EN ACCIÓN Tadzio Pérez y la escuela del Barcelona disputan partidos todos los sábados en las canchas de entrenamiento de La Masía. Arriba, Tadzio durante un reciente encuentro. (Suministrada / Gustavo Pérez Sancho )
martes, 12 de octubre de 2010
Esteban Pagán Rivera / Primera Hora
Para cualquier futbolista, ponerse el uniforme azulgrana del Fútbol Club Barcelona, uno de los clubes más laureados del mundo, sería todo un sueño.
Con apenas 11 años de edad, el puertorriqueño Tadzio Pérez cumplió ese sueño al ser aceptado en la FBCEScola, escuela de desarrollo del club de la Liga Español y que podría ser un primer paso para que, en un futuro, se una al famoso equipo de la región de Cataluña.
Según narró a Primera Hora Gustavo Pérez, padre de Tadzio, el proceso para la elección de su hijo fue difícil pero, a la vez, gratificante: fue uno de los 16 niños que hicieron el corte luego de unas rigurosas pruebas en las que participaron unos 800 futbolistas.
El joven deportista, que inició su caminar en el fútbol con el Central Fútbol Club de Caguas, comenzó su aventura en Barcelona en el 2007. En ese año, su padre, Gustavo Pérez, cocinero de profesión, decide irse a España, donde cursó estudios universitarios y siempre quiso vivir.
“Cuando Tadzio llegó a Barcelona, yo no tenía cómo medir su destreza, ya que me encontraba en una ciudad donde el fútbol es algo sagrado y muy arraigado a la cultura”, recordó Gustavo en entrevista desde la ciudad condal.
Por tal razón, Gustavo puso a Tadzio a jugar en los parques del barrio donde vivían, y vio que el pequeño daba la talla con los niños españoles. Fue entonces cuando fue invitado a formar parte del Union Esportiva Sants, un modesto club de la capital catalana. Luego de esa experiencia y de jugar fútbol sala, llegó la oportunidad de probarse ante los entrenadores del Barcelona.
“Nos habían alertado que la entrada era muy complicada, debido a la cantidad de niños que se presentaban y los pocos que seleccionaban. Pero, al final, se recogió la cosecha”, relató Gustavo.
La experiencia para Tadzio, según su padre, ha sido de primera clase. Los niños entrenan dos días a la semana en las instalaciones aledañas al Camp Nou y todos los sábados disputan partidos en La Masía, academia de las categorías inferiores del Barcelona, ante las escuelas de otros clubes.
“Están sacando lo mejor de su juego. Es impresionante el nivel de los entrenamientos, la manera que le inculcan el estilo de juego de toque del Barsa: el equipo como conjunto sobre todas las individualidades. Son muchos valores imprescindibles para el fútbol”, dijo Gustavo, quien es consciente del logro de su hijo como futbolista puertorriqueño en desarrollo.
“Hemos roto una barrera que era cuestión de tiempo que se rompiera”, concluyó el orgulloso padre.