Noel Algarin |Ventana de papel
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Hasta ahora, la historia de los Islanders en la United Soccer Leagues (USL) había estado llena de más avances que sobresaltos, como la vida de un infante que crece fuerte y saludable, y se muestra listo para su primer año en el colegio.
Pero, se avista en el horizonte una crisis que amenaza con entorpecer el crecimiento de la organización que este año cumplió su sexto año de vida. Inconformes con su falta de poder en la toma de decisiones en la USL, que recientemente cambió de dueños, seis de las 11 franquicias que jugaron en el 2009 en el torneo abandonaron el barco y solicitaron ante la Federación de Fútbol de Estados Unidos formar una nueva liga. Actualmente, sólo quedan en la USL-1 tres equipos de los que jugaron este año -incluidos los Islanders-, además de Nueva York, que se une como franquicia de expansión para el 2010.
Ayer, el vicepresidente de operaciones del conjunto naranja, Isaac Nieves, dijo a este diario que permanecerán en la USL, pues están a gusto con las “ideas” que les presentó la nueva directiva de la liga. El problema es que, no importa cuántas buenas ideas tenga la nueva gerencia de la USL, si no hay equipos suficientes para implementarlas, el ejercicio es en vano.
Ante la fuga masiva de equipos, la estructura de la USL-1 en este momento se asemeja bastante a una casa hecha con palitos de fósforo. Para colmo, de los cuatro equipos en la USL-1, los Timbers de Portland se marcharán a la Major League Soccer (MLS) en el 2011, luego que se le otorgara una franquicia de expansión en la primera división del fútbol estadounidense.
Así que huele a crisis en la USL. Ojalá la directiva de los Islanders tenga preparado un buen “plan B” para enfrentar la misma, porque el 2010 podría convertirse en un año traumático en el desarrollo del conjunto.