Martes 12 de abril de 2016
Edwin R. Jusino | Desde la Tribuna
Casi nada se ha dialogado sobre la famosa «carta bajo la manga» que envió Eric Labrador, perdonen, que pidió Labrador al Secretario General interino de la FIFA, Markus Kattner.
Que no quede duda que Labrador, como habil practicante de la política del diplomático italiano, Nicolás Maquiavelo, logró sacar el conejo del sombrero al último momento. La carta de Kattner no dudo que sea genuina. Pero la manera en que la misma fue divulgada responde a una estrategia de miedo, una movida maquiavélica.
“Lo que importa es allanar todas las dificultades para mantener su autoridad; y los medios, sean los que fueren, parecerán siempre honrosos y no faltará quien los alabe”. -Nicolás Maquiavelo-
O en palabras más simples, el fin justifica los medios. El propósito de Labrador en su intransigencia, en las medidas anti democráticas que promueve como píldoras venenosas dentro de unos estatutos modelos creados por la FIFA, es el fin de mantener su autoridad presidencial. ¿Quien, luego de estar en la posición en la que ostenta, va a querer perder las dietas de miles de dólares en los Congresos, los lujosos hoteles, y regalos que le dan a los delegados?
Hablemos principalmente del mecanismo de suspensión. Según los Estatutos de la FIFA, aprobados el pasado mes de febrero de 2016, la FIFA suspende a un miembro que ha violentado seriamente sus responsabilidades. Dicha acción puede ser tomada por el Comité Ejecutivo provicionalmente y dura hasta el próximo Congreso donde 3/4 partes de los delegados hábiles para votar tienen que aprobarla. De no lograr esas 3/4 partes la Asociación Miembro deja de estar suspendida.
Durante la suspensión la Asociacion Miembro pierde todos sus derechos y no puede participar en competencias internacionales.
¿Cuales son esas responsabilidades de la Asociación Miembro?
Tal y como están enumeradas en la Sección 13 de los Estatutos de FIFA:
1. Cumplir plenamente con los Estatutos, regulaciones, directrices, y decisiones de los cuerpos de FIFA, y las decisiones de la Corte de Arbitraje Deportiva.
2. Competir en las competencias organizadas por la FIFA
3. Pagar las suscripciones de membresía
4. Que los clubes, ligas, y oficiales de la Asociación Miembro cumplan con los Estatutos de la FIFA, regulaciones, directrices, y decisiones de los cuerpos de FIFA, y las decisiones de la Corte de Arbitraje Deportiva.
5. Convenir mínimo de una ves cada dos años el cuerpo legislativo supremo en intervalos regulares.
6. La ratificación de Estatutos que estén cónsonos con los de la FIFA.
7. Creación de un comité de Árbitros que esté subordinado a la Asociación Miembro
8. El respeto de la Leyes del Juego
9. La administración independiente de los asuntos locales sin interferencia de terceros
10. Cumplimiento total de los deberes que surjan de los Estatutos de la FIFA y otras regulaciones.
¿Por que prefiere Labrador la suspensión a una intervención via Comisión Normalizadora? Primero porque puede usar la amenaza de una suspensión para presionar a sus oponentes hacerse un sepuku o harakiri, o sea, un suicidio en masa, o la total abdicación de sus derechos.
Segundo, si no lograse que el miedo de una suspensión tuviera efecto, la suspensión no lo remueve de su cargo. De hecho puede usar la acción de la suspensión para echarle la culpa a los clubes y ligas, lavandose la manos como Pilato. Además, según el reglamento de la FIFA, la suspensión puede ser levantada previo al Congreso por el Comité Ejecutivo, por lo que Labrador pudiera usar la presión para motivar a la Asamblea a abdicar a sus voluntad.
La realided de este «Juego de Tronos» es que Labrador no está velando por los mejores intereses del deporte rey. Su interés está en su bolsillo, y en los viajes. Si realmente estuviera interesado en lograr la aprobación de unos nuevos estatutos ya hubiera condicionado su renuncia a la aprobación de unos estatutos que abrieran paso a más inclusión, y a más transparencia en los procesos. Porque este proceso desde su principio, ha carecido de ambos renglones.