Bartolo lleva más de cinco décadas como entrenador de fútbol
Bartolomé Cintrón es entrenador y director de la escuela Pumas de Roosevelt que opera en Hato Rey.
endi.com
Fue un destacado jugador en sus años de juventud, y luego pasó a ser entrenador de nivel superior, con experiencia en selecciones nacionales, pero la mayor aportación de Bartolomé Cintrón al fútbol boricua se ha generado en el corazón de Hato Rey.
Conocido popularmente por su apodo, Bartolo, este esforzado personaje nacido en Santurce lleva cerca de cinco décadas como entrenador y director de la Escuela Pumas de Roosevelt, que originalmente se estableció en la cancha de Baldrich, pero que ahora opera en el vecino Parque Josefa Fontán de La Merced.
“Esto para mí no es un trabajo. Gozo cuando veo que los muchachos se desarrollan, especialmente los muchachitos pobres de residenciales, que tienen buen futuro… eso es lo más que me llena”, dijo Cintrón a El Nuevo Día.
A diferencia de sus inicios ‘a puro pulmón’, hace unos 20 años realiza su trabajo como parte de la oferta deportiva del municipio de San Juan por gestión original de Tony Lorenti, pero sus tareas van mucho más allá de sus obligaciones técnicas.
Desde temprano cada tarde hasta tarde en la noche durante los días de semana, o al amanecer los sábados y domingos, es común verlo en labores de mantenimiento a sus canchas, o a las facilidades recreativas del parque capitalino, que protege como un santuario, y no es para menos. Allí ha contribuido al desarrollo de cientos de jugadores, incluyendo a los profesionales Marco Vélez, Raphel ‘Mime’ Ortiz y Alexis Rivera.
En su trayectoria también ha gozado triunfos de sus equipos juveniles sobre visitantes oncenos universitarios de Estados Unidos, junto al recordado trabuco de Roosevelt que ganó varios títulos nacionales consecutivos en los años 80, junto a la satisfacción de ver a muchos de sus discípulos convertidos en gente de provecho para la sociedad, aunque tampoco faltan las excepciones.
“Cada día les enseño algo nuevo. Todo va a su tiempo, según uno vea al jugador se va corrigiendo, enseñándole algunas mañas, técnicas, controles de balón, lo que tenga que hacer para mejorar”, explicó Cintrón, criado y aún residente en la urbanización Roosevelt.
Al presente los Pumas están afiliados a la Liga Metropolitana, que acaba de terminar su Torneo de Otoño 2009, y el objetivo se mantiene inalterado. “Lo primero es educarlos, enseñarles el balompié con mucha disciplina, que me gusta mucho, y soy fuerte pa’ eso”, subrayó Cintrón, quien tuvo un trabajo en la industria hípica que tuvo que abandonar al confligir con sus labores futbolísticas.
También recordó, sin embargo, que en el camino ha tenido que luchar y sufrir contra la violencia en las canchas, “la mala administración algunas veces” en la Federación Puertorriqueña de Fútbol (FPF) y una mala práctica de algunos clubes locales.
“A todo el mundo le gusta ganar, pero a mí no me gusta buscar jugadores. Me gusta hacerlos. No es estar sacando jugadores buenos de algún sitio y traerlos a mi club…. el que se quiera ir que se vaya, no puedo hacer más nada, pero quiero enseñarles lo que sé y lo que me enseñaron”, agregó, mencionando a varios de sus mentores como Daniel Zenón y Martín Álvarez, entre muchos otros.
Con una pierna aún afectada por una operación a causa de un par de accidentes de motoras hace ya varias décadas, Bartolo mantiene el sueño de ver un mayor desarrollo futbolístico en la Isla, especialmente en la cantera de talentos que asegura existe en las comunidades marginadas, y que Puerto Rico “logre una medalla internacional, aunque sea de bronce”, sin dejar fuera el anhelo por la clasificación a un Mundial.
“Esto no tiene fin. Esto es hasta que yo me muera”, concluyó con una jovial carcajada de satisfacción.