San Juan, Puerto Rico – Según la reciente Encuesta Fútbol Boricua 2024 donde se indagó como está la gestión técnica de entrenadores en el país, esta nos revela que de 255 personas que participaron, un 10% le dieron la nota más alta a los entrenadores y 35% optaron por calificarlos con (B).
Observando a detalle, clasificaciones como C y D fueron otorgadas a los entrenadores del país, representando un 40% de la encuesta y el 13% respectivamente. De igual forma, indica que la mayoría de los entrenadores tienen un rendimiento promedio o por debajo del promedio en términos de sus gestiones técnicas según la perspectiva de los encuestados.
Para más detalles sobre la muestra de la encuesta pueden leer la primera entrada de esta serie.
Debido al porcentaje de la encuesta, la mayoría de los entrenadores recibieron calificaciones medias o bajas, con sugerencia de que hay que mejorar ciertas áreas.
Es posible que se necesiten más recursos, capacitaciones como charlas, o supervisión para mejorar el desempeño de los mismos y de esta forma mejorar el rendimiento de los jugadores por equipo.
Ante estos resultados, el entrenador David Guillemat respondió lo siguiente con relación a que los entrenadores en Puerto Rico en la mayoría fueron clasificados con promedio de C.
David Guillemat expresó que: “Primeramente, entiendo que la pregunta es un poco amplia y puede dar a pensar diferentes interpretaciones. Pero si lo que se evalúa es la capacidad técnica de los entrenadores en PR, te diría que la encuesta puede ser irrelevante porque realmente hay que tener unos conocimientos mínimos para tener una base sólida para poder opinar con fundamento, y la inmensa mayoría de los jugadores y fanáticos no la tienen”.
Por su parte, sostuvo que lo que pueden mejorar de los entrenadores (incluyéndose) se basa en: “nuestra curiosidad y predisposición por saber más (o acumular más experiencia) y partir de la base de que ninguno lo sabemos todo. La vocación ejerce un papel importante y veo un porcentaje grande de entrenadores que su motivación principal es el dinero”.
Concluyendo con que todos pueden dar más, pero como mencionó antes, hay que tener motivación, vocación y predisposición para seguir aprendiendo y ganando experiencia.
El desempeño de los jugadores, como en todo proceso de enseñanza-aprendizaje, dependerá de la predisposición del entrenador para enseñar y la predisposición del jugador a aprender. Si alguna de las dos partes no cumple, el proceso se cae.
