Miércoles 13 de mayo de 2009
Terminó la Liga de Campeones de la CONCACAF y, sin lugar a dudas, se puede afirmar que esta primera versión del torneo en su nuevo formato fue un éxito absoluto. Sorpresas al por mayor, definiciones en los últimos minutos y hermosas historias de equipos por los que nadie apostaba en un principio y que terminaron como grandes protagonistas.
Al final, incluso el campeón fue inesperado. Aunque Atlante es el tercer campeón mexicano de forma consecutiva, su plantilla formada por jóvenes de la cantera y algunos veteranos parecía darle menores posibilidades al inicio del torneo. Sin embargo, con un gran juego de conjunto, los Potros de Hierro estarán en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Emiratos Árabes Unidos 2009
Emoción desde las primeras rondas
Cuando se anunciaron los grupos de la primera fase del torneo, los favoritos eran los habituales. Pumas, Atlante, Cruz Azul y Santos Laguna de México; Houston Dynamo y DC United de la Major League Soccer; Saprissa y Alajuelense en Costa Rica. Todos con plantillas que hacían temblar hasta al más valiente.
Pero nadie contaba con dos escuadras de poca tradición pero una ilusión desbordante y fútbol para respaldar sus sueños. Montreal Impact y Puerto Rico Islanders tenían mucho en común. Ambos jugaban en la USL, la segunda categoría de la liga de Estados Unidos. Además, sus futbolistas no eran conocidos por el gran público de la región y, a priori, lucían como las escuadras más débiles de la competencia.
Muy pronto quedó claro lo equivocado de esa predicción. Los boricuas causaron sensación con un contundente triunfo de 3-1 sobre Santos Laguna y el Impact ganó en una de las canchas más difíciles de la región, la del Olimpia, al que venció sin miedo alguno por 1-2 en el enfervorizado ambiente de Tegucigalpa.
A final de cuentas, ambos avanzaron a los cuartos de final, lo mismo que los cuatro equipos mexicanos y el Dynamo. El último cupo fue ocupado por el Marathón hondureño. Así, desde la primera fase habían caído gigantes como Saprissa, Alajuelense y DC United.
Drama total en las fases finales
En los cuartos de final, los favoritos, sin duda eran los equipos mexicanos. Y cumplieron, aunque no sin contratiempos. Quien más fácil lo tuvo fue el Atlante, que se desembarazó del Dynamo por un contundente global de 4-1. Pero no se puede decir lo mismo del Santos Laguna. Derrotados por 2-0 ante 55.000 espectadores en Montreal, los Guerreros tuvieron que marcar dos tantos en los últimos minutos de la vuelta en Torreón para conseguir un insólito triunfo de 5-2 y amarrar su boleto.
El tercer sitio fue para el Cruz Azul, que venció a sus compatriotas Pumas de la Universidad en una ajustada eliminatoria. La sorpresa llegó en la cuarta serie, cuando los increíbles Islanders mantuvieron su sueño vivo al eliminar al Marathón hondureño, venciéndolo en los dos encuentros.
En las semifinales, los boricuas mantuvieron el paso. Tras vencer 2-0 en el juego de ida, el equipo de Puerto Rico estuvo sólo a unos minutos de eliminar al Cruz Azul, uno de los más grandes clubes aztecas. Finalmente, debió inclinarse en los tiros penales, pero sus hazañas le dieron un enorme impulso al fútbol en su país y serán recordadas por mucho tiempo.
La otra serie, entre Atlante y Santos Laguna, también estuvo envuelta en el drama. Los Potros de Hierro habían caído en Torreón y no encontraban el camino al marco santista en el juego de vuelta en Cancún. Sin embargo, un penal de último minuto les dio el triunfo anhelado y el boleto a la final.
Curiosamente, los partidos decisivos fueron mucho menos tensos que las semifinales. Atlante, que no partía como favorito, dominó la serie de principio a fin. Ganó cómodamente como visitante 0-2 en la Ciudad de México y resistió sin muchos apuros los ataques de sus rivales en Cancún para preservar el 0-0 y asegurar así su lugar en el mundial.
Un final inesperado para un torneo inolvidable, que abre la puerta para más drama, emoción y aventura en las futuras ediciones.