Valladolid, convirtiéndose en el segundo jugador canadiense en la historia en conseguir un fichaje en España. Luego de participar por dos años en el equipo sub19 vallisoletano (categoría en la que era el miembro más joven del plantel), acaba de ser ascendido a la división de Promesas -lo que en Costa Rica se denomina Alto Rendimiento- para la temporada venidera; esto quiere decir que ya es elegible para que el Míster Juan Ignacio Martínez eche mano de su enorme talento para el momento en que así lo desee, y pueda ver acción en el primer equipo en la Liga de las Estrellas donde brillarán Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, entre muchas otras luminarias más.
Keven Alemán siempre hizo público su deseo de ser tomado en cuenta por la Fedefútbol para conformar algún representativo costarricense; incluso el año anterior esperaba ser convocado por Jafet Soto para el inicio del proceso sub20 hacia Turquía 2013, mas el llamado nunca llegó y la juvenil tica terminó eliminada en una de sus peores participaciones de los últimos años. También esperaba recibir una oportunidad por parte de Jorge Luis Pinto para la Copa UNCAF que se jugó en enero pasado, pero de nuevo se decidió prescindir de él. Cabe señalar que las normativas de la FIFA estipulan que un futbolista con doble nacionalidad puede actuar con el representativo de categoría menor de un país, y luego escoger la otra nación para conformar el seleccionado mayor, con el cual deberá quedarse para el resto de su carrera futbolística desde el momento en que haga su debut en un partido oficial. Esto último precisamente ocurrió el jueves pasado en el CenturyLink Field de Seattle, cuando a falta de siete minutos para concluir la contienda entre Canadá y México, el técnico interino Colin Miller lo hizo ingresar al campo.
En este punto hay que comprender muy bien el panorama que rodea a un jugador que se encuentra en tal situación. Dado que el fútbol es una profesión, él deberá valorar otros aspectos distintos al honor nacional o el color de la bandera de sus padres. Lo que privará más bien será el poder enriquecer un currículum deportivo que le facilite futuras oportunidades laborales. En el caso del tico-canadiense, desde el principio ponderó las opciones de mostrarse con Costa Rica en grandes vitrinas como la Copa América o los Campeonatos Mundiales, cosa que no tiene parangón con la realidad canadiense actual, que nunca ha incursionado en el certamen de la CONMEBOL, y que en el máximo evento futbolístico de la FIFA no participa desde México 86. Sin embargo, pese al buen discernimiento que pudo hacer, topó con la negativa de la dirigencia costarricense a contar con él, lo cual finalmente lo llevó a tomar la decisión de aprovechar la opción que sí le brindó el país de la hoja de maple, que siempre ha manifestado su interés en incorporarlo a su seleccionado mayor.
Costa Rica se perderá para siempre el juego envidiable de este futbolista; un jugador que hace años no se veía en Canadá debido a su exquisita técnica y calidad, según palabras de su ex técnico en la sub17 Sean Flemming. El anterior estratega de la selección mayor, Stephen Hart, por su parte lo llama “Little Messi”; “el próximo Dwayne de Rosario”, es el apelativo que le dirige la prensa deportiva canadiense; mientras que Miguel Gail, su último timonel en el sub19 del Valladolid, acota: “Es un mediapunta zurdo, técnicamente muy bueno […] Posee un buen golpeo para todas las jugadas a balón parado. Dispone de una precisión importante y tiene muy buen regate.” (1)
Increíblemente, el caso de negligencia o ineptitud de nuestros federativos en el tema de Keven Alemán no es el primero. Ya entre 2009 y 2010 había ocurrido un hecho similar con Felicio Brown, un novel futbolista nacido en Limón. El jugador, criado en Alemania por sus padres ticos, se terminó de pulir futbolísticamente en las divisiones menores del BSC Hertha de Berlín. Pronto adquirió un nivel tan sobresaliente, que fue comprado por el FC Nürnberg, y convocado además a la selección sub18 teutona. Cuando a Costa Rica llegó la noticia del ascenso que estaba experimentando este lateral derecho y atacante, hubo vagos intentos por convocarlo a las selecciones juveniles que tomaron parte de sendos Mundiales 2009 y 2011, pero en febrero de 2010 el caribeño se decantó por la nación germana, en cuya selección sub20 también fue incluido. En aquel entonces Ronald González, director técnico nacional, expresó: “Nosotros no tenemos los recursos para traer desde Alemania a un jugador que no conocemos, les pedí vídeos de partidos y nunca me los enviaron.” (2)
Las palabras del actual entrenador de Saprissa, si bien no eran otra cosa que la reproducción del pensar de sus patronos de la Fedefútbol, resultan bastante desafortunadas; de hecho ponen en evidencia el porqué Brown decidió decirle no a Costa Rica: un futbolista perteneciente a un club que se mueve en una de las mejores ligas del orbe, que es “pretendido” por una federación que afirma no poder costearle el pasaje aéreo porque desconoce si tendrá el nivel suficiente para jugar con el equipo juvenil de una nación centroamericana… Seguramente aún se debe estar riendo Felicio, quien acaba de finalizar su participación con el FSV Frankfurt II en la Liga Regional del Sudoeste alemán, y de regreso en el Nürnberg espera poder debutar en la próxima Bundesliga.
Felicio Brown fue adquirido en 2010 por el Nürnberg, cuadro de la Bundesliga que desde entonces lo ha cedido a préstamo a varios clubes de liga menor y de segunda división. Además, ha jugado cinco encuentros con las selecciones sub18 y sub20 de Alemania.
Ahora bien, ¿qué puede llevar al equipo de trabajo de Eduardo Li a despreciar futbolistas con futuros tan prometedores y con atestados tan impresionantes? Desde un punto de vista eminentemente futbolístico solamente se me ocurre que puedan opinar que ya hay varios futbolistas nacionales ocupando los puestos que desempeñan Alemán y Brown. Entonces tal directriz corta de raíz cualquier intento por contar con una nómina más competitiva en la Selección Nacional, lo que explica que el actual equipo B tricolor se vea tan mal contra rivales en teoría débiles como Cuba y Belice. ¿Es que acaso desconocen nuestros “genios pensantes y acorbatados” que los grandes equipos se sustentan de un buen banco de suplentes? ¿Se habrán olvidado que dos de los mejores partidos que atesoramos los costarricenses en la historia de nuestra Sele (2-1 ante Suecia en Italia 90; y 2-1 frente a México en el Azteca) se definieron gracias a las variantes que respectivamente realizaron Bora y Guima?
El otro punto de vista que no puede pasar desapercibido en este tema, es el más delicado, el que se mueve por debajo de la mesa. Me refiero al que salió a flote hace poco con respecto a las extrañas circunstancias en las que se llevó a cabo la venta de boletos para el próximo encuentro eliminatorio ante Estados Unidos: la poca transparencia con que ha trabajado la administración Li en la Federación. Por lo tanto, no sería descabellado pensar que si los representantes de ambos jugadores hubieran sido “amigos cercanos” de los jerarcas de nuestro balompié, otro resultado hubieran obtenido las gestiones para incorporarlos a la Tricolor.
Por otra parte, hay otro inconveniente aún no contemplado en el caso de Keven Alemán: el peligro de darle armas al rival. Canadá es un oponente que se está armando para las próximas eliminatorias; tendrá como base una generación exitosa que en los últimos dos años ha obtenido dos clasificaciones a mundiales infantiles tras 16 años de no conseguirlo, asimismo, acaba de contratar a un gran técnico como el español Benito Floro, que si aprovecha las condiciones de infraestructura que le presenta aquel país, podría convertir al seleccionado canadiense en un serio contendiente del área, justo en tiempos en los que la expresión “las distancias se han acortado” ha dejado de ser una trillada frase para excusar fracasos de los equipos llamados favoritos, y ha pasado a convertirse en una verdad absoluta.
La frustrada vinculación de Keven Alemán con Costa Rica es tan solo el último de muchos desaciertos de la Fedefútbol. Se suma a la eliminación para Sudáfrica 2010 y para tres de los últimos cuatro mundiales de categoría menor; la estafa de la selección argentina que se guardó a sus principales estrellas en su visita al país; la casi pérdida de la sede del mundial infantil femenino (tuvo que acudir la presidenta de la República Laura Chinchilla para salvarlo; ¿puede haber algo más irónico?); la salida del banquillo nacional de un técnico de cartel internacional como Ricardo Lavolpe; la incompetencia para realizar una correcta apelación del “partido-nevada” de Denver; el apagonazo en el fluido eléctrico del majestuoso Estadio Nacional nada menos que en pleno partido eliminatorio contra los salvadoreños (que incidió en perder la ventaja de un 2-0 y dificultarse el poder avanzar a la hexagonal final rumbo a Brasil 2014)… No sé cómo percibirá el amigo lector al Señor Li y su gente; personalmente, me recuerdan aquella escena de los Beverly Ricosdesayunando en la mesa de billar de su lujosa mansión…
(1) Las declaraciones de Miguel Gail fueron tomadas del diario español El Norte de Castilla.
(2) Las de Ronald González, de La Nación.