No está haciendo ruido el Sevilla FC en este inicio de la Liga BBVA. En ninguno de los siete partidos ha hecho más de dos goles, y siempre que ganó lo hizo por la renta mínima. Pero, sin comerlo ni beberlo, el equipo de Marcelino ya se ha encaramado a la cuarta plaza, aprovechando los pinchazos de Valencia y Málaga y adueñándose de la posición que daría derecho a jugar la previa de la Liga de Campeones. Aún no son caras de felicidad plena las que se ven en el Sánchez Pizjuán, porque al equipo le falta continuidad en el juego y hoy, ante el colista Sporting, llegó a pasar momentos de angustia. Pero la gente quiere volver a ver a su equipo arriba y eso, de momento, sí que lo tiene.
Ahora, eso sí, toca hacerle frente nada más y nada menos que al FC Barcelona en su estadio. Tal y como está montada la Liga hoy en día, por desgracia, a excepción del Real Madrid que también podría llevárselo, el resto de equipos de Primera viaja al Camp Nou con la intención de no cargar con un saco de goles en la vuelta. El líder, que comparte plaza con el más que sorprendente Levante, sólo se ha dejado puntos en San Sebastián y Valencia, pero en casa lo ha ganado todo con un balance de 21 goles a favor y cero en contra. Prácticamente nadie va a sacar algo positivo de allí esta temporada, por lo que se podría decir que esta campaña tiene 37 jornadas para todos menos para los azulgranas. Por ello, a expensas de la imagen que dé el equipo el próximo sábado, ningún sevillista se iría sorprendido a la cama si no se consigue nada en tierras catalanas.
De momento, el Sevilla FC se ve cuarto clasificado, invicto tras siete jornadas, con un pleno de puntos como local, a dos del líder y a uno del Madrid de Mourinho. Aunque en las profundidades de ese análisis hay muchas cosas que puntualizar, la generalidad no puede ser más positiva. El sábado llegarán curvas, será lo más seguro. Pero mientras, que al Sevilla «le quiten lo bailao».
