sábado, 11 de octubre de 2008
Actualizado hace 14 horas
(00:00 a.m. )
Esteban Pagán Rivera / Enviado Especial
VANCOUVER, Canadá- Basta sentarse a ver una práctica de los Islanders de Puerto Rico, u observarlos, sencillamente, almorzando juntos, para entender la verdadera razón de su éxito en esta campaña.
A través de toda la temporada, la “Tropa Naranja” ha demostrado unidad dentro y fuera de la cancha, y a juicio de los propios jugadores, ésa es la clave por la que están a una victoria de ser los nuevos campeones de la United Soccer Leagues (USL), cuando se enfrenten mañana, domingo, a los Whitecaps de Vancouver.
Ayer, PRIMERA HORA se sentó a conversar con los únicos dos boricuas activos en la plantilla, Alexis Rivera y Andrés Cabrero, así como con los estelares Jonathan Steele y Cristian Arrieta, quienes están nominados para Jugador Más Valioso y Defensa del Año de la USL, respectivamente.
Como si fueran amigos de toda la vida, el cuarteto narró a este diario cómo este bonche de jugadores de varias naciones se han unido para convertirse en los posibles nuevos campeones de la USL.
“Desde que empezó la temporada no hubo nadie que se trató de separar del grupo. Tú puedes estar dos años en un equipo, y en ese tiempo no te llevas con ninguno. Aquí tenemos un grupo en el que todos han sido lo suficientemente humildes para recibir a los que llegaron de afuera, igual que a los que llegaron luego de la pretemporada”, expresó Rivera, quien lleva con el equipo desde la primera temporada en el 2004 y es algo así como la cara de la franquicia en Puerto Rico.
El colectivo es primero
A pesar de que los Islanders no tienen una superestrella que se destaque, sí tienen jugadores claves como el norirlandés Steele, quien lideró la liga con 11 asistencias. El joven de 22 años podría convertirse en el primer jugador de los Islanders que gana el MVP cuando la USL anuncie sus valores del año esta noche.
“Yo creo que la clave es el hacer que tu compañero mejore. Cuando en equipos hay una o dos superestrellas, es difícil unirlos. Aquí, cada persona hace que el que está a su lado sea mejor. Nosotros creemos uno en el otro, y aunque nos veamos abajo 2-0, seguimos jugando”, señaló Steele.
Arrieta, por su parte, llegó a los Islanders este año procedente de Italia, donde jugó en la segunda división de ese país con el Unione Sportiva Lecce. Aparte de ser un excelente defensa, el jugador italoestadounidense también lideró los Islanders con siete goles en la USL, una cantidad de goles inusual para un defensa.
“Por la experiencia que tengo en este mundo, te digo que no siempre el equipo más fuerte gana. A veces, sobre todo en Italia, los equipos se gastan mucho dinero y a veces van a comprar jugadores que cobran diez veces más que otro porque creen que le va a dar 10 veces más que el otro. Eso no es verdad”, sostuvo Arrieta. “Yo te puedo decir que los mejores resultados que he tenido en mi vida los he tenido cuando el vestuario ha estado unido”, añadió.
se gozan la experiencia
En el caso de Cabrero, esta temporada de los Islanders ha sido su primera experiencia profesional. Para su suerte, en su primer año con el equipo logra el viaje a un partido de campeonato, por lo que el prospecto boricua de 19 años hace todo lo posible por internalizar la experiencia.
“Es mi primera temporada a nivel profesional y obviamente le he cogido mucho cariño a todos, ya que todos son como mis hermanos mayores. He aprendido de ellos como personas, como jugadores, y he visto como todos luchan en la cancha”, dijo el mediocampista, también integrante de la Selección Nacional de Puerto Rico.
Para ellos, el poder estar en un partido de campeonato ya es de por sí una experiencia inolvidable, pero lo será más si consiguen ganar el título de la USL.
“Cuando ganemos el campeonato, será el día más feliz. El poder disfrutar el campeonato con un grupo de muchachos que nos hemos unido es algo especial, que no se da muy a menudo. El poder mirar a mi hijo y decirle que gané un campeonato será único”, dijo Steele.
Por su parte, para Rivera, de 24 años y quien ha sido testigo de primera mano del desarrollo de los Islanders de equipo sotanero en su primero año en la liga en el 2004 a finalista cinco años después, el mero hecho de hablar de jugar por el título, le inunda de emoción la voz.
“Esto es una experiencia, que ya, créeme, no se me va a olvidar. Pero vuelve a preguntarme sobre la experiencia después del domingo, y yo te voy a decir cómo se siente ser campeón de la USL”, dijo con una confianza envidiable.