Hace unos meses, al comienzo de la temporada, uno de los periódicos deportivos españoles más seguidos publicó una encuesta, supuestamente realizada entre los aficionados de los estadios españoles, en la que señalaba cuáles eran los clubes más odiados y más queridos por cada afición de Primera. Sin saber demasiado bien en qué estado se realizó dicha encuesta, se publicó que, tras lógicamente el Sevilla FC, el club más querido por los sevillistas era el Real Madrid. Como no podía ser de otra forma, en Nervión se tomó como una provocación, pues es un secreto a voces en la ciudad, que por norma general, los sevillistas suelen simpatizar más con el FC Barcelona y los béticos con el Real Madrid. Como digo, no es matemático, pero siempre se ha dicho que es así, quedando además certificado por mi caso particular.
Por lo tanto, para mí y para muchos sevillistas, hoy es el segundo día más importante de la temporada en nuestro estadio, pues aún queda por venir el derbi ante el eterno rival, aunque eso será casi al final de la liga. De momento, toca afinar las gargantas para que el Sánchez Pizjuán ruja como suele hacerlo cada vez que el conjunto merengue pisa el césped sevillista. Más aún desde la llegada de José Mourinho al banquillo capitalino, pues por estos lares no es precisamente un personaje querido. En lo deportivo, aunque siga estando lejos del nivel de los azulgranas, hay que quitarse el sombrero con un equipo como el Real Madrid, que utiliza una parte de los millones que puede gastar y gasta, en futbolistas muy aprovechables. No siempre da en la tecla, pues aquí en España muchos no reconoceríamos por la calle a Sahin, Varane o Altintop, entre ellos la gran mayoría de los sevillistas, aunque para nosotros sea «nuestro segundo equipo».
En definitiva, que aunque la batalla futbolística acabe siendo probablemente desigual, que a nadie le quepa duda que los aficionados sevillistas pondrán esta noche esa diferencia que falta sobre el césped. Y si los tres puntos no nos sirven para terminar el 2011 en puestos de Champions League, que al menos ayuden a que Mourinho tenga que claudicar en la tabla ante su amigo Pep Guardiola, justo antes de que lleguen turrones y mazapanes.