¿Reiremos a lo último?

Tres derrotas y una diferencia de 7-2 en goles. Eso fue lo que se llevó la Selección Nacional de Fútbol de su gira de tres partidos por Centroamérica como parte de sus primeros amistosos desde el 2008. Una derrota 2-1 contra El Salvador Sub-23 (que pudo haber sido más) y dos reveses en la visita a la mayor de Nicaragua por 1-0 y 4-1.

Nadie esperaba que saliéramos de Centroamérica con tres victorias, pero pocos anticipaban tres derrotas. Se destaca el primer choque contra los nicaragüenses, en el cual Puerto Rico jugó con un hombre más por la mayoría del partido, pero fueron los locales quienes se llevaron la victoria con gol en el último minuto. Y luego vino otro golpe, pues según reportes de prensa, Nicaragua (un equipo al cual superamos por  31 lugares en el escalafón de la FIFA) jugó con un equipo B en el segundo partido. ¿El resultado? Una goleada para los nuestros.

La realidad es que Jeaustin Campos se la jugó para este amistoso: con 13 jugadores menores de 23 años, el promedio de edad era menor que el de la escuadra Sub-23 de El Salvador y nuestra Selección parecía un equipo universitario. Y cuando miramos los partidos de Nicaragua, los duelos fueron unos de jóvenes contra adultos. Ya vimos en qué terminó eso.

Desde un inicio, Campos enfatizó que los resultados no eran lo importante, sino que el objetivo de estos amistosos era darles tiempo de juego a nivel internacional a los jóvenes. Se puede decir que se cumplió con ese objetivo… ¿pero a cuál costo? Nuestra selección fue descrita como una “sin personalidad y poco espíritu” por la prensa de Nicaragua. Y para los que les importe el ranking, tengan por seguro que nuestra selección bajará unos cuantos escalones luego de estas derrotas. Esta pobre imagen podría afectarnos a la hora de solicitar amistosos con selecciones importantes.

Solamente espero que estas decepciones tengan una repercusión positiva para el futuro. Antes nos quejábamos porque ni jugábamos en fecha FIFA, y ahora protestamos porque no ganamos.  Al menos hemos avanzado… Ahora sólo resta confiar en el trabajo de Campos y esperar que algún día miremos para atrás a estos partidos y soltemos una carcajada. Crucemos los dedos.