Hay muchas frases que me vienen a la mente cuando pienso en los planes que se están cocinando tras bastidores en las elecciones de la Federación Puertorriqueña de Fútbol (FPF). Pero el principal que me viene a la mente es que la mona aunque se vista de seda mona se queda; o el avión se va a estrellar aunque lo cambien.
Hay un grupo de aliados del presidente de la FPF, Iván Rivera Gutierrez, que han estado cabildeando entre los delegados del Congreso de la FPF que la solución a los problemas en la FPF no es cambiar de piloto, sino cambiar el avión. Es decir, el problema son la mayoría de los consejales del Consejo de la FPF y no quien controla el presupuesto y la toma de decisiones del día día.
A tal punto ha calado el mensaje que hasta opositores del Sr. Rivera Gutierrez han comprado y creido que escoger personas a distintas posiciones del Consejo de la FPF pudiera ponerle un freno a las maquinaciones del presidente. Sin embargo, esto está fuera de la realidad. Rivera lo que hará es lo que ya ha hecho, o los compra con favores, como llevarle partidos de las selecciones o de la Liga Puerto Rico a sus sedes o se deshace de ellos como ha logrado con Miguel Cornejo. Cualquier acción o comentario que no vaya acorde al pensar del Sr. Rivera será considerado una falta ética y abrirán cuanto expediente puedan hasta sacarles y reemplazarlos por personas más leales.
De hecho, eso es lo que está intentando hacer con José «Cukito» Martínez y otros dentro del actual Consejo de la FPF.
La realidad es que el Consejo de la FPF actual o próximo son solo un sello de goma que no tienen poder real en lo absoluto. Si es cierto que algunos de ellos han liderado proyectos, como por el ejemplo el Sr. Antonio López y el Departamento de Arbitraje, también es cierto que en temas neurálgicos de la FPF han permitido que el presidente consolide más y más autoridad en su persona.
¿Cómo se benefician las regiones en que la Liga Juvenil suplante todas las competecias de elite? ¿Cómo se beneficia una región el no poder tener competencias superiores masculinas o femeninas accesibles? ¿De que manera pretenden que crezca el fútbol si las regiones no son la punta de lanza? Otra pregunta que muchos se hacen y que publico por aquí es ¿cómo se permite que la FPF realice una competición con organizaciones no federadas pero multan y amenazan a ligas federadas si hacen lo mismo?
Tampoco puedo entender como el estimado amigo Maximiliano Torlacoff es el principal instigador de este movimiento. Maxi, que su lealtad y trabajo para con la FPF le costó hasta en la intimidad de su vida familiar, ¿ahora cabildea a favor de Rivera Gutierrez para asegurar el apoyo de la FPF a su propia liga?
Ciertamente las costuras de algunos se les están notando.
Las regiones deben servir como incubadoras de negocios. Deben ofrecer servicios a la comunidad y ayudar a clubes y ligas regionales a desarrollarse. No que haya solo una liga sino múltiples. El mercado abierto y la competencia son factores que ayudan en la innovación, mejores servicios y hasta mejores precios.
Mientras más clubes y ligas existan mejor es para el fútbol de Puerto Rico pero parece que algunos tienen el síndrome de la mujer maltratada. Algunos de los síntomas de este síndrome psicológico lo son «la mujer se vuelve muy pasiva, sumisa, con muy baja autoestima y con un profundo miedo a disgustar a su maltratador.» Cambien el término mujer y pongan clubes, delegados, etc. y cae como anillo al dedo la situación que viven los afiliados a la FPF.
Muchos andan con el miedo de decirle que no a Iván, que guiado por Mozo Cañete desde Bolivia, ha aprendido muy bien el manual del dictador.
Otros, como el Sr. Carlos Mercado, que porque las ligas lo dejaron solo optó por desafiliarse de la FPF, les ha ido mejor fuera de la FPF que dentro. Con 21 clubes la Liga del Norte es más exitosa que la Región del Norte que opera la FPF. Si Iván vuelve a ganar las elecciones van a seguir surgiendo cada vez más ligas independientes no afiliadas de aquellos que lo que quieren es desarrollar el fútbol y sus mercados alejados del drama del generalísimo.
No importa si cambian el avión, si el piloto es un incompetente, está destinado a estrellarse y todos los que viajen en ese avión también.