por Jonathan Lebrón Ayala
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Durante los pasados cinco años la escena deportiva ha atravesado por momentos difíciles, ligas profesionales tradicionales como el Baloncesto Superior Nacional, Voleibol Superior y la Pelota invernal han reportado mermas significativas en asistencia. No obstante, los fanáticos se han volcado al deporte más aclamado por el mundo, pero ignorado por los puertorriqueños, el fútbol.
Después de la fiebre creada por el mundial Corea-Japón en el 2002, unos inversionistas se atrevieron a darle vida a una franquicia profesional. Este equipo con sede en Bayamón, pasó a ser llamado los Puerto Rico Islanders. Aunque no era la primera vez que existía un onceno así, para el 1995 el actual presidente de la Federación Puertorriqueña de Fútbol Joe Serralta había instaurado una franquicia con el mismo nombre. En aquel momento, debido a la poca asistencia al estadio y a problemas con la federación, el equipo se movió a la ciudad de Houston, Texas con el nombre Houston Force. En esa ciudad solamente duraron un partido y después pidieron una dispensa.
Ya para el 2003 había un ambiente futbolero en la Isla y por lo que decidieron revivir al equipo. Esta vez con una campaña de mercadeo agresiva y el apoyo de grandes auspiciadores, se pudo hacer realidad la incorporación de la primera franquicia de fútbol profesional en la Isla.
Aunque en un principio fue formada en su mayoría por jugadores del patio, los resultados fueron negativos. Ya para su segunda temporada, y con la contratación como director técnico de Hugo Maradona, hermano del astro argentino Diego Maradona, el equipo mejoró sustancialmente. Aquí comenzó la segunda etapa de los Islanders.
En esta etapa el equipo contrató a una serie de jugadores extranjeros, en su mayoría provenientes de América Latina, para formar un conjunto que daría batalla con los demás equipos de la United Soccer League, liga en la cual compiten.
Para el 2007, con una franquicia ya establecida, tenían el apoyo consistente de fanáticos de todas partes.
Aquí se comenzaron a manifestar grupos de aficionados que iban a todos los encuentros a apoyar a los Islanders. Estas barras se hacen sentir de manera particular, tomando el estadio Juan Ramón Loubriel, mejor conocido como La Islandera, por asalto.
¿Los Islanders de Puerto Rico?
Durante la segunda etapa de los Islanders el equipo ha dependido de la utilización de jugadores extranjeros. Es por eso que extraña que muchos boricuas hayan apoyado a una franquicia que aunque es de capital nativo y juegan en suelo isleño tiene a muy pocos jugadores del patio en su alineación. De hecho, según la última lista oficial de jugadores, la plantilla presentaba a cinco jugadores del patio. El resto son jugadores de otras nacionalidades. Es por eso que los fanáticos reciben con escepticismo el hecho de que los Islanders son de Puerto Rico.
“Para mi, no son de Puerto Rico, tienen más jugadores extranjeros que na”, comentó Paola Parra, estudiante de la Universidad de Puerto Rico. Ella explicó que la gente quiere tanto a los Islanders porque son el primer equipo profesional de Puerto Rico. No obstante, el fútbol en Puerto Rico ha tenido mayor auge debido al impacto de la Tropa Naranja. También señaló, “me siento orgullosa de que haya un equipo profesional de fútbol que nos represente”.
Según una búsqueda en facebook e Internet, la Tropa cuenta con una hinchada que es representada por tres grandes grupos. Los hinchas isleños autoconvocados, mejor conocidos como el S-10, la Big Orange One y la Orange Star Ultra (OSU).
El OSU en otros países podría considerarse como la barra brava de la islandera. Ellos utilizan banderines, megáfonos y hasta lanzan fuegos artificiales convirtiéndose así en la barra temida de los rivales de los Islanders.
Según Eugenio Torres, líder de la OSU, su propósito es crear un ambiente futbolero parecido al de los grandes estadios de América. A preguntas de La Jota en relación al apoyo de los Islanders el nos explicó que, “para la OSU, nunca ha sido importante el nombre atrás de la camiseta, sino el escudo de la parte de al frente que hace que representen dignamente a Puerto Rico”.
Esto ha provocado que los visitantes cataloguen a la fanaticada de los Islanders como la mas ruidosa de la Liga, lo que pone a la islandera como el lugar más difícil para ganar.