Cerca de 12,000 personas atestaron el estadio Juan Ramón Loubriel, en Bayamón, para presenciar el encuentro entre los Islanders de Puerto Rico y el Cruz Azul de México. (Primera Hora / José L. Cruz Candelaria)
martes, 17 de marzo de 2009
Esteban Pagan Rivera / Primera Hora
Bayamón.- Los Islanders de Puerto Rico dieron anoche el tablazo de los tablazos, y de una vez, probaron que su éxito en la Liga de Campeones de la Concacaf no ha sido mera casualidad. Con dos goles en la primera mitad, la “Tropa Naranja” derrotó al Cruz Azul mexicano, 2-0, para de esta manera poner un pie en la final de la máxima competición de clubes regional.
Cerca de 12,000 personas atestaron el estadio Juan Ramón Loubriel para presenciar lo que fue calificado como el partido más importante en la historia del fútbol boricua, y no salieron decepcionados. La “Tropa Naranja”, en apenas su sexto año de existencia, demostró una vez más que se puede medir con cualquiera. Tal vez era que estaban muy confiados, pero la primera sorpresa de la noche le llegó bien temprano. En el cuarto minuto, Sandy Gbandy recibió un excelente pase de Josh Hansen y desde la esquina izquierda de la portería fusiló al portero Alfonso Blanco para el 1-0.
Sin duda, el gol fue como un balde de agua fría para los cementeros, quienes de pronto se vieron fuera de ritmo en la ofensiva. La defensa de los isleños, junto al portero Bill Gaudette, pararon las pocas oportunidades al arco que tuvo el club mexicano. Y en el minuto 36, una patada libre de medio campo cobrada por Gbandy resultó en una espectacular jugada de Nicholas Addlery, quien con un estirón de su pierna izquierda logró rebasar a Blanco para el 2-0. Las gradas del Loubriel estallaron en delirio. ¡Lo imposible estaba sucediendo!
Como era de esperarse, en la segunda mitad el Cruz Azul salió mucho más enfocado y dominaron la posesión del balón en los primeros minutos. Pero Gaudette, el salvador de los naranja , estaba ahí entre los tres postes para evitar cualquier anotación mexicana. Los últimos 20 minutos del encuentro fueron de pura tensión, ya que el Cruz Azul insistía en conseguir el tan preciado gol de visitante. En total, realizaron 21 tiros al arco, contra solamente siete de los naranja. ¡Pero ahí estaba Gaudette!
Sonó el silbato final, y con un “yyy fuera!” de los hinchas, el subcampeón mexicano salió del Loubriel como la más reciente víctima del llamado “cementerio Centroamericano”.
Cruz Azul tendrán que engranar para el partido de vuelta el 7 de abril en México, ya que necesitan una victoria de tres goles o más para eliminar a los naranja.