Por Jorge Figueroa Loza
Especial para MAX
13 de septiembre de 2008 05:00 am
A muchos les encantaría tener una oficina como en la que labora la joven Jezmine Lora. Su escritorio es una mesa de dominó, el piso es arena, el techo son las ramas de una palma, los clientes se sientan en sillas de playa y sus materiales son tablas de surfing.
Poco es el tiempo que pasa Jezmine en su oficina, el verdadero trabajo está en el mar, donde es instructora de surfing en la Wow Surfing School, localizada en la playa Pine Grove de Isla Verde, fundada por el surfista boricua William “Chino” Sue-A-Quan.
Y es que la joven de 24 años no sólo tiene un sentimiento enlazado con el arte de cabalgar olas, su pasión también es el fútbol y lo manifiesta siendo delantera de las Puerto Rico Capitals, primer equipo de soccer profesional de la Isla, que pertenece a la Women´s Premier Soccer League de Estados Unidos.
Sin esperar por nadie, Jezmine decidió ser su propia maestra en estos dos deportes que se pueden llevar ambos de la mano. En ambos se necesita la fuerza de las piernas para ejecutar un buen gol o atrapar una exquisita ola.
Jezmine tenía un buen futuro en el baloncesto, deporte que practicaba desde niña, pero fue capturada por el balompié a los 17 años al ver un partido del Mundial 2002 entre Brasil y Argentina. La joven sintió una emoción tan grande que no perdió tiempo en comenzar a estudiar por su cuenta el fútbol.
“Yo aprendí fútbol viendo la televisión. Estudiando los juegos. Luego me puse a practicar sola. Cuando le pones las ganas a algo, lo logras. Me gusta lo difícil, no lo fácil”, sostuvo la estudiante de biología de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.
Su escuela fue su vecindario en Puerto Nuevo, donde aprendió a destacarse jugando con sus vecinos, todos varones, en las calles de su hogar. Le ayudó mucho las tácticas que aprendió en el baloncesto para ser aguerrida ante la fuerza y rapidez de los muchachos. Un día de esos, decidió ir a unos tryouts del equipo nacional femenino de fútbol.
Un “diamante en bruto”, según ella, fue la expresión de los encargados del equipo nacional al ver sus destrezas. Su primer partido de fútbol oficial con arbitraje fue con la camisa de Puerto Rico.
“En la calle aprendí a ser guerrillera, a manejar el balón por mi cuenta para lograr el gol. Ahí todos quieren tener el balón para demostrar de qué están hechos. Ya cuando estás en un equipo no eres tú, es el equipo. Me acuerdo que al principio me iba con el balón a buscar el punto. Pero ya mejoré”, contó con risa.
El fútbol llevó a Jezmine a jugar en Argentina, Brasil, Estados Unidos y República Dominicana. Tiene también tres campeonatos con las Jerezanas del recinto riopedrense. Su país favorito visitado fue Argentina, al presenciar un partido en la Bombonera, hogar de los Boca Juniors, donde sintió que el estadio se movía de lado a lado con el rugido de la fanaticada. En Brasil entiende que el equipo femenino es nato, y que podrían poner a “bailar” a los varones fácilmente.
Volviendo a la oficina de playa, Jezmine relató la comunicación que posee con el mar a la hora de tirarse al agua en busca de la ola. Al igual que el fútbol, empezó tardía su práctica con la tabla, a los 20 años.
“Tener contacto con la naturaleza es una terapia. Llego a veces con estrés y meterse al agua te limpia y te purifica. Dejarte llevar por el mar. Es algo mágico y sacas todo lo malo de tus poros”, dijo la joven, quien entiende no hay edad para enseñar el surfing. Ha tenido desde pequeños hasta personas de 60 años curioseando con la tabla en las olas.
A Jezmine le gusta enseñar lo que aprende, especialmente a los niños. Decirles que las cosas se pueden hacer sin esperar que nadie se las enseñe. Que persigan sus sueños con anhelo.
Todavía Jezmine espera dar un gran gol. No en el campo, ya los ha dado. Quiere ser veterinaria, y ya tiene en miras estudiar en República Dominicana, nacionalidad de su padre. ¿Y dejar su oficina de playa y el fútbol? No hay problema. Ya sabe que allá hay buenas olas para surfear y hay fútbol para practicar.